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Cristo, la luz que rasga las tinieblas

Este artículo pertenece al tema de La Batalla Invisible. Parte 6 de 8

Discípulos: Cristo es la suprema manifestación del amor divino, esa luz que es la vida en las regiones del espíritu, la luz que rasga las tinieblas y descubre la verdad ante toda mirada espiritual, la que destruye los misterios, abre la puerta y muestra el camino hacia la sabiduría, la eternidad y la perfección de los espíritus.

La lucha en la cual serán abatidas las tinieblas ya se ha entablado de un mundo a otro.

La gran batalla está en el Universo y es necesario que el hombre se convenza de ello para que pueda esgrimir sus armas.

¿Cuándo lograréis que todo aquel mundo de tinieblas, de sufrimientos y de turbaciones se convierta en un mundo de paz? ¿Cuándo sabréis atraer sobre vosotros la luz de las altas moradas espirituales, para que penetréis en armonía con todos vuestros hermanos en la morada que os tengo destinada?.

Debido a la enseñanza que os he entregado en mi palabra, se han realizado verdaderos milagros entre vosotros.

Los espíritus despiertan a un nuevo día, los corazones laten llenos de esperanza.

Los que no llegaban a ver la verdad, porque su ignorancia era como una venda que les cubría sus ojos espirituales, ahora que ven quedan maravillados. Los enfermos del cuerpo así como los del espíritu, sanan al recibir en su ser, en su corazón, la esencia de mi palabra.

Entonces surge de lo más íntimo, de lo más puro de este pueblo, una acción de gracias por las obras que hago en él y me dicen: -¡Gracias, Señor, porque nos habéis hecho dignos de que en nosotros se obren estos milagros!

De cierto os digo: Sin llegar a ser santos ni justos, podréis hacer grandes obras de redención, grandes prodigios entre la Humanidad y también podréis ser ejemplo entre los hombres.

Si Yo enviase santos y seres perfectos entre la Humanidad para que diesen ejemplo a los hombres, les parecería a éstos imposible siquiera asemejarse a ellos.

Yo quiero enviar entre los hombres a pecadores convertidos que, sin llegar a ser justos ni santos, sepan dejar un ejemplo de regeneración, de arrepentimiento, de fortaleza, de ahínco en la Doctrina del Padre, de anhelo, de progreso y de evolución espiritual y ¡esos sois vosotros!

Vuestro espíritu llegará algún día a la perfección, mas no sabéis cuando.

El Padre no os obligará ni vosotros forzaréis vuestros pasos, pero sí, no os detengáis jamás; aun cuando sea lento vuestro paso, quiero que sea siempre firme y ascendente.

La virtud se manifiesta solamente en la prueba.

La luz brilla más en las tinieblas, la luz no brilla en la luz y así, era menester que vuestro espíritu fuese probado y acrisolado.

temas extraídos de las comunicaciones divinas de El Tercer Testamento