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Consejos del mundo espiritual de luz acerca de los seres en tiniebla

Este artículo pertenece al tema de La Batalla Invisible. Parte 4 de 8

CONSEJOS DEL MUNDO ESPIRITUAL DE LUZ ACERCA DE LOS SERES EN TINIEBLA

«En todos los tiempos ha existido en el Más Allá un número infinito de espíritus en diversas escalas, con diferentes grados de espiritualidad; los que se han encontrado en la parte más baja de la escala debido a su confusión, han tendido siempre a buscar a los seres humanos, abrumados por el peso de su materialismo.

«También podemos deciros que los seres en tinieblas, los espíritus enfermos, los espíritus obsesores, están saturados de influencias maléficas, influencias malsanas que depositan en los seres encarnados, enfermándoles a su vez.

«Esos espíritus faltos de evolución, manejan a las materias y ejercen un efecto de sugestión sobre todos aquellos que les dan cabida, a través de los hilos fluídicos que todo espíritu posee.

«Dios ha permitido que esos espíritus que necesitan de los hombres, desciendan entre ellos para experimentar y comprender muchas cosas, para restituir y hacer restituir a los demás.

«La mayor parte de los seres espirituales turbados, lo son porque todavía no se han dado cuenta de que se hallan ya en estado espiritual, conservan la creencia de que continúan en el mundo material y persisten en querer vivir como vivieron cuando eran seres humanos.

«Estando en espíritu, insisten en creer que son seres humanos, porque la impresión que la carne dejó en su espíritu fue muy profunda, muy intensa, debido a que vivieron sumergidos en el materialismo, en las pasiones, en el pecado y el fanatismo.

«La ignorancia que tuvieron en su vida terrestre, les envolvió el espíritu, y éste no tuvo fuerzas, al llegar la transición que llamáis muerte material, para despojarse de esa pesada carga, de ese pesado fardo.

«Esos espíritus son dignos de la más grande caridad, porque no están plenamente en el valle material, como estáis vosotros, ni tampoco plenamente en el valle espiritual, como estamos nosotros.

«Una gran parte de esos espíritus, viene en busca de consuelo, en busca de luz, de una mano que les ayude, de un afecto, de un corazón sensible.

«Esos espíritus materializados, necesitados y turbados, han rodeado siempre a la Humanidad, más aún en este tiempo del Espíritu Santo, en que Él, con Su divina llave de amor y de luz, ha abierto las puertas del más allá para dar paso a la comunicación de espíritus entre sí, y entre ellos y su Creador.

«Los espíritus necesitados descienden en este tiempo a las naciones, a los pueblos, a los hogares, invadiendo las comarcas, rodeando a los hombres y a todo ser viviente, y según sea lo que ellos contemplen y escuchen, será lo que reciban de la Humanidad.

«Si donde penetran es un antro de vicio, su turbación será mayor y no recibirán la luz; si donde penetran encuentran un ambiente de dolor y desesperación, no pueden recibir consuelo alguno.

«Mas, por el contrario, si ellos se acercan a hermanos con buenos sentimientos, con espiritualidad o con virtudes manifiestas, esos espíritus irán perdiendo su materialismo, sus malas tendencias y recibirán la luz que emana de aquellos espíritus encarnados.

«Si esos espíritus en tinieblas penetran en un ambiente de espiritualidad, de fraternidad, de oración y de fe, ahí reciben luz, razón, paz y fortaleza.

«Los espíritus necesitados en este Tiempo, saben que en el seno de la Humanidad vive Israel, el pueblo de Dios, aquél que ha llevado la marca del Padre en los tres Tiempos, el sello trinitario, la luz del Espíritu Santo; esas enormes legiones acuden presurosas entre vosotros para rodearos, no siempre con el deseo de recibir luz.

«¿Habéis practicado de una manera correcta tan delicada misión, hermanos míos?
Israel tiene el deber, en todos los tiempos, de dar luz a sus hermanos, hasta que el último de los espíritus la haya recibido plenamente.

«¿Qué luz podrá recibir un espíritu de parte vuestra, si no sentís la caridad que debéis impartir a ese necesitado? ¿Qué podréis entregar, si en el momento de practicar vuestra misión, no se ha sensibilizado vuestro corazón ni elevado vuestro espíritu, si no habéis meditado en lo que estáis haciendo, si os halláis materializados o dominados por las tendencias humanas?

«En vez de hablar con amor a esos espíritus, tomáis en vuestras manos las aguas que llamáis benditas y las esgrimís como látigos, y tomáis el nombre de Dios Todopoderoso para apartar a esos espíritus.

«¡Ah, hermanos míos! Lo único que lográis con todo ésto, es ofenderlos y desafiarlos, y por su misma turbación no son capaces de perdonar las ofensas; entonces se levantan contra vosotros, aún con más saña.

«En vez de entregar luz, habréis entregado confusión que es tiniebla.

«Os repetimos, la luz del espíritu es amor, paz, caridad, consuelo y fortaleza.

«Entre ellos, como sucede con los seres humanos, hay espíritus de índole diversa, y la misión que el Padre ha confiado a Israel en este Tercer Tiempo es la de dar luz a todos los espíritus, la luz espiritual que es razón, paz, consuelo, verdad y fuerza: en una palabra, la luz del amor.

«Cuando os encontréis rodeados de espíritus en tiniebla, sea en vuestro hogar, en vuestros caminos o en vuestra propia persona ¿cómo entregar en forma efectiva la luz a esos espíritus?
«A través de vuestra oración espiritual; después, a través de vuestra caridad y, más tarde, practicando la virtud, los buenos modales y la moral en vuestra vida, y ellos, que habitan con vosotros y que os miran incesantemente, al contemplar que sois más fuertes por la virtud que ellos por el mal, se irán doblegando, deponiendo sus malas inclinaciones al recibir la luz.

«No les arrojéis de vuestra vida y cuando fuese posible atraerles, hacedlo con amor, con caridad, y entonces formaréis en torno a vosotros, un ambiente de verdadera espiritualidad.

«Y esos seres, que se acercaron para probar vuestra fuerza y la Doctrina que practicáis, al verse iluminados por la luz de vuestro amor y de vuestra caridad, se convertirán en la barrera que os proteja, serán vuestro escudo, vuestros defensores y amigos en la vida humana; y cuando vuestro espíritu traspase los umbrales del más allá, se encontrará seguido y bendecido por esas legiones de espíritus que os recibirán con amor y paz, y vuestro espíritu se sorprenderá al contemplarlos tan llenos de luz, la luz que vosotros supisteis darles.

«La mayor parte de los seres espirituales turbados, lo son porque todavía no se han dado cuenta de que se hallan ya en estado espiritual, conservan la creencia de que continúan en el mundo material y persisten en querer vivir como vivieron cuando eran seres humanos.

«Estando en espíritu, insisten en creer que son seres humanos, porque la impresión que la carne dejó en su espíritu fue muy profunda, muy intensa, debido a que vivieron sumergidos en el materialismo, en las pasiones, en el pecado y el fanatismo.

«La ignorancia que tuvieron en su vida terrestre, les envolvió el espíritu y éste no tuvo fuerzas, al llegar la transición que llamáis muerte material, para despojarse de esa pesada carga, de ese pesado fardo.

«Esos espíritus son dignos de la más grande caridad, porque no están plenamente en el valle material, como estáis vosotros, ni tampoco plenamente en el valle espiritual, como estamos nosotros.

«Son seres que vagan en una situación muy penosa, mas aun dentro de su tristeza, el espíritu adquiere experiencia, evoluciona y alcanza a comprender que ha pasado a una vida distinta. Su postración no puede ser eterna y su turbación se puede apartar si se acercaran a un espíritu, a un corazón obediente de la Ley, a un labriego del Señor.

«Cuando un espíritu turbado se acerca a una de vuestras congregaciones y se asoma a la enseñanza del Padre, una tempestad tiene lugar en su espíritu y en un instante toma el control de sí mismo y se entera de que es un espíritu que pertenece a otra vida; desde ese momento se pone obedientemente bajo la conducción del mundo espiritual de luz.

«Pero no todos los espíritus alcanzan a perder su turbación en una sola ocasión y tendrán que regresar varias veces entre vosotros a aprender y a despejar su confusión.

«Después de 1950 proseguiremos entregando la luz, tanto en el valle espiritual como en el material y vosotros, en materia, llevaréis también la luz espiritual a todos.

«Y ¿en qué forma habremos de entregar la luz para entonces? Os volvemos a decir: con nuestro amor, con nuestra virtud, con la caridad y la luz que el Señor ha depositado en nuestro espíritu.»

temas extraídos de las comunicaciones divinas de El Tercer Testamento