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Alerta para luchar contra las malas influencias. La invaluable ayuda del mundo espiritual de luz

Este artículo pertenece al tema de La Batalla Invisible. Parte 3 de 8

ALERTA PARA LUCHAR CONTRA LAS MALAS INFLUENCIAS

Existe en vuestro espíritu la simiente de Jacob, a quien llamé Israel, que quiere decir fuerte. Aquel patriarca fue sometido por Mí a grandes pruebas para que diese grandes ejemplos. Yo le envié un ángel para que luchara con él, y el brazo fuerte del varón no se dejó vencer. Desde ese instante le nombré Israel, y por ese nombre fue conocido por la posteridad.

Mas si Yo os preguntase qué habéis hecho de aquella simiente espiritual que os transmitió Jacob, ¿entenderíais mi pregunta y sabríais responderme? A vuestro paso se han presentado mis ángeles para luchar contra vuestras imperfecciones y no les habéis sabido recibir. Os han sorprendido los seres en tiniebla y habéis sido débiles ante ellos.

Os vuelvo a interrogar: Dónde está la espada de Jacob, su celo y su fortaleza?

Os he concedido la presencia de los seres de luz en vuestra vida terrestre, para que os protejan, os ayuden y os inspiren. Ellos, que se encuentran más evolucionados que vosotros, descienden a cumplir un destino de amor, una misión de sembrar caridad y bálsamo entre sus hermanos.

Los seres en tiniebla o espíritus en estado de turbación, involuntariamente cumplen la misión de probar a los hombres en su fe, en su virtud, en su firmeza en el bien; y cuando al fin son vencidos por la fortaleza y perseverancia en el bien de aquél a quien han tentado, reciben la luz y renacen a la vida y al amor.

A vosotros, discípulos, os he dado sensibilidad para que podáis percibir la presencia de vuestros hermanos. El que no posee el don de videncia, tiene el de revelación o posee la facultad en su cerebro para recibir al mundo espiritual, o por lo menos tiene el don del presentimiento.

Pero os ha faltado mayor amor para desarrollar vuestros dones.

Por eso os aconsejo que viváis alerta, para que escuchéis la voz del pastor y de los guardianes que os cuidan, el lamento de las ovejas o los pasos del lobo que acecha entre la maleza.

No durmáis en este tiempo de asechanza y peligros, de abismos y tentaciones. Comprended que todo aquél que posea un don o la misión de dar luz espiritual, tendrá que ser asediado y perseguido de continuo.

No vengo a despertar prejuicios ni supersticiones en mi pueblo, vengo a fortalecer vuestra fe en la existencia de lo espiritual, para abrir vuestros ojos a lo eterno y entonces podáis mirar más allá de lo que es materia y para que sepáis que no todo lo que existe en el valle espiritual está envuelto en luz, porque también en lo invisible existen tinieblas que es preciso disipar e imperfecciones que es menester se transformen en elevada espiritualidad.

Un hombre entregado a una vida de pecado es capaz de arrastrar tras de sí una legión de seres en tiniebla, que harán que a su paso vaya dejando una estela de influencias maléficas.

Los hombres se han alejado de la senda que les marca su conciencia, han perdido la razón, se han apartado del sendero de la moral y de los buenos sentimientos.

No han querido detenerse a tiempo, no han meditado y van hacia el fondo del abismo que han labrado, al encuentro de las tinieblas.

Sin embargo, mi amor les ha perdonado sus faltas y mi luz ha tratado de detenerles, mostrándoles que van por un camino equivocado; pero mi Ley respeta el libre albedrío de que les he dotado, aunque mi justicia les dejará que recojan el fruto de lo que van sembrando en su vida.

Y cuando parezca que todo ha terminado para el hombre y que la muerte es la que ha vencido o que el mal es el que ha triunfado, de las tinieblas surgirán los seres a la luz; de la muerte resucitarán a la verdadera vida y del abismo del mal se levantarán a practicar la Ley eterna de Dios.

Un gran número de seres de luz velan por vosotros; el día que sepáis uniros en oración en pensamiento y en fe a ellos, experimentaréis en vuestra vida una fuerza invencible, una fuerza sobrehumana y nunca tropezaréis.

También en torno a los hombres vibra un mundo invisible de tinieblas y turbación; el día que estéis preparados para luchar contra sus asechanzas, sentiréis en vuestra vida una libertad y una paz desconocidas.

Sabed que una mente jamás dejará de recibir la vibración y la influencia de mi Divinidad y del mundo espiritual.

LA INVALUABLE AYUDA DEL MUNDO ESPIRITUAL DE LUZ

No temáis ser pocos y pequeños; junto con vosotros irá un ejército invisible de seres de luz, preparando camino, abriendo puertas para que paséis, derribando obstáculos y venciendo escollos.

Contra un mundo de tinieblas contaréis con ese mundo de luz; para vencer la influencia de la guerra contaréis con el ángel de la paz; contra la enfermedad, la peste y la muerte, tendréis con vosotros la caridad de aquellos seres invisibles, prestos a derramar sobre la Humanidad su bálsamo de caridad y de consuelo.

Jamás mis discípulos han sido desamparados por Mí; jamás han sido abandonados por aquellos seres que habitan en regiones de luz y armonía.

¿Quiénes inspiraron a algunos de mis discípulos del Segundo Tiempo para que recordasen la divina palabra de su Maestro y la escribiesen para herencia de todas las generaciones? ¿Quiénes conducían a mis discípulos por caminos desconocidos hacia lejanas ciudades? ¿Quiénes libraron a Pedro de su prisión mientras sus carceleros dormían y quiénes acompañaron a aquellos apóstoles de mi verdad en la hora suprema de su sacrificio? Los seres espirituales, vuestros hermanos, a quienes los hombres han llamado ángeles.

¡Oh, si vosotros supieseis el valor que aquella influencia tiene en vuestra vida! Seríais más dóciles, más humildes y más obedientes a sus llamados y a sus indicaciones. Pero sois criaturas de poca fe, porque quisieseis palpar y ver con vuestros sentidos corporales la vida espiritual; y como no lo habéis logrado, os habéis sentido defraudados en vuestra fe.

En verdad os digo que si fuese cierta vuestra fe, no necesitaríais palpar con los sentidos de la carne la presencia de lo espiritual, porque entonces sería el espíritu el que percibiría con su sensibilidad sutil aquel mundo que vibra sin cesar en torno de vosotros.

Sí, Humanidad; si vos os sentís distantes del mundo espiritual, en cambio aquellos seres no pueden sentirse lejanos de los hombres, puesto que para ellos no existen distancias, ni límites, ni barreras. Ellos viven dentro de lo espiritual y por lo mismo no pueden ser ajenos a la vida de lo seres humanos, cuyo más alto destino es el de la elevación y el perfeccionamiento de su espíritu.
temas extraídos de las comunicaciones divinas de El Tercer Testamento