Inicio » Artículos (Página 2)

Archivo de la categoría: Artículos

Carta de la Guía Sra. Manuela Domínguez

¿Quién fue Manuela Domínguez? Manuela Domínguez era Guía del «Templo del Mediodía». La siguiente carta fue envíada a todos los guías de los recintos establecidos en ese momento.

En la parte izquierda podrán encontrar los originales de la carta firmada por la Sra. Manuela Domínguez.


ORIGINALES

Hoja 1
Hoja 1

Hoja 2
Hoja 2

Hoja 3
Hoja 3

Hoja 4
Hoja 4

Hoja 5
Hoja 5

Hoja 6
Hoja 6

TRANSCRIPCIÓN COMPLETA DE LA CARTA

GUIAS DE LOS DISTINTOS RECINTOS PERTENECIENTES AL SEXTO SELLO.

Con motivo de las reuniones que tuvimos el día 31 de diciembre de 1947 tanto en el Templo de La Fe y como en el Templo del Mediodía y que llevamos a cabo por orden de el Señor, a continuación me permito dar a conocer un estudio y análisis de las cátedras escuchadas en dichos Templos.

En la cátedra del Templo del Mediodía, nuestro Padre Eterno Gran Jehová nos hizo un reclamo terminante por no haberle hecho presente hasta ese momento su Obra limpia y pura.

Este reclamo nos lo viene haciendo desde que principiamos a trabajar en Su Obra, porque habiendo estudiado y analizado Su Palabra en las cátedras entregadas en los primeros años desde 1922 a la fecha, deduzco que si en cada una de esas cátedras después de entregarnos Su caridad sigue reclamándonos, quiere decir que no hemos comprendido hasta estos momentos el fondo de Su Voluntad y como los espíritus del pueblo de Israel no son los inocentes ni los ignorantes porque están evolucionados y preparados a tráves de de las tres eras y en esta última el Señor ha derramado en ellos de lleno Su Luz, he llegado a la conclusiónque hemos sido sordos a Su Reclamo Divino, haciéndonos los desentendidos, porque lejos de enmendar nuestros errores, hemos seguido presentando nuestra obra guiando a las multitudes a nuestra propia voluntad.

Por eso nos reclamó el materialismo, fanatismo, idolatría y misticismo dentro de Su Obra. También nos encuentra aletargados, desnudos de obras buenas, confundidos y desunidos. Además, nos encontró convertidos en los mercaderes de Su Obra.

A continuación me permito señalar nuestros errores al mismo tiempo el medio para corregirlos.

MATERIALISMO

Es materialismo dentro de la Obra el haber obligado al mundo espiritual a dar limpias con ramos, flores, limones, chiles, huevos, etc., dar masajes con perfumes ó aceites y recetar medicamentos materiales para desalojar malas influencias y curar las enfermedades del cuerpo.

Estos procedimientos deben de desaparecer, porque todos sabemos que en el Segundo Tiempo el Señor sanó a los enfermos y desalojó a los poseídos tan solo con Su palabra o con Su fluído divino y ahora el Divino Maestro nos dice que Su mundo espiritual está revestido de la fuerza y potestad para realizar los mismos prodigios a través de Su palabra y Su fluído espiritual. Por lo tanto, no hay necesidad de obligarlo a recurrir a las cosas materiales. Y es más, si el mundo incrédulo contempla los prodigios realizados espiritualmente, se postrará ante el Señor y creerá en Él.

Relacionado con lo anterior, cabe la mención que si en el Segundo Tiempo los prodigios eran preferentemente materiales, ahora en este Tercer Tiempo son espirituales, porque el Señor viene a salvar al espíritu y no a la materia. De ahí que los muertos de espíritu serán resucitados a la Vida espiritual y a la gracia del Señor, los ciegos de espíritu verán la Luz del Señor, los sordos a Su palabra oirán Su Voz y ejecutaran Sus Mandatos.

También es materialismo cuando se pide la ayuda del mundo espiritual para asuntos profanos.

Esto significa un abuso porque debemos comprender que el Señor ha permitido la comunicación de los espíritus de luz a través de los cerebros preparados para que nos expliquen el contenido de su Palabra Divina, nos den sus consejos, nos entreguen su fluído y nos guíen por el sendero espiritual. Por lo tanto no debemos materializarlos con preguntas denigrantes e inmorales.

Igualmente es materialismo creer que para hablar con el Señor es preciso abrir los labios, pronunciando las palabras materiales y llegar para ello a las plantas del pedestal.

Fácilmente se puede ver el error en ésto, porque si el lenguaje material es propio para que los hombres se comuniquen entre si, éste no es el medio adecuado para comunicarse con el Señor, ya que Dios es Espíritu y nos dice que Ia forma perfecta de comunicarse con Él, es de espíritu a Espiritu, por lo tanto, siendo los espiritualistas discípulos del EspÍritu Santo, es menester que nos comuníquemos con nuestro Dios y Señor espiritualmente sin pronunciar una sola palabra material. Tomando lo anterior como base se entiende tambien por sí solo, que es innecesario pasar a las plantas del pedestal para ser recibidos por el Señor.

FANATISMO

Se encuentra el fanatismo entre nosotros cuando creemos que la Doctrina Espiritualista es la única que conduce hacia Dios, sin comprender que existen religiones, sectas y doctrinas que conducen al mismo fin, aunque por un camino más largo y más escabroso. Desconociendo esta verdad, no aceptamos en muchas ocasiones las razones de los demás, creyendo que están fuera del camino.

Para combatir el fanatismo entre nosotros, debemos tolerar y respetar a todas las religiones y nunca desconocerlas, porque cada una, representa una escalidad espiritual de acuerdo con Ia evolución de los espíritus que en ellas profesan. Es nuestro deber hablar con amor e invitar con humildad a que todas conozcan el camino más corto y perfecto a través de la doctrina Espirtualista Trinitaría Mariana.

IDOLATRÍA

Practicamos la idolatría porque se adoran y veneran a imágenes y estampas y aún al mismo retrato de Roque Rojas.

Esto lo tenemos que quitar porque siendo nosotros espiritualistas discípulos del Espiritu Santo, debemos de amar al Señor espiritualmente quitando de nuestros ojos, corazón y mente todo objeto material que exista como medio para la adoración.

Igualmente es idolatría el culto que se le rinde al mundo espiritual a semejanza de los santos de la Iglesia Católica y tambien los guías, pedestales y facultades son venerados por el pueblo como si ellos fuesen los que entregan la caridad.

Haciendo tal cosa, olvidamos que en realidad los seres espirituales son tan sólo el conducto espiritual por el cual el Señor entrega Su caridad, por lo tanto, no debemos rendirles culto y sólo guardarles respeto, amor y gratitud. Y en cuanto a los guías, pedestales y facultades que son el conducto material, no debemos ser venerados porque somos indignos de que el Señor nos haya escogido como Sus instrumentos y si aceptamos esta veneración perdemos el lugar de la humildad y nos convertimos en los señores de la humanidad.

MISTICISMO

Hay misticismo entre nosotros, porque manifestamos la Obra Como un misterio, falta de claridad y sencillez y ocultamos la Verdad Divina que es la base fundamental de la Obra.

Para enmendar esta falta tenemos que hablar de la doctrina espiritualista con absoluta claridad y verdad, descubriendo la esencia y el valor de ella, no presentándola como una cosa novedosa sino como la continuación y consumación de la Obra Divina, iniciada en el Primer Tiempo por conducto de Moisés y los Profetas, continuada en forma perfectisima en el Segundo Tiempo por el Divino Maestro y ahora terminada por el Espíritu de Verdad. La palabra del Divino Maestro entre nosotros, es su segunda venida en cuanto Maestro y la tercera en cuanto Dios, cumpliendo de esta manera Su profecía dada en el Segundo Tiempo a Sus discípulos que dice: «Vendré una vez mas entre los hombres».

Las religiones y sectas ya despiertan, esperando la venida del Señor entre ellos sin saber en que forma se efectuará . Por lo tanto es muy importante que nosotros los espiritualistas demos testimonio con amor y humildad que la venida del Señor entre los hombres ha sido espiritualmente y que Su Espíritu Divino está ya aposentado entre nosotros y que solo nos faltan tres años para 1950 cuando será que termine de hablarnos por conducto del entendimiento humano.

MERCADERES DE LA OBRA

Nos hemos convertido en los mercaderes de Su Obra, porque explotamos la palabra del Señor, los prodigios del Mundo espiritual, la buena voluntad, la gratitud y la ignorancia del pueblo, cobrando pidiendo o recibiendo como pago, como óbalo, dádiva o limosna cualquier cantidad de dinero, siendo que al entregarnos el Señor Su palabra, los dones y su caridad Divina no nos costó cantidad alguna.

Por lo tanto no nos asiste ningún derecho para cobrar, pedir o recibir dinero sino que tenemos la obligaci6n de entregar la caridad en la misma manera en que la hemos recibido para agradar al Señor dentro de esta limpidez y no convertirnos en el Judas de Su Obra.

De este modo el mundo se dará cuenta que los labriegos del Señor trabajamos para ganarnos el pan con el sudor de nuestra frente y que servimos dentro de la Obra sin vivir de ella, con el exclusivo fin de hacer méritos para la salvación de nuestros espíritus.

Nuestro Padre Eterno Gran Jehová nos escudriñó y contempló que le hicimos presente, no su Obra limpia y espiritual, sino la obra que hemos forjado nosotros llena de ritos, ceremonias, costumbres y tradiciones que no pertenecen a Su Obra encontrando imperfeccion en la oración.

¿Cuáles son las lacras señaladas por el Señor?

A continuación me permito nombrarlas y al mismo tiempo el medio para corregirlas.

Los rezos, aprendidos de memoria o leídos, lo mismo que los cánticos, son ritos y costumbres de otras religiones.

Los debemos de quitar porque datan del Primero y Segundo tiempo y fueron instituidos por varias sectas y religiones.

Como nos encontramos en la culminación del Tercer Tiempo y siendo los discípulos del Espíritu de Verdad debemos de retirar estas prácticas y solamente oraremos espiritualmente, y alabaremos y gorificaremos al Señor de espíritu a Espíritu.

HINCARSE, PERSIGNARSE, el uso de INCIENSOS Y PERFUMES, lo mismo que encender VELADORAS son costumbres que arrastramos de la Iglesia Católica.

Hincarse es demostración material de humildad ante el Señor y nosotros no debemos de hacerlo sino que debemos postrarnos de hinojos ante Él de espírItu a Espíritu y demostrar la humildad con nuestros buenos actos y palabras.

El persignarse es costumbre dentro catolicismo simbolizando el antídoto de el Segundo Tiempo, pero nosotros no debemos de hacerlo porque en este Tercer Tiempo, al ser marcados por el Señor nos entregó espiritualmente el antídoto de esta Tercera Era en el triángulo simbólico de la paz, cumplimiento y rectitud. El incienso y el perfume se usa en algunas sectas y religiones como medio para desalojar las malas influencias y nosotros no debemos de usar ésto porque poseemos la luz del Espíritu Santo y con ésta disipamos las tinieblas. También cabe señalar que el incienso se usa para rendirle culto a la Divinidad y nosotros no debemos de usarlo porque en todo caso debemos presentarle al Señor como un holocausto la limpidez de nuestro corazón. Las veladoras encendidas han sido usadas desde hace muchos siglos como símbolo de la fe viviente, no debiendo nosotros hacer uso de ellas porque la flama de la fe debe existir en nuestro corazón.

Igualmente son ceremonias copiadas de la iglesia católica, Ias representaciones materiales y simbólicas durante la llamada Semana Mayor, como son las palmas en el Domingo de Ramos, el lavatorio, el cenáculo, bendición de panes y vinos en el Jueves Santo y las Tres Caídas en el Viernes Santo. La conmemoración de la Semana Mayor materializada en sus manifestaciones desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección practicadas por varias religiones y sectas copiadas por nosotros, sólo tiene por objeto recordar año tras año que con la Pasión y con la muerte del Señor en la cruz de aquel Segundo Tiempo el mundo entero fue redimido.

Encontrándonos en las postrimerías de la Tercera Era deben desaparecer estas manifestaciones materializadas de entre nosotros no practicándolas, y el recuerdo del Supremo Sacrificio del Señor debe quedar grabado eternamente en nuestro ser, sirviéndonos como un ejemplo perfecto para el cumplimiento de la misión que pesa sobre nosotros o sea, colaborar a la redención del mundo.

También los actos rituales del bautizo y de matrimonio son copiados de otras religiones. Si bien es cierto que el bautizo y matrimonio verdaderos son sacramentos instituídos por el Señor no debemos olvidar que las ceremonias y tradiciones que los acompañan son supérfluas e innecesarias para nosotros, y por lo tanto no debemos practicarlas.

Nuestro Padre Eterno Gran Jehová palpó el simbolismo dentro de Su Obra. Todos conocemos estos símbolos que son: la Escala, símbolo del Primer Tiempo que significa la escalidad de los espíritus. La Cruz, símbolo del Segundo Tiempo que significa el sacrificio supremo del Señor por la salvación del mundo. El triángulo que representa a la Trinidad Sagrada. El Cirio, que simboliza la Luz del Sexto Sello en este Tercer Tiempo. El Señor dice que nos lo concedió por la única razón de que el pueblo de Israel es idólatra y materializado desde el Primer Tiempo en el Segundo y aún en el presente Tercer Tiempo y nos dice que si no hubiéramos tenido ante nuestros ojos los símbolos fácilmente habríamos forjado imágenes o ídolos para poder creer en Él y poder adorarle. Pero el tiempo ha pasado porque nuestros espirítus están evolucionados y el Señor espera que ese simbolismo se haya penetrado ya en nuestros espíritus y que sean apartados ante nuestros ojos los objetos materiales.

DIVULGACION LA PALABRA DIVINA

La divulgación de la palabra del Señor únicamente por medio de anuncios en periódicos, volantes, folletos, radio o television, etc. constituye en el fondo una desobediencia ya que el Señor en varias cátedras nos ha ordenado que este medio no se use para dar a conocer su Palabra y su Obra Divina, sino que debemos propagarla de corazón a corazón por nuestra palabra y por nuestros buenos actos, con la ayuda de textos conteniendo extractos de Sus enseñanzas.

ALETARGADOS

Estamos aletargados porque no hemos sabido apreciar el valor inmenso de la doctrina Espiritualista ni hemos reconocido la grande misión que nos ha entregado el Señor.

Los espíritus del pueblo de Israel preparados por la Luz del Espíritu de Verdad han sido capacitados para comprender y cumplir plenamente su misión; por lo tanto es tiempo de que despertemos y nos demos cuenta exacta del tiempo que hemos perdido y estando en la terminación de esta Obra y quedándonos escasamente tres años para cumplir con el cargo que pesa en nuestro espíritu, debemos hacer efectiva de una vez por todas el valor inmenso de la Palabra Divina, levantándonos al cumplimiento con toda limpidez.

DESNUDOS DE OBRAS BUENAS

Nos encontramos desnudos de obras buenas porque no hemos puesto en práctica la enseñanza Divina y es más, ni siquiera hemos cumplido con la Ley dividida en los 22 preceptos, por lo que de hoy en adelante vamos a poner especial atención al cumplimiento de la Ley.

DESUNIDOS

El Señor nos ha encontrado desunidos porque cada uno de nosotros hemos tomado distinto camino, presentando la Obra en distintas formas dándole el cariz a la Palbra Divina contrario unos de otros, pero siendo la misma Obra y habiendo con lo anterior mostrado nuestros errores, daremos un paso firme y seguro hacia la unificación porque en el futuro presentaremos una sola manifestación.

En resumen, la Voluntad de Señor es que presentemos Su Obra limpia y que demos un paso hacia la espiritualidad. Esto lo lograremos en lo sucesivo, porque tanto ustedes como yo, desde este momento explicaremos a nuestros respectivo pueblos el paso que daremos dentro de la Obra, corrigiendo todos los errores que he mencionado

Méx.,D.F., Feb.18 de 1948
Manuela Domínguez.- Guía de guías.

Carta del Guía Sr. José Pacheco

¿Quién fue José Pacheco? José Pacheco, llamado respetuosamente Don José, era el Guía del «Templo de La Fe» y llegó a ser reconocido por todos los recintos espiritualistas como el guía de guías.

Esta carta que se muestra a continuación fue envíada a todos los guías de los recintos de ese momento, el día Lunes 15 de Mayo.

En esta carta el Sr. Pacheco habla acerca del fin de la comunicación del Padre por medio del entendimiento humano que se daría ese mismo año.

En la parte izquierda podrán encontrar los originales de la carta firmada por el Sr. José Pacheco Domínguez.


ORIGINALES

Hoja 1
Hoja 1

Hoja 1
Hoja 2

TRANSCRIPCIÓN COMPLETA DE LA CARTA

«TEMPLO DE LA FE»
3a. Calle de Tolnáhuac No. 80, Col. San Simón, México, D.F.


PALABRAS DEL GUÍA SEÑOR JOSE PACHECO DOMíNGUEZ DIRIGIDAS AL CUERPO DE MEDIUMNIDAD EL LUNES 15 DE MAYO DE 1950.

Miren hermanitos, ya es tiempo de que nos vayamos preparando, el tiempo va a llegar, la Palabra del Señor se va a cumplir; porque desde los primeros tiempos nos decía que Su Palabra llegaría hasta 1950.

Así es que los Espiritualistas pertenecemos a los Siete Sellos, del Primero al Séptimo y por la Gracia del Señor Quiso que el Sexto Sello, al cual nosotros tenemos la dicha de pertenecer, fuera el Elegido a donde Se Presenta el Señor en Tres Potencias y la Santísima Virgen, cosa que en los otros sellos ignoran, ya que en ellos nada más Se Presenta nuestro Guía Espiritual y prácticamente no han tomado el Espiritualismo como es, porque no lo han sabido entender, como no lo hemos entendido nosotros.

La Sede del Sexto Sello es el «Templo de EL MEDIO DíA», aunque muchos se dicen tener el Arca y la Orden y ser los representantes del Sexto Sello; pero hermanos míos, yo no tengo ningún interés en engañarlos y por tal motivo, debo de decirles la verdad.

La Sede del Sexto Sello es el «Templo del EL MEDIO DIA», dado que en las primeras Cátedras que nos dió el Señor cuando Damianita faltó, se Dignó Entregarnos el recinto a donde tenían que congregarse los que pertenecen al Sexto Sello, porque a donde nos congregábamos con Damianita, le llamábamos «Templo del Espíritu Santo», y en ese lugar que nos Entregó, el Señor le llamo «Templo del EL MEDIO DíA» que por nombre lleva «Damiana Oviedo» dejando como Guía y Representante de Su Ley en primer lugar a la hermana Manuela Domínguez y en segundo lugar a este su servidor.

Ahora, quiero decirles a ustedes, que todos los que eran espiritistas hoy se dicen Espiritualistas, cosa que no es malo; lo malo es que como no han reconocido esta Ley, cada uno la quiere acomodar como mejor le conviene.

Así es, de que como el tiempo va a llegar y la Palabra del Señor se va a cumplir, esos cerebros, que son los de ustedes que estan indicados para que el Señor Se Comunique Dando Su Manifestación en Tres Potencias, se tendrán que cerrar; entonces ya no habrá esa Palabra como ahora la escuchamos, ya tendremos que hacerlo en distinta forma, COMO SE NOS ORDENE EN EL TIEMPO PRECISO, pero tomen en cuenta, que entre ustedes que están escuchando esta Palabra tan sublime, habrá muchos que ven a darle paso al Ser que los proteje, y ENTIENDANLO BIEN que eso YA NO ES COSA LíCITA se harán de causa por lo que tanto han luchado y tendrán que derrumbarse, porque entónces ya se saldrán del número de los Espiritualistas y entrarán al número de los espiritistas.

Muchos ya se están preparando para decir que no termina la Palabra del Señor en el año de 1950.

Pesa el decirlo hermanos míos, pero desgraciadamente esta Obra la hemos tomado muchos para vivir y esa no es la Ley que el Señor nos ha Entregado en nuestras manos, y si nosotros queremos cumplirla, debemos hacer todo lo que se nos ha ordenado al pié de la letra, porque hay que entender que nosotros vamos por escala y que el Señor no se equivoca en lo que nos ordena, ni tiene por qué estar repitiendo a cada momento las órdenes que Ha Entregado.

De que terminará la Palabra del Señor este año, NO ES UNA TENDENCIA DE LOS ACTUALES PEDESTALES por los que recibimos hoy la Palabra del Señor; no hermanos míos, desde los primeros tiempos, como les he dicho, el Señor nos Habló en esta forma.

Muchos de estos pedestales, en aquellos tiempos no soñaban, ni tan siquiera se daban cuenta, cual sería la misión tan Sagrada que traían en su ser; por lo que les digo a ustedes que si yo tengo la seguridad de que esa Palabra es verdadera, y tengo que sostenerla, como también deben de hacerlo quienes quieran llegar a esa gracia y cumplir con ella.

Quiero decirles, hermanos míos, que no se dejen arrastrar por la maldad, por la conveniencia o por el egoísmo; cualquier cosa que hagan creyéndola oculta, no lo será, porque lo que nosotros hagamos Dios se Está Dando cuenta de ello.

De esto que llevamos, hermanos, ya hay que hablar, y debemos de estar preparados para el mañana; vamos a escuchar lo que este ser Espiritual nos diga sobre este punto, y lamento que no estén presentes todas las facultades que son del Sexto Sello, pero procuraré por los medios que sea posible, hacer llegar estas palabras a los recintos donde prestan sus servicios, así como hacerlo saber también a aquellos que se creen superiores sin haberlo sido, pues no hay que olvidar hermanos, que una cosa es la ventaja y el egoísmo o vanidad y otra es cumplir con la ley tan justa como la que se nos ha Entregado, porque esta Ley que nosotros llevamos es Una Orden Divina, no está dada al capricho de estas personas que son ustedes, no hermanos míos, esto es dado por ese Más Allá, es una palabra directa que nos ha venido a hablar, porque ustedes Pedestales y Facultades, han servido únicamente como aparato transmisor.

Ahora ustedes pueden decir, bueno ¿pero entonces el Señor no Tiene fuerza y potestad para retener a esos que quieren hacer su voluntad?, hermanos míos, nosotros tenemos nuestro libre albedrío y lo podemos emplear en la forma como queramos, máxime si nos falta conciencia y temor, y entiéndanlo bien hermanos, que el espiritismo ha existido desde el Primer Tiempo formado por aquellos seres que hacen su voluntad, porque no son ordenados, ya que lo mismo pueden decir una palabra de amor, una palabra de luz, como decir la mentira más grande o una picardía; lo mismo pueden poner su mano para sanar a un enfermo que poner la mano para causar un dolor o dar un golpe.

Así es, hermanos míos, que deben darse cuenta, que es necesario que vayan pensando que nosotros tenemos que sostener y cumplir lo que se ha hablado por boca de ustedes, y además como les consta, no soy yo el que he formado la Ley, ha sido el Señor por medio de estas envolturas elegidas.

Entonces vayanse preparando y dándose cuenta que tenemos que conformarnos, porque es un golpe terrible para el futuro, vamos a llorar, tendremos que sufrir, nos vamos a creer desolados, abandonados; pero vamos a poner toda nuestra voluntad, para que entonces, ya la comunicación sea directa de espíritu a Espíritu con el Señor, entonces los mandatos que el Señor entregue serán escuchados por los que sea Su Voluntad Escoger y ellos mismos deberán de llevar una grande preparación.

Como ustedes escucharon en una de las Cátedras que acaban de pasar que el Señor Dijo: «Muchos no obedecerán Mis Mandatos pero esos que infrijan, no recibirán ni Caridad ya que Ella Quedará Retenida»; así es hermanos míos, si quieren sufrir, lo pueden hacer, porque no habrá quien les evite que cometan esa falta; pero antes de todo lo que hagamos debemos pensar lo que nosotros hemos luchado por el bien de la humanidad, y que eso poco que hemos hecho no sea derrumbado, porque será en perjuicio de nosotros mismos.

México, D.F., a 15 de Mayo de 1950.

El Guía.
José Pacheco Domínguez
(firma)

Cátedra Divina – 11 de Enero de 1988

Este artículo pertenece al tema de Comunicaciones Divinas de espíritu a Espíritu. Parte 8 de 11

Cuando me manifesté a través del entendimiento humano, no os pude revelar muchas lecciones con toda la luz que ellas contienen, porque vuestro espíritu todavía no estaba preparado para ello.

Mas como os prometí, os vengo a daros nuevas revelaciones, para que los tiempos que acechan a la humanidad no sorprendan a Mi pueblo.

Dentro de cierto tiempo, veréis cómo surge un falso profeta que vendrá de un país del oriente, diciendo que es el Cristo encarnado. Logrará congregar a su alrededor a muchos que por estar aún durmiendo, no han sabido velar esperándome; y por eso, la primera voz que logren escuchar habrán de seguir como si fuera la de su Maestro.

En medio de esas multitudes se entregarán una serie de maravillas y prodigios de tipo material, que harán que los hombres que no estén preparados sientan que verdaderamente ese es el Mesías que había prometido regresar.

Confundirá a muchos, mas no ha de confundir a Mi pueblo, porque ya éste ha sido advertido por Mí. Ese falso profeta, será, sin saberlo, instrumento de Mi divinidad, porque ninguno de Mis hijos es ajeno a Mi obra.

Unos, cumplen mi voluntad con su obediencia, y otros, con su rebeldía; unos, con su elevación, y otros, con su pecado, porque hasta ahí permito que el libre albedrío de vosotros se manifieste.

Pero, ¿creéis acaso que vuestro libre albedrío sea mayor que Mi voluntad? ¿Pensáis que cualquier acto de vuestra vida, o cualquier pensamiento que tengáis podrá tener más poder que el más pequeño de Mis mandatos?

Pues así os digo, que la hora de la tiniebla se ha acercado a esta humanidad y ese falso profeta que os pronostico cumplirá una misión muy importante, que es la de destruir el poder de algunas religiones; porque se alimentará de aquellos que no han velado y no han orado. Será su grey aquella que ha permanecido dispersa, y atará a aquellos que han sido esclavos.

Pero vosotros, pueblo, que os habéis cultivado en la libertad, en la responsabilidad de amaros los unos a los otros y en la obediencia a Mis mandatos y a Mis leyes, sabréis reconocer de inmediato que en esa voz no está la de vuestro Señor, que esos prodigios encierran simplemente un vacío espiritual, y que esas maravillas aparentes, sólo serán creídas por los profanos e idólatras.
Sabréis, pueblo, distinguir la verdad de la mentira, la falsa luz de la verdadera.

Faltan para esto todavía unos cuantos años.
El alerta que recibís ahora es con mucho mayor precisión que la de antaño, porque también ahora os encuentro más preparados.

En verdad os digo, que si os preparáis, ninguna prueba que ha de llegar a este planeta ha de sorprenderos dormidos, porque una voz ha resonado en vuestro corazón, y bien sabéis que esa voz es la de vuestro Padre.

¿Quién podrá imitarme? ¿Quién podrá engañar a aquél que ha oído la voz de su verdadero Dios? Yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a Mí; recordad que vosotros sois Míos, y no os dejaré perder.

Iréis luchando paso a paso en contra del nuevo fanatismo religioso que se ha de levantar, derrotaréis la ignorancia, porque ahora sabéis por la enseñanza que os he dado, que ya no sois los que antes fuisteis, y que mañana, no seréis los que ahora sois, porque vuestra senda es la evolución, vuestro camino el progreso y vuestro destino la perfección.

Os encontráis reunidos ante mi Espíritu una vez más, obedientes y fieles. Me place ver que vuestro anhelo se acerca al Mío, porque mucho deseáis estar con vuestro Padre; y es este anhelo el que os mueve, el que os lleva a elevaros para que, acercándoos a Mi divinidad, recibáis el influjo de Mis mensajes y Mi caricia.

Perseverad en vuestros esfuerzos, porque pronto está el que Yo os conceda la unificación que tanto tiempo me habéis pedido; y bien sabéis que cuando Israel esté unido, se conmoverá el Cosmos.

Perseverad, pueblo amado, velad y orad; no escatiméis esfuerzo ni instante alguno, porque el tiempo tantas veces profetizado, se ha acercado a vosotros.

¡Mi paz sea con vosotros!

Cátedra Divina – 16 de Junio 1999

Este artículo pertenece al tema de Comunicaciones Divinas de espíritu a Espíritu. Parte 1 de 11

La comunicación de espíritu a espíritu es la forma natural, sencilla y lógica que desde la eternidad ha existido para que el Padre y Sus hijos hablen.

Antes que los mundos fueran, antes de la creación del universo material vosotros hablabais conmigo y Yo hablaba con vosotros directamente. ¿Cómo podría haber sido esto sino a través de la comunicación de vuestro espíritu con el mío?

Y por ello os digo que en este tiempo, la llegada de la etapa en que habríais de comunicaros conmigo nuevamente por medio de vuestro espíritu habréis de verla no sólo como un progreso sino también como un retorno, el retorno de la forma verdadera de comunicación con la Divinidad que por tantos milenios habíais olvidado y que existe en vosotros desde vuestra formación espiritual.

En el principio del hombre en este planeta la comunicación de espíritu a espíritu era la manera en que el Adán y la Eva de la parábola, símbolo de las primeras generaciones humanas, recibían mis consejos paternales, mis mandatos divinos y todo cuanto les era necesario para conservarse en la gracia primigenia de la que doté al espíritu encarnado para su tránsito en la vida material.

Mas cuando vino la primera desobediencia ya en materia, aquella que tenéis descrita en la parábola de la pérdida del paraíso, junto con ella llegó algo más: la vergüenza.

Comprended que no fui Yo quien puso ese sentimiento en vosotros, porque debéis saber que en el varón y la varona existen sentimientos altos, puros y bellos que son con los que Yo os he dotado desde un principio, pero también, junto a ellos, existe otra clase de sentimientos no creados por Mí sino por vuestro libre albedrío y estos son bajos, engañosos, en muchos casos materiales y por lo tanto pasajeros.

Unos, los primeros, que emanan de vuestro espíritu, os acercan a Mí; los otros, que emanan de vuestra mente humana, del mal uso del libre albedrío que da pie a la materialidad y la confusión, por el contrario, os separan de Mí.

Y la vergüenza pertenece a estos últimos; cuando ante la primera falta vuestros primeros padres sintieron que la vergüenza nacía en ellos, se escondieron de Mí y en ello veis cuánta inocencia había todavía en ellos, pero también, cuánta ignorancia llevaban en sí.

Creyeron, como mucho de vosotros ahora, que podían esconder de la mirada del Padre sus faltas y sus imperfecciones.

Confundieron, como muchos de vosotros, el arrepentimiento con el remordimiento y el pudor con la vergüenza, y así, llegaron hasta vosotros estas confusiones, mismas que en este tiempo de luz vengo a apartar de vosotros con la sabiduría que vierte mi palabra sobre vuestro espíritu.

A partir de ese momento, tuve que manifestarme ante ellos a través de los elementos de la Naturaleza material, y por ellos sabían que algún acto suyo contravenía los designios divinos cuando veían la furia de los elementos naturales desencadenarse, así como comprendían que cuando éstos eran amistosos y benéficos, significaba que estaban en obediencia de mi Ley divina.

De tiempo en tiempo, envié a espíritus de alta luz para venir a habitar entre vosotros, espíritus que os mostraban que había una forma más elevada de comunicarse con Dios, esa comunicación de espíritu a espíritu que las transgresiones a la Ley así como la vergüenza en los hombres había convertido en algo difícil y hasta imposible de ser llevada a la práctica por esas generaciones.

¿Cómo pensáis que se comunicaban Conmigo Elías, Eliseo, David y el mismo Moisés? ¿Creéis que los grandes profetas de Israel recibían mi voz humanizada o era su intuición despierta la que atendiendo a la conciencia permitía la comunicación espiritual profunda e intima con Su Padre y Señor, a través de la cual me derramaba en profecía, en inspiración, en profundas lecciones, en advertencias amorosas? Repasad las escrituras de los tiempos pasados y hallaréis múltiples testimonios de que la comunicación de espíritu a Espíritu ha sido constante en la jornada del hombre sobre la Tierra.

Y llegó Jesús; nunca antes se os había dado un ejemplo más maravilloso de cuanto la comunicación verdadera con el Padre puede lograr en un ser humano; porque Jesús, siendo divino por el espíritu que le animaba, era completamente humano, pero Su humanidad era armoniosa, perfecta.

Sin contradecir las leyes naturales, el dulce Rabí de Galilea vivió de acuerdo con todas y cada una de las leyes espirituales.

Y ¿cómo pensáis que Jesús se comunicaba con Su Padre? ¿Creéis que practicaba la oración hueca y vana con la que los hombres de todas las épocas han creído agradarme?.

Aprended a analizar la oración modelo que Él os dejara como ejemplo, aquella que conocéis como Padrenuestro, y ved que en Sus siete partes se encierran los principios de la verdadera comunicación de espíritu a Espíritu.

Ved cómo desde la primera frase se os entregó la guía para que paso a paso fueseis entrando en la verdadera comunión con vuestro Señor hasta llegar a la última parte, donde os enseñó que la aceptación de la voluntad perfecta, sabia y amorosa del Padre es el sentido, el propósito verdadero de la comunicación de espíritu a espíritu porque es aquella que os acerca al bien y os libra del mal.

Me preguntáis: ¿Padre, entonces la oración es la comunicación de espíritu a Espíritu? y el Padre os responde: Si, mis hijos, la oración verdadera es la comunicación de espíritu a Espíritu llevada a su máxima elevación, porque en ese momento, nada se interpone entre vuestro espíritu y el Mío.

Lejos quedan las pasiones e influencias de la materia, lejos quedan el pecado y la vergüenza ante la Divinidad, vergüenza que nunca deberíais haber puesto como barrera entre vuestro espíritu y el Mío; lejos también quedan la vanidad y la soberbia, el egoísmo y el materialismo.

En ese instante de verdadera elevación espiritual, vuestro espíritu se funde momentáneamente con el Mío y entráis brevemente dentro de la eternidad, os asomáis a la suma perfección del Padre, y es cuando mi Arcano se abre para vosotros y tomáis todo cuanto corresponde a vuestra evolución y a vuestras necesidades verdaderas, os revestís de fuerza, de entereza moral y de gracia y conocéis la verdadera paz.

Cuando esa comunicación entre vuestro espíritu y el Mío llega a su máxima expresión, no encontráis en el Padre reclamo alguno, no experimentáis en vuestro ser vergüenza ni temor, no hay nada que se interponga entre vos y Yo.

Es el momento del éxtasis verdadero, de vuestra apoteosis esencial, del abrazo entre el Padre y el hijo.
Y ¿qué os pide el Padre para que logréis llegar a tener de nuevo esa facultad en vosotros? Os pido limpidez, os pido entrega, os pido fe.

No os pido perfección porque lejos os encontráis aún de ella y os vuelvo a decir: No es la perfección la que os lleva a la comunicación de espíritu a Espíritu, sino que por el contrario, es a través de la comunicación entre el Padre y el Hijo como os asomaréis al cielo de la perfección, y el anhelo vuestro por permanecer en ese estado os servirá de estímulo y de aliciente una vez regresado el espíritu a la lucha material de todos los días.

Cada día encierra una prueba y una lección para vosotros si sabéis comprenderlo, pero os digo que también encierra una oportunidad para platicar con vuestro Señor.

Y en esa plática encontraréis todo cuanto precisáis para hacer vuestra vida más elevada, más armoniosa y os prometo que llegaréis a ser dichosos en esta vida, no con esa falsa dicha que muchas veces queréis encontrar en las satisfacciones de vuestra materialidad, sino la verdadera felicidad que solo se encuentra a lado de vuestro Creador.

La limpidez que os pido os requiere despojaros de muchas cosas que consideráis como sagradas o queridas en esta Tierra, y la primera de ellas es vuestra personalidad.

Comprended que si persistís en continuar rindiendo culto a vosotros mismos a través del cultivo de vuestra personalidad tanto moral como física, os será imposible esa fusión con el Espíritu del Padre.

El mundo os empuja a engrandecer vuestra personalidad y ved los resultados en todo cuanto os rodea: guerras, pestes, enfermedades, injusticia, miseria moral y humana.

¡Ah! En verdad si los hombres de este tiempo elevaran su espíritu y pensamiento aunque sea por unos instantes para entrar en comunicación con mi Espíritu, veríais la paz inundando al Planeta y os digo: os bastaría un solo día para terminar con las guerras, con las separaciones artificiales entre unos y otros, para desterrar la pobreza, la injusticia y la maldad.

Sé que esto hoy os parece imposible, que os suena como una fantasía, pero todos aquellos que se han elevado en espíritu han visto los albores de la llegada de ese día; nada podrá detener el arribo de esa alba esplendorosa que tengo reservada para todos mis hijos, vuestra llegada a esa meta es inexorable, nada ni nadie podrá impedirlo.

¿Queréis vosotros también conocer algo de eso que os espera a todos? Limpiad, en las aguas del arrepentimiento, vuestra mente y corazón de todo bajo impulso, de todo sentimiento de inútil vergüenza, de toda baja pasión o idea material y egoísta, despojaos aunque sea por un instante de vuestros prejuicios, de vuestra personalidad y de todas esas cosas materiales que os son tan queridas y en verdad, podréis entrar suave y sencillamente en el Reino donde el Padre os espera para platicar íntimamente con vosotros, sin intermediarios, sin barreras, sin limitaciones.

Sed tengo de vosotros, mis hijos, sed de derramarme en vosotros y de que vosotros os derraméis en Mí, hambre tengo de vuestra presencia en mi Reino.

Me rodean innumerables legiones de alta luz que me rinden culto y pleitesía eternamente, pero jamás la felicidad del Padre será completa sin la presencia vuestra, sin la presencia de todos y cada uno de Sus hijos.

Venid a mí, no retraséis más el momento del encuentro entre el Padre y el hijo.

¡Mi paz sea con vosotros!

Cátedra Divina – 2 de Abril de 1992

Este artículo pertenece al tema de Comunicaciones Divinas de espíritu a Espíritu. Parte 4 de 11

La materia, materia es.

No debéis atribuirle a ella las tendencias que vienen del espíritu, porque aun cuando éste fue creado con semilla de perfección, y esta semilla cuando es regada por las aguas de la fuente de la gracia, crece y puede rendir óptima cosecha, cuando el espíritu se halla en la carne olvida su origen y su verdadera naturaleza, sometiéndose a la débil materia, cuando es ésta la que debería ser regida por vuestro espíritu.

¿No os dije en Jesús que «el espíritu es fuerte, pero la carne es débil?»

Si fuera inexorable que el espíritu fuera quien se deba someter a la materia y las tendencias de ésta fueran más poderosas, entonces el reclamo de vuestro Padre no sería hacia vuestro espíritu, sino hacia vuestra materia, y eso, bien lo sabéis, no es así, puesto que vuestro espíritu, vuestro ser verdadero, es infinitamente más fuerte y poderoso que la misma Creación material toda.

Cuando vosotros unís vuestro libre albedrío a vuestra conciencia, conquistáis entonces la libertad; porque en la conciencia está la sabiduría y es ésta la que rompe las cadenas, cadenas que habéis creado con vuestro egoísmo y con vuestra soberbia; por eso el Maestro os dijo: «Conoced la verdad y esta os hará libres», ¿y de qué verdad hablaría Jesús sino de la que se encuentra en el fondo de todo espíritu, esa que llamáis conciencia y que es amor, amor y más amor?

No atribuyáis a pensamientos humanos lo que es divino; porque el amor del Padre por sus hijos es inexplicable para vosotros.

En vosotros, el amar es un deber porque fuisteis amados primero, y cuando ese amor se manifiesta en vuestros actos y rige vuestro libre albedrío, es en ese momento cuando sois verdaderamente libres, es entonces cuando vuestro espíritu despliega sus alas espirituales y no es más el reo de este mundo, porque en verdad os digo: sus alcances no conocen límite.

Pensad: Si brotasteis de mi Divinidad, algo tenéis de divino.

En este día os hago reflexionar sobre lo pequeña que en realidad es la tiniebla y lo escaso de los alcances de la tentación, aunque bien sé que en vuestro mundo veis las cosas de otro modo; os habéis acostumbrado tanto al mal, que llegáis a pensar que éste es eterno, y creéis que es parte de mi Creación; si así fuera, el mal sería eterno, indestructible, y ¿qué sentido tendrían entonces mi Obra y vuestra lucha si siempre fuera a existir el mal? Pero cuando os digo que os espera un futuro luminoso, quiero decir que finalmente destruiréis esas criaturas que habéis creado con vuestra soberbia y desobediencia, criaturas que son: el mal, la muerte y la enfermedad.
Comprended también que siendo éstas producto del hombre, necesariamente deben tener un límite y conocer un final.

En la escala de la eternidad el mal no tiene lugar, por tanto debéis comprender que todos vuestros afanes en esta vida humana, tienen un propósito elevado que es el de regresaros a la senda del amor del Padre.

Y si padecéis en materia, ved que esto es benéfico muchas veces para vuestro espíritu cuando eso está dentro de lo que Yo, el Padre, he puesto en vuestra vida; mas cuando habéis tomado por vuestra propia mano la justicia y habéis actuado como si no hubiera más Dios que vuestra razón, los frutos han tenido que ser muy amargos.

En vosotros existe la potestad de crear; esa potestad, cuando la orientáis al bien, es capaz de generar bendiciones y beneficios que os dejarían asombrados si comprendierais a qué grado las podéis llevar.

Elevad entonces vuestros pensamientos, limpiad vuestros propósitos, despojad vuestra vida de cuanto maligno se encuentre en ella, y estaréis regresando a ser como habéis sido cuando brotasteis de Mí.

¿No es mejor purificaros en las dulces aguas de la fuente de la gracia, que en las amargas aguas del arrepentimiento? ¿No es mejor un momento de dedicación que una vida de dolor? Mirad que no os exijo perfección, sólo os pido cumplimiento.

Ya no me verá el hombre descender a este planeta manifestándome en cuanto a lo humano, ya no me sentiréis en la tempestad como Moisés, ni oiréis mi voz en las montañas y explanadas como en el Segundo Tiempo; ni siquiera oiréis ya el arrullo que entregué a través de los portavoces humanos, sino que ahora es en lo más recóndito, en lo más íntimo de vuestro ser donde eternamente estaré hablando, como os he hablado desde un principio: en vuestra conciencia.

Comprended que si la Ley es amor, y que si os he amado desde antes de que existierais, entonces mi Ley ha sido también siempre en vosotros. Mi Ley os conducirá siempre hacia un puerto seguro y ese puerto seguro, es la perfección que a través de mi sabiduría os he venido a entregar.

Tomadla y llevadla en vuestros caminos, impartid caridad y perdonad a aquellos que os hayan ofendido, regocijaos con la risa de los niños y conmoveos con las lágrimas de los tristes. Así sabréis que debéis vivir para dar y no para recibir; recordad que antes os dije: «Es mucho más grande dar que recibir».

¡Mi paz sea con vosotros!

Cátedra Divina – 8 de Noviembre de 1986

Este artículo pertenece al tema de Comunicaciones Divinas de espíritu a Espíritu. Parte 9 de 11

Venid a Mí todos aquellos a los cuales la lucha por la vida ha marcado con el signo de la derrota; Yo haré de vosotros los vencedores, porque enjugaré vuestras lágrimas y os levantaré del camino donde el polvo de la tierra os ha arrojado.

En vosotros no encuentro ya desafío a los designios divinos sino la aceptación a Mi voluntad.

Ha llegado hasta Mí vuestra petición; no es ya la incertidumbre la que pone a prueba a su Padre, sino la necesidad de un espíritu por elevarse y encontrar aquello tan preciado, tan caro a su corazón, que es mi paz.

No he puesto Yo condiciones a mis hijos, y en verdad os digo que vuestra pequeñez me conmueve. Mas no me pidáis piedad, porque Yo soy la piedad, ni me pidáis amor, porque Yo soy el amor.

Os digo que os basta acercaros a Mí en un instante de verdadera entrega, para que Yo abra vuestros ojos espirituales, mismos que al ver la luz, sabrán que están ante su Dios y no se cegarán más en el camino.

Y así iréis en vuestra labranza, unas veces tropezando, otras veces elevándoos con alegría, pero os digo, que jamás estaréis solos porque yo nunca os abandono, porque no está en Mí alejarme de mis criaturas tan amadas.

Habéis sido vosotros quienes os habéis retirado de mi presencia, quienes me habéis negado; y el mundo os ha comprado, pagándoos vuestro precio con moneda engañosa.

Mas he aquí que Yo he venido a rescataros.

No es ya la palabra humanizada la que llega a vosotros, sino es el arrobo del espíritu, el éxtasis superior que experimentáis cuando reconocéis que esta voz que os habla, es la misma que os ha hablado siempre, porque siempre he estado en vuestro ser.

No es necesario que salgáis en mi busca a ningún lado, porque doquiera os encontréis, ahí me hallaréis, a vuestro lado.

Ved cómo los tronos no significan nada para Mí; ved cómo esa gloria y majestad en la que el hombre cree que Yo habito o me encuentro nada son si en ellas no están mis hijos; porque os digo que un rey no reina sólo, y aquí hay más que un Rey.

Os hablaré a través de vuestro propio corazón, con vuestro propio espíritu, para que así comprendáis que ante Mí sois dignos, y que Mi amor os ha elevado.

Recojo las inquietudes de quien tiene preguntas que cree no han obtenido respuesta y le digo: «Buscad en vuestro espíritu y ahí encontraréis la respuesta a todo cuanto queráis saber».

Descubro también a aquél que cree haber fallado, y le digo: «No temáis, porque os digo que vuestro secreto está a salvo conmigo, porque Yo soy el amigo que no traiciona, el amor que no defrauda».

Recordad que os conozco por vuestro nombre, que me sois amados desde antes de haberos creado, y que nadie de vosotros me puede ser ajeno o indiferente; y pensad, que si todo el tiempo estoy con vosotros, no tenéis por qué sentiros avergonzados al llegar a Mi presencia.

¿Qué podréis decirme que Yo ignore de vosotros? ¿Qué falta vuestra podrá sorprenderme? ¿Qué desliz me parecerá inaceptable en vosotros? Si conozco todo vuestro pasado, vuestro presente y futuro, en Mí sólo hallaréis una total aceptación y sois dignos de hallar la salvación.

Yo os dije antes que por el más pequeño de vosotros, sería capaz de hacerme crucificar de nuevo.

He permitido que las huestes espirituales se comuniquen en espíritu y en verdad con vosotros, pero os digo que debéis elevar vuestras prácticas.

No debéis ya fijar un día exacto para buscar vuestra curación y para vuestra entrega; porque os digo que en vuestro mundo el mal acecha en cada paso, en cada minuto y en cada corazón.

Ya habéis saboreado la potestad que lográis estando reunidos, mas esta reunión no es de la materia, sino del espíritu; porque ni la distancia ni el tiempo lograrán apartaros; os digo que estáis más juntos trabajando en Mi Obra, que cuando estáis con vuestra propia familia; porque llegará el día que digáis como dijo Jesús: «¿Quién es mi padre y quién es mi madre?».
Todo aquél que os necesite, todo aquél que os busque y todo aquél que os pida, es vuestra familia; porque he ahí a vuestro hermano, a vuestro padre y a vuestra madre.

A través de esto os quiero decir, que así como amáis a vuestros hermanos materiales, a vuestro padre y madre terrenales, llegando inclusive al sacrificio de vuestra propia vida con tal de conservar la de ellos, así debéis hacer con vuestros hermanos.

Aprended a ver que detrás de cada corazón necesitado, hay una criatura de vuestro Señor; aprended a ver detrás de aquel que pareciera estar fallando, esclavo de las pasiones y sujeto a los crímenes, un espíritu que algún día ha de liberarse y llegar hasta la mansión espiritual.

Vosotros no sabéis de qué pasado venís, y todavía os parecen remotas vuestras vidas anteriores; mas para vuestro espíritu, toda la experiencia contenida está presente en cada pensamiento y en cada acto de vuestra vida.

He ahí la explicación de muchos de vuestros males, porque en vano intentáis buscar en el día anterior el mal que se anidó en siglos anteriores. No pretendáis explicar por medio de la materia, lo que corresponde al espíritu.

También debéis evitar contaminaros con aquellos que os enseñan que la única forma de cumplir con Dios, es renunciando al mundo; porque la renuncia que os pido, es a vosotros mismos y a las tentaciones del mundo; pero al mundo en sí, a vuestros hermanos, os pido que os acerquéis, que lleguéis hasta ellos puesto que para ello os puse en esta vida humana; Yo no quiero místicos en Mi doctrina, y sabed que el fanatismo no tiene lugar donde hay sabiduría.

Que no descubran vuestros hermanos a través de vuestras prácticas exteriores que sois obreros de la mies espiritual; más que vuestros labios, deberán hablar vuestras obras; el mundo se asombrará y verá que en aquellos que creía seres comunes y corrientes, se manifiestan virtudes y potestades que por mucho tiempo habían permanecido ignoradas.

Ved como muchos que se dicen judíos, dudan inclusive de los milagros que obré a través de Moisés, y cuántos que se dicen cristianos, niegan las obras que el Divino Maestro hiciera en su paso por la tierra, incapacitados para comprenderlas.

Así en este Tercer Tiempo, también a vosotros os acusarán y os dirán mentirosos, y creerán que son patrañas aquello que vosotros enseñáis. Vosotros no debéis defenderos de ellos, porque os digo que seré Yo quien os defienda; y por mucha potestad material que vierais en el mundo, os digo que ningún átomo de ella me llega, porque lo vano es nada ante la Divinidad.

Así, entregaos a Mi doctrina, al cumplimiento de la Ley y a la práctica del bien; no habrá entre vosotros nadie que se oponga a mi llamado, no habrá tarea pequeña e irrealizable, y veréis cómo me derramo a través de vosotros; prodigios y maravillas hablarán de lo mucho que he trabajado con vosotros, porque os digo que sois vosotros Mi obra.

Os hice brotar de mi mente divina, os di aliento con mi propia vida, os hice partícipes de Mi amor, y os digo: Si llegáreis a fallar en medio de vuestro cumplimiento, no temáis, porque Yo he de estar con vosotros para confortaros y ayudaros como cirineo, a cargar con esa bendita cruz que por amor a vuestros hermanos lleváis a cuestas.

¡Mi paz sea con vosotros!

Cátedra Divina – Abril de 1999

Este artículo pertenece al tema de Comunicaciones Divinas de espíritu a Espíritu. Parte 6 de 11

Pueblo amado: Ninguno de los escritos de los tiempos pasados que han llegado a vosotros permaneció intocado; la codicia, el ansia de dominio y el fanatismo, que es ignorancia, fueron la causa de que aquello que mis enviados y profetas entregaran a la Humanidad, fuera alterado y contaminado con falsedades y mentiras.

Esta es la cizaña que deberéis apartar vosotros de ese verdadero trigo que ha sido la esencia de mi palabra manifestada por diferentes conductos a través de los tres tiempos.

No por ello deberéis entrar en disputas inútiles con quienes ciegamente creen que en los libros de las diversas religiones, a los que juzgan como sagrados, está contenida pura y perfecta la palabra divina.

Vosotros habéis ido comprendiendo bajo la luz de mis revelaciones del Tercer Tiempo, que junto a la esencia divina os han sido transmitidas profanaciones y falsificaciones.

Vuestra misión consiste en colaborar con Elías, quien como está profetizado, tiene el mandato divino de arrancar toda mala hierba de raíz para que ésta sea arrojado al fuego simbólico de la verdad.

Hoy, con diáfana claridad, surgen ante vuestra mirada espiritual en esos textos, las palabras y los pasajes que irradian la luz que mi Divinidad puso en ellos, y por contraste, veis de manera definida cuáles otros son no sólo de escasa luz, sino de gran tiniebla.

Es a partir de esas palabras y pasajes, unas veces alterados y otras añadidos por manos irrespetuosas y profanas, que las grandes religiones han construido sus tradiciones, ritos, teologías, y lo que es más grave, sus interpretaciones a la ley divina que tanto han confundido a los hombres.

Entregando a sus hermanos mandamientos de hombres como si fueran mandamientos divinos, los falsos profetas, los impostores y los escribas indolentes de antaño, profanaron la Ley que depositara Yo, promulgándola, en Moisés, convirtiendo lo que es sublime, eterno y de origen divino, en algo mundano, temporal y bajo.

Ved cómo de la Ley que Yo entregué al espíritu para que por ella mis hijos hombres condujeran sus pasos tanto en la vida espiritual como en la material, los desobedientes y blasfemos hicieron cuanto quisieron hasta trocarla en algo terrenal y carnal.

Ciertamente habrá una gran lucha una vez que comencéis a compartir con vuestros hermanos todo aquello que os he enseñado e inspirado, no tan sólo en la etapa de la comunicación por el entendimiento humano, sino de manera más importante, en ésta que es la de la comunicación de Espíritu a espíritu.

Habéis visto con asombro, cómo al retornar los escritos de los tiempos pasados a vuestras manos, podéis distinguir, separándolo, lo bueno de lo malo, lo puro de lo contaminado y lo divino de lo profano.

Vuestras explicaciones y razones serán de una contundencia tal, que muchos temblarán al escucharlas y otros, turbados y aferrándose a su fanatismo, os combatirán sin tregua porque la luz que irradie de cuanto diréis y escribáis, será como un torrente que arrase con sus ideas y sus creencias basadas en el engaño y la falsificación.

No por ello os autorizo a que irrumpáis en el seno de las diversas congregaciones de vuestros hermanos para destruir su fe y sus convicciones, no.

Esta misión de llevar esta luz divina la tienen hermanos vuestros que, habiendo nacido y vivido en medio de las religiones y sectas, manifestarán entre ellas lo que mi voluntad les hará llegar de ese conocimiento que he entregado a vosotros, y debido a la posición en que Yo les he puesto, habrán de ser escuchados aunque no todos les concederán la razón, desatándose así la contienda entre los que creerán, avanzado y elevándose y los que negarán, hundiéndose en el abismo del fanatismo.

¿Significa esto que callaréis cuando llegare alguien ante vosotros a interrogaros sobre lo que pensáis o creéis? Ciertamente que no; pero así como debéis poner cuidado cuando respondéis a vuestros pequeños, quienes llevados por su sana curiosidad, os interrogan acerca de las cosas de la vida humana, hablándoles de acuerdo con su edad y desarrollo emocional, con ese mismo cuidado y miramiento deberéis responder a la curiosidad de vuestros hermanos en las distintas religiones, dándoles a probar de aquello que tenéis, únicamente en la medida que por medio de vuestra intuición consideréis que ellos deban conocer.

Si ellos precisaran de más, tened por seguro que regresarán, pidiendo más, y os escucharán con atención y con respeto. No sabéis si detrás de esa curiosidad, se esconde un nuevo labriego en la Obra divina.

Permaneced en vuestros puestos, no titubeéis al pensar que escasos sois todavía en número; vosotros no sabéis a cuántos de vuestros hermanos en los diferentes continentes e islas de vuestro planeta han llegado copias de vuestros escritos, como también ignoráis cuántos de aquellos que no conocéis, son los intuitivos de los que antes os hablé y que en el momento indicado por mi Providencia, se levantarán en medio de las comunidades donde viven para entregar, palabra a palabra, hecho por hecho, lo mismo que vosotros tenéis como herencia divina.

Sabéis ya que no todos aquellos mandamientos que se atribuyen a mi divinidad son ciertos; os es fácil descubrir la impostura con el sencillo procedimiento de preguntaros de cómo habríais de cumplirlos si estuvierais en espíritu, carentes de un cuerpo y de una vida material.

Y así, os ha resultado evidente cuáles mandamientos son de Dios y cuáles son de hombres.

Poseéis también, en los escritos del Segundo Tiempo, las palabras de Jesús las cuales, al estudiarlas, os han revelado cuáles eran para Él, los mandamientos verdaderos.

También en esos pasajes ha habido intervención humana y por tanto, no están exentos de pequeños errores que vuestro análisis espiritual y elevado descubrirá, permitiendo así que brille de manera concisa e inconfundible la verdad.

Este es el primer paso para esa gran labor por medio de la cual serán fundidos en uno solo los tres testamentos, y en ese gran libro estarán contenidos los tres legados que os he entregado: el de la Ley que os conduce, el del amor que os eleva, y el de la sabiduría que os perfeccionará.

Delicada es vuestra tarea, y no os abrume la importancia que ella reviste porque en verdad, no todo os corresponde hacer a vosotros; mi guía divina fluye en vuestro espíritu cuando os eleváis, permitiéndoos escuchar potente y definitiva, la voz de vuestra conciencia, que es dónde está grabada la Ley eterna de Dios.

Tampoco os turbe el sentiros pequeños cuando veáis que hermanos vuestros manifiestan dones que aparentemente vosotros no poseéis; os hablo así porque dudáis de vuestro avance cuando sintiendo no haber sanado a los enfermos, veis que otros con facilidad les hacen sanar de la materia; pero a ellos yo les pregunto: ¿Y a su espíritu, cuándo le sanaréis?.

Israel, estáis en pleno desarrollo de vuestros dones espirituales y si vosotros rendís culto a un Dios que es espíritu, ¿no es de esperar que Yo despierte primero en vosotros aquellas facultades que sanen al espíritu antes que a la materia? Tenéis a los médicos que iluminados por Mí, curan a la materia y también veréis a seres, que sin ser médicos, sanarán a las materias de forma que muchos considerarán portentosa y que no será otra cosa que un pequeño prodigio material, pero a vosotros os he hecho médicos del espíritu: esa es vuestra verdadera labor.

Porque el prodigio material todos lo pueden ver, aún los ignorantes, pero el verdadero prodigio espiritual ¿quién lo puede ver? Solo Yo, vuestro Padre.

Y no es que no os conceda curar también a la materia, pero recordad que ésto se os da por añadidura.
Así, poco a poco, al ir avanzando en el desarrollo de vuestros dones que comenzó desde tiempo atrás, llegará el momento en que no sólo curaréis a vuestros hermanos de las enfermedades del espíritu, curación que es eterna, sino que también lograréis sanar a las materias, aun cuando esta sanación tiene un límite, pues no extiende sus efectos más allá del momento de la muerte.

Por esto comprenderéis que la curación del espíritu es infinita, ilimitada y que la de la materia, por el contrario, no lo es.

Contestaos a vosotros mismos: ¿Cuál de las curaciones queréis alcanzar? ¿La espiritual que no tiene final aunque es invisible, o la material que siendo perceptible por la mirada humana, es limitada y escasa?

Se suceden las vidas humanas en este planeta, unos espíritus llegan a encarnar mientras otros parten al valle espiritual, y bien sabéis que esto es cosa de todos los días; y yo os pregunto: ¿Cuál será vuestro legado cuando llegue el momento de que Yo os convoque al valle espiritual? Tened fe, obedeced y yo os prometo que no habréis de llegar con las manos vacías ante Mí como tampoco dejaréis la cesta vacía para quienes os sigan en el camino en vuestra vida humana; por el contrario, la dejaréis llena de las espigas y de los frutos que vuestro trabajo, contínuo y persistente aunque aparentemente pequeño, ha depositado en ella, a semejanza de las pequeñas hormigas, que día a día, cumplen humilde y calladamente, con su importante trabajo.
Así sed vosotros, pequeños y diligentes trabajadores de la campiña divina.

¡Mi paz sea con vosotros!

Cátedra Divina – Abril de 1999

Este artículo pertenece al tema de Comunicaciones Divinas de espíritu a Espíritu. Parte 5 de 11

Vosotros estáis en Mí como Yo estoy en vosotros; ¿os habéis detenido a analizar y meditar sobre lo que esto significa?

Cuán sencilla la palabra, mas ¡cuánto encierra su significado!

Ved que en vosotros lleváis todo aquello que viene del Padre, mas también, cada vez que pecáis ponéis en Mí la carga de vuestras faltas; por ello os digo que soy vuestro Cirineo; al estar Yo en vosotros, también estoy en vuestra lucha y en vuestras vicisitudes, a veces como consejero, a veces como maestro, otras veces como doctor y siempre, siempre, como vuestro Padre amantísimo.

Os doté al crearos de libre albedrío, mas debéis comprender lo que esto también significa.

Así como sobre todos los dones, también sobre el libre albedrío puse la conciencia para que esta, al iluminaros, os guiara en el desarrollo de dichos dones para llevaros a la perfección.

Y todos esos dones que puse en vosotros no están atados al bien, porque justamente en ello está vuestro mérito, en darles cauce hacia el bien.

Ved, por ejemplo, cómo el uso de ciertos dones ha sido tomado por algunos con fines egoístas, lo que lejos de elevar su espíritu, les ha hundido en la más atroz materialidad. ¿Creéis acaso que mientras más usen sus dones de tal manera, obtendrán mayor gracia y por tanto, mayor perfección? No, porque desarrollo no significa perfección, así como en vuestro cuerpo la estatura no significa madurez moral. ¿No decís en vuestro mundo que no es lo mismo cantidad que calidad? Aplicad esta máxima a vuestros dones y os habréis acercado a la verdad.

Humanidad: El uso indiscriminado del libre albedrío, en vez de acercaros a la libertad os ha alejado de ella; mucho podéis hacer con vuestros dones, menos ser iguales al Padre.

Seríais entonces víctimas de esa falsa ilusión, de ese mal motivo que movió a los constructores de Babel, quienes queriendo llegar al reino de los cielos usando todos los recursos de los que les doté, en su soberbia e ignorancia únicamente llegaron a la confusión y a la división. No fui Yo quien les detuvo, fue su propia arrogancia.

Os dije que sólo la verdad os haría libres. Y algo más le dije a mis discípulos en aquél lejano Segundo Tiempo: Les manifesté que Yo era el camino, la verdad y la vida. Analizad esto con detenimiento y veréis cuán sencilla la lección es.

El camino es el cumplimiento de la Ley, usando todos vuestros dones y ejerciendo vuestras virtudes bajo la luz de la conciencia, y por ese camino llegaréis a la verdad, que es cuando realmente seréis libres, porque os habréis despojado de esa carga de desobediencias, pecados y faltas a la Ley que os quitan la paz y os alejan del Padre; entonces, sólo entonces, podréis conocer la verdadera vida, que es la que vibra en las altas mansiones del espíritu.

Bajo la luz de esta enseñanza ¿por qué piensan el hombre y la mujer que podrán alcanzar la libertad usando sin medida el libre albedrío?.

Por todo esto que os digo, sabéis que vuestra lucha mayor será contra la mentira, contra la impostura, y que no hay mayor causa para vosotros que la de dedicar vuestra vida a la búsqueda de la verdad, verdad que únicamente podréis encontrar en el amor de los unos a los otros.

Por el mal uso del libre albedrío, los hombres han caído víctimas de los vicios, por el abuso del libre albedrío, han caído en los pecados más abyectos; pues bien, por virtud de ese mismo libre albedrío, sólo que ahora iluminado por la luz de la conciencia, habrán de desandar, paso a paso, ese camino ancho y florido que los ha conducido hacia el abismo.

No desmayéis entonces en vuestro cumplimiento espiritual, porque ¿en que os aprovecha el decirme: «Padre, hágase en mi tu voluntad», si vuestros hechos desmienten lo que con tanta vehemencia me decís?

Mi voluntad es que os améis los unos a los otros, sin condición ni reparo alguno; mi voluntad es que os perdonéis mutuamente los errores y que levantéis al caído; mi voluntad, en fin, es que no haya ningún acto en vuestra vida que no sea guiado por vuestra conciencia.

Entonces, sólo entonces, en verdad estaréis haciendo mi voluntad de una manera sencilla, lógica, natural, y sólo entonces seréis libres, verdaderamente libres.

¡Mi paz sea con vosotros!

Cátedra Divina – Febrero 27 de 1999

Este artículo pertenece al tema de Comunicaciones Divinas de espíritu a Espíritu. Parte 7 de 11

Vosotros, como espíritus, sois la causa de la existencia de la Creación material. No os asombre entonces cuando el Padre os diga que cada uno de vosotros es más grande que el sol que ilumina vuestro planeta, y que el mismo Universo que os cobija en vuestro camino de perfeccionamiento espiritual.

Israel no debe ser el pueblo de espíritus tímidos, empequeñecidos ante la magnitud de una tarea que rebasa todo lo humano, porque, de verdad, la Obra Espiritualista Trinitaria Mariana, cubre mucho más que lo material.

¿Qué sabéis vosotros del orden verdadero que rige todas las cosas? Poco, muy poco, porque vuestra vida espiritual os tiene deparadas en el futuro, infinitas sorpresas que emanan del absoluto que es el amor divino.

Hoy, humanidad, estáis en el borde del fin de una etapa y el comienzo de otra; cada etapa ha estado significada por acontecimientos que os hacen comprender el tiempo en que vivís; pero dormís, y habéis creado una falsa ilusión de dominio y de señorío sobre vuestros actos y los alcances de vuestro libre albedrío.

Mis profetas os advirtieron que para cuando el tiempo de la retribución sea llegado, vuestra ciencia humana adelantaría en gran manera.

Sois capaces ya de surcar los cielos más velozmente que las aves, os sumergís en los océanos y no hay rincón de vuestro planeta que no creáis haber conocido y explorado, mas ¿dónde está la paz, dónde la justicia y dónde el adelanto verdadero como raza predominante en el planeta? Y es que os habéis olvidado de la Ley, y queréis sujetar vuestros actos a los dictados de vuestros limitados y muchas veces mezquinos intereses materiales.

Es este el tiempo en que se levantarían padre contra hijo, hijo contra padre, hermano contra hermano y esposa contra esposo, e Israel no iba a ser la excepción.

En el seno de vuestros hogares penetra sutilmente la tentación y la confusión cual lepra material que todo lo invade, sin respetar nada.

En aras del egoísmo y la personalidad consumen el hombre y la mujer todo aquello que les ha sido confiado para su cuidado, y convierten este mundo de promesas y posibilidades en un valle de lágrimas y de lamentaciones.

Mas cuando lográis elevaros por un momento por encima de la miseria humana, llega hasta vosotros la esplendorosa luz del Padre, y os hace entender la razón verdadera de vuestra misma existencia sobre la faz de esta tierra.

Legiones espirituales están prestas a luchar a vuestro lado contra la tiniebla, contra la obcecación, contra la obsesión material y contra la tentación; mas para uniros a esas mis huestes espirituales, es necesario que os despojéis de todo aquello que contamina vuestro pensamiento, nubla vuestro corazón y debilita a vuestro espíritu.

Todo os es lícito, mas no todo os es conveniente; todo está al alcance de vuestra mano, mas no todo os vivifica. Y ved cómo la humanidad, erigiendo su libre albedrío en un dios al que rinde culto, ha perdido a cambio la libertad.

«Conoced la verdad y la verdad os hará libres», os dije en Jesús. ¿Habéis comprendido el significado de estas palabras, Israel? Porque levantáis ante vuestro Señor la interrogante de Pilatos: «¿Y qué es la verdad?». La verdad viene de Dios, y esa verdad vive en vosotros, porque sois prueba misma de la existencia de esa verdad suprema. Y esa verdad es el amor.

Amor: palabra incomprendida por los hombres y mujeres; y ved cómo confunde la humanidad el amor con las pasiones de la carne.

¡Mi paz sea con vosotros!

Cátedra Divina – Las Gotas del Amor

Este artículo pertenece al tema de Comunicaciones Divinas de espíritu a Espíritu. Parte 3 de 11

Llega vuestro espíritu ante Mí y me pregunta: Padre, ¿qué es el amor?

Y el Padre os responde:

Amor es el principio y el final de vuestro espíritu, porque de él brotasteis y a él habréis de regresar.

El amor verdadero es incondicional, sublime, infinito.

Voltead vuestra mirada y contemplad los campos, y les encontraréis llenos de ejemplos que os hablan del amor.

Ved los árboles, cómo año tras año, incansablemente, os brindan sus frutos sin reparar si estos son bien o mal recibidos, sin importar si caen en el suelo o las aves se los llevan, o si el viento los toma y los dispersa para que de su semilla broten nuevos árboles y nuevos frutos.

De esta manera deben ser también vuestros frutos, así debe ser vuestra misión de amaros los unos a los otros como Yo os amo y con ello estaréis imitando a vuestro Maestro; amad sin poner precio a vuestro amor, sin esperar recompensa alguna.

Como vosotros, los árboles tienen también su tiempo para crecer, su tiempo para dar fruto y después del otoño y del crudo invierno, tienen también su tiempo para renovar su follaje y volver a dar fruto.

Vosotros también sabéis de la primavera que es símbolo de la niñez, cuando todo se cubre de flores y de aromas deliciosos; conocéis también del verano, símbolo de vuestra juventud, donde el calor llena vuestra vida; sabéis también del otoño, cuando la madurez llega y a similitud de las hojas de los árboles al caer, caen de vosotros vuestros errores y recogéis a cambio la experiencia; y finalmente, llega la ancianidad, el invierno, cuando la blancura cubre vuestras sienes y una vez enfriadas las pasiones, repasáis todo cuanto antes habéis hecho.

Y así como al comenzar un nuevo año, los árboles vuelven a tomar vida, así también tomáis vida de nuevo vosotros cuando llegáis a encarnar en una nueva materia, por medio de la cual rendiréis también, a su debido tiempo, frutos de vuestro propio árbol.

Hijos míos, imitad a esos humildes árboles y dad fruto, dad sin cesar, sed alimento para todos cuantos os rodeen sin tomar en cuenta ingratitudes, traiciones o despojos; sed sombra para el caminante y refugio para las aves que van y vienen, no veáis abuso en quienes tomen mucho de vosotros, ved en ellos únicamente su necesidad, y a semejanza de los árboles, perfumad el hacha que os hiere con el suave aroma del perdón verdadero.

Y cuando sintáis desfallecer en la jornada, agobiados ante el peso de vuestras tareas de amor, mirad la hierba de los campos que en el estío pareciera morir; ved cómo basta un poco de agua para revivirla de nuevo; permitid así que el rocío divino reavive en vosotros el fuego del amor verdadero, amor que únicamente puede provenir de vuestro espíritu, porque Yo lo deposité en él al crearos, todos estáis dotados de ese mismo amor perfecto que es atributo divino.

El mundo os entrega otra lección, no la escuchéis porque en ella va la muerte de todo cuanto habéis labrado en vuestra experiencia recogida a lo largo de vuestras vidas.

El hombre y la mujer profanan en este tiempo el sublime mandato que os entregara el dulce Jesús; vedlos caminar por su vida sin amarse los unos a los otros, ved cuanto vacío en su vida, cuanta tristeza y soledad dejan a su paso, ved los hogares destruidos, las familias desunidas y la amargura y desengaño en los frutos de esas uniones, los hijos.

Ved a la niñez bendita perder su inocencia, muchas veces por la misma mano de quienes deberían ser custodios de ella.

No es eso lo que el Padre quiere para Sus hijos muy amados, mi enseñanza divina y mi Ley, os conducen por un camino muy diferente.

El que no ama es como la higuera de la parábola que no da fruto y por ello, más le valiera secarse, porque así, nadie le pediría nada.

Comprendéis ahora el significado profundo de esa lección del Maestro cuando ante la mirada atónita de sus discípulos, reprendió a la higuera estéril.
Y vosotros, decidme, ¿queréis ser vida para los demás o queréis ser como plantas parásitas que toman mucho sin dar nada a cambio?

Y cuando veáis apagar o desfallecer el fuego del hogar, avivadlo con vuestro soplo, el soplo del amor de vuestro espíritu, y veréis maravillados cómo esa brasa que sentisteis apagada y fría, renace y vuelve a irradiar calor y luz.

¿Creéis que de las cenizas brotará otra vez fuego si antes no las aviváis?

Una nueva etapa se ha abierto ante vuestras vidas, una etapa donde la tentación y el mal acechan por todos lados; ved cómo el enemigo no respeta nada ni a nadie, nada hay sagrado para él, los mismo os ataca a vosotros, como asola a la misma naturaleza, mas todo esto lo permite mi voluntad para prepararos para esa batalla final que llegará cuando el hombre menos lo espere, batalla que se acerca a vosotros a pasos agigantados.

En esa batalla final que será la del bien contra el mal, deberéis esgrimir vuestras mejores armas, que son las del amor, la vigilia y la caridad; vuestro escudo es la oración y vuestro manto es la piedad, manto con el que cubriréis a los caídos en esa batalla para guarecerles de las inclemencias y del fuego del combate.

En esa batalla final, el mal tratará de asediaros en todos los aspectos de la vida; os atacará por el Norte, por el Sur, por el Oriente y por el Occidente, y sentiréis por momentos que toda salida os es denegada; pero bastará con que levantéis la mirada a los cielos y entonéis un cántico de amor y perdón, y como sucediera en el Segundo Tiempo, la fe os levantará por encima de la tentación y de las pruebas a las que os sometan vuestros verdugos.

Y recordad lo que antes os dije, no es vuestra sangre ni vuestra muerte lo que la humanidad necesita, no, ese tiempo ya pasó; lo que es menester ahora, es que deis vuestra vida en una entrega infinita de amor, manifestada en cada instante de vuestra existencia.

Cubrid todo de amor y el amor os cubrirá a vosotros, tal será vuestra cosecha; no importa que no la veáis de inmediato y ni siquiera sabéis si os toque contemplarla en esta vida, pero sabed que Yo la pondré en mis graneros divinos y cuando sea llegado el tiempo, os la regresaré multiplicada al mil por uno.

¡Mi paz sea con vosotros!