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Para dar luz a las tinieblas. El engañoso espejismo del materialismo

Este artículo pertenece al tema de La Batalla Invisible. Parte 2 de 8

PARA DAR LUZ A LAS TINIEBLAS

Hasta ahora no habéis sabido la forma verdadera de hacer luz en los seres turbados o presas del remordimiento.

Esos seres buscan caridad espiritual, consuelo, amor, comprensión, mas, ¿cómo poder ofrecerles una ayuda espiritual? Mi palabra viene a ilustraros sobre la forma de hacer caridad a aquellos a quienes ni siquiera contempláis.

No confundáis la práctica de la verdadera espiritualidad que es comunión y acercamiento al Creador por medio del amor, de la caridad y del culto interior, con la práctica de aquellas ciencias por medio de las cuales profanan y materializan los hombres a los seres del más allá.

Para que esta Humanidad pueda defenderse y librarse de las malas influencias, necesita tener conocimiento de la verdad que la rodea; necesita aprender a orar con el espíritu y también saber de cuántos dones está revestido su ser, para poder emplearlos como armas en esta gran batalla del bien contra el mal, de la luz contra las tinieblas, de la espiritualidad contra el materialismo.

Cuánta discordia, cuánta confusión y dolor ha acumulado el hombre sobre sí. La falta de oración, de moral y de espiritualidad, han atraído a los seres impuros y turbados y ¿qué se puede esperar de los que han partido sin luz y sin preparación?.

Precisamente el mundo espiritual de luz trabaja y lucha preparándolo todo, para que el mundo llegue a encauzarse un día por la senda de la espiritualidad.

Reflexionad en todo esto y podréis imaginar lo intenso de esta lucha para vuestros hermanos espirituales que trabajan por la salvación de los hombres; lucha que es para ellos un cáliz en que les dais a beber a cada instante la hiel de la ingratitud, ya que os concretáis a recibir de ellos todo el bien que os hacen, pero sin poneros jamás de su parte para ayudarles en su lucha.

Pocos son los que saben unirse a ellos, pocos son los que saben ser sensibles a sus inspiraciones y obedientes a sus indicaciones; pero cuán fuertes caminan éstos por la vida, cuán seguros se sienten, qué goces e inspiraciones deleitan a su espíritu.

Si en verdad queréis hacer un bien a vuestros hermanos espirituales librándoos a la vez de sus malas influencias, deberéis orar por ellos, con oración sentida, plena de piedad y de elevados pensamientos.

Convertid con vuestra oración a los seres en tinieblas, que como ejércitos combaten y luchan mientras dormís. Daos cuenta de que en torno vuestro y sobre vosotros flota y se agita un mundo desconocido, donde la luz lucha contra las tinieblas en una guerra cuyo estruendo e influencia trastorna vuestro mundo, vuestro corazón y vuestra mente.

Por eso la tranquilidad y la paz también han huido del corazón de la Humanidad; mas bienaventurado el que sintiendo esa batalla, ora, porque él saldrá avante.

¿Estáis dispuestos a poner en práctica los conocimientos que en esta lección os doy? Ved que en ella no os estoy autorizando a que materialicéis en alguna forma a aquellos seres, por el contrario, os inspiro la forma de que les conduzcáis hacia la espiritualidad ofreciéndoles el ejemplo de una vida virtuosa y limpia, y a que apartéis de ellos sus confusiones y tinieblas por medio de vuestras oraciones, cuyos pensamientos e ideas hagan luz en sus entendimientos.

Vosotros que poseéis la luz, orad y tened caridad de ese mundo desconocido para vosotros y ayudadlo a liberarse y a encauzarse en la vida a que pertenecen; no huyáis de su presencia ni les temáis. Yo os acerco para que unidos oréis y vengáis a Mí.

Si sentís que en vuestra vida humana se manifiestan esos seres espirituales en alguna forma, presentadles buenos ejemplos y buenas obras, para que en ellas tomen luz para su espíritu.

Dejad que os vean sanar enfermos, que os contemplen perdonar a quien os haya ofendido, que vean brillar nobles ideas en vuestra mente, que sólo escuchen buenas palabras en vuestros labios.

Ayudad con vuestro ejemplo a esas legiones de espíritus desencarnados que viven materializados. Sentid cómo se acercan en demanda de oración y de consejos; no les rechacéis, hacedles salir de su estado de turbación, influid en ellos con vuestra caridad antes de que ellos influyan en vosotros.

Y aquellos que por vuestro amor alcancen la luz de mi enseñanza, llenos de gratitud se convertirán en abogados vuestros y os ayudarán en vuestro cumplimiento. Todo se desarrollará dentro de mis leyes de amor y justicia.

Amaos todos en Mí, aunque habitéis distintos planos espirituales. Perdonaos también.

A los que creyendo pertenecer a este mundo, vivan turbados y confundidos en su espíritu, ayudadlos con amor a salir de su gran error.

No uséis la violencia pero llenad de ternura y de compasión vuestro corazón para tratar a todos los seres.

También existen en lo espiritual enormes legiones de seres que no saben a dónde ir, ni qué pensar, ni qué hacer; son los que ha poco dejaron este mundo y aún no sienten el despertar de sus facultades y potencias latentes.

Por ellos, orad, que vuestra voz espiritual resonará en su espíritu y les despertará para que puedan encontrar el camino que Jesús les trazó desde el mundo con Su palabra y Su sangre en la cruz.

Los seres que se encuentran errantes por el espacio, luchando por alcanzar la luz de un mundo superior, son aquellos que conservan las miserias e imperfecciones que en ellos dejó la materia y la vida terrestre; luchan entre las dos fuerzas que les atraen, la espiritual y la material, porque aún sienten el apego y el amor por las satisfacciones de este mundo.

¿Cómo podrá perderse irremisiblemente para Mí un espíritu, si lleva en sí un destello de mi luz que jamás se extingue y doquier que vaya me tiene delante? Por muy larga que sea su reaciedad o muy duradera su turbación, nunca serán esas tinieblas más largas que mi eternidad.

Será muy agradable para vuestro espíritu ser recibido por ellos a vuestra llegada al valle espiritual, recibiendo muestras de gratitud por la caridad que les brindásteis y será grande vuestro gozo viéndoles inundados de luz.

Os he dado de mi luz con la que podréis iluminar a vuestros hermanos.

Con esa potestad desataréis, a imitación de Jesús, a los espíritus en tiniebla que encadenados y turbados se encuentran poblando el Universo.

Y esos seres, que se acercaron para probar vuestra fuerza y la Doctrina que practicáis, al verse iluminados por la luz de vuestro amor y de vuestra caridad, se convertirán en la barrera que os proteja, serán vuestro escudo, vuestros defensores y amigos en la vida humana; y cuando vuestro espíritu traspase los umbrales del más allá, se encontrará seguido y bendecido por esas legiones de espíritus que os recibirán con amor y paz, y vuestro espíritu se sorprenderá al contemplarles tan llenos de luz, la luz que vosotros supisteis darles.

EL ENGAÑOSO ESPEJISMO DEL MATERIALISMO.

La mayoría de los hombres luchan entre las dos influencias, sin decidirse por una, sin entregarse totalmente al materialismo, pero sin esforzarse por librarse de él para espiritualizar su vida, es decir, para elevarla por el bien, por el saber y la fuerza espiritual. Estos están en plena lucha interior.

Los que se han entregado íntegros al materialismo, sin preocuparles más la voz de la conciencia, y, desentendiéndose de todo cuanto se refiere a su espíritu, ya no luchan, han sido derrotados en el combate.

Creen haber triunfado, creen ser libres y no se dan cuenta de que están prisioneros y que será menester que las legiones de la luz vengan a las tinieblas, para que ellos sean puestos en libertad.

Este mensaje de luz lo envío a todos los pueblos de la Tierra, para que sea el despertar de los hombres, para que se den cuenta de cuál es el enemigo al que tienen que combatir hasta vencerlo y cuáles son las armas que, sin darse cuenta, llevan consigo.

temas extraídos de las comunicaciones divinas de El Tercer Testamento