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El Amor Divino


Mi amor os acompaña eternamente.

Amor es el principio de mi Ley.

Amor es la finalidad de todas las obras divinas y es lo que he venido a enseñaros en todos los tiempos.

El amor divino y el origen del espíritu

Antes de que los mundos fuesen, antes de que toda criatura y lo que es materia surgiera a la vida, ya existía mi Espíritu Divino.

Mas siendo el Todo, experimentaba en Mí un inmenso vacío, porque era como un rey sin súbditos, como un maestro sin discípulos; por ese motivo concebí la idea de crear seres semejantes a Mí, a quienes dedicaría toda mi vida, a los que amaría tan profunda e intensamente que, llegado el momento, no titubearía para ofrecerles mi sangre en la cruz. Y no os confundáis si os digo que antes de que existierais, ya os amaba.

Para que Dios pudiera nombrarse Padre, hizo brotar de su seno espíritus, criaturas semejantes a Él en sus divinos atributos; éste fue vuestro principio, así surgisteis a la vida espiritual.

La justicia divina es amor

Comprended que la justicia divina es de amor, no es de castigo como la vuestra. ¿Qué sería de vosotros si Yo usara vuestras mismas leyes para juzgaros, ante Mí para quien no valen apariencias ni falsos argumentos? Si Yo os juzgase según vuestra maldad y usara vuestras leyes de dureza terrible, ¿qué sería de vosotros? Entonces sí me pediríais con justicia que tuviese clemencia.

Mas no debéis temer porque mi amor nunca se marchita, ni cambia, ni pasa; en cambio, vosotros sí pasáis, morís y renacéis, os vais y luego volvéis; y así vais peregrinando, hasta que llegue el día en que reconozcáis a vuestro Padre y os sometáis a Su divina Ley.

El amor, connatural al ser humano

El amor, la paz, la caridad; estas virtudes están en vosotros desde siempre; ni siquiera tendréis que aprender a amar.

El amor no se aprende sino que se siente, se lleva dentro de vosotros, como en todas las criaturas que al ser formadas han recibido todos sus dones y atributos; entonces, penetrad en vosotros mismos, buscad las virtudes que he dejado en vuestro ser y practicadlas en vuestros caminos.

El amor, compendio de los atributos divinos

El amor es el compendio de los atributos divinos.

En verdad os digo que es el amor la potencia inmutable que mueve al Universo. El amor es el principio y la esencia de la vida.

El amor verdadero, aquél que está más allá del corazón, es el fruto de la sabiduría.

Existen muchas formas de hacer el bien, muchas formas de consolar y de servir; todas son expresiones del amor que es uno solo, del amor que es sabiduría del espíritu.

La magnitud del amor divino

Es tal mi amor por mis criaturas, que si uno de mis hijos faltara por ser salvo, por ese hijo solo me haría crucificar de nuevo.

Cada vez que vuestros labios o vuestro pensamiento me dice: -Señor, ¡ten misericordia de mí! ¡Padre, apiádate de mi dolor! ¡Señor, no me niegues tu perdón!- estáis probando vuestra ignorancia, vuestra confusión y lo poco que me conocéis.

¿Decirme a Mí que me apiade de vuestro dolor? ¿Pedirme que tenga misericordia de mis hijos? ¿Suplicarme a Mí que perdone vuestros pecados? ¿A Mí, que soy el amor, la clemencia, la caridad, el perdón y la piedad?

Bien está que tratéis de conmover a quienes en la Tierra tengan duro el corazón y que tratéis de mover a piedad con lágrimas y súplicas a quienes no tengan un átomo de caridad hacia sus semejantes.

Pero no uséis esas frases o pensamientos para tratar de conmover a quien os creó por amor y para amaros eternamente.

¿Comprendéis ahora por qué os decía que muy poco sabéis de Mí?