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¡Curar! Un don que todos tenemos
«Venid todos a Mí y sanad de vuestros males, haced que vuestra fe obre el milagro de devolveros la salud y de alcanzar vuestra salvación. El milagro no está en Mí, sino en vosotros».
La salud es inmortal, porque es un bien que brota del Espíritu Divino.
Nosotros, toda la Humanidad, gozamos del don de curación, por medio del fluído que está en todo nuestro ser y que es nuestro principio vital: la fuerza de nuestro espíritu; con él podemos sanar a los enfermos; con las emanaciones de nuestro espíritu podemos levantar a los desahuciados y sanar las enfermedades extrañas e incurables para la ciencia humana.
Mas ese don no ha alcanzado en nosotros todavía su máximo desarrollo; nuestro don curativo espiritual ha encontrado muchos obstáculos debido a que no tenemos fe y confianza absoluta en él.
«Yo os doy un solo bálsamo para todas las dolencias, ya sean del espíritu o del cuerpo. Ese bálsamo, para que obre prodigios, necesita de la verdadera caridad que tiene por base la oración.»
El Mundo Espiritual nos dice que si nos entregamos con amor y espiritualidad al desarrollo de ese don, podremos contemplar como en breve tiempo, se realizarán ante nuestros ojos los verdaderos prodigios profetizados y prometidos por el Padre.
El desarrollo de los dones espirituales requiere de nosotros más esfuerzo, abnegación y sacrificio, mayor entrega, espiritualidad y preparación.
Para que el don curativo florezca, se desenvuelva y se manifieste ampliamente entre nosotros, tendremos que poner más espíritu, más corazón: en una palabra, más amor.
Debemos hacer que en el momento de nuestro trabajo espiritual, cuando vayamos a impartir bálsamo a los enfermos, nuestra consciencia sea clara, nuestra mente despejada y nuestro corazón limpio y lleno de buenos sentimientos, para que pueda sentir toda la ternura, caridad y preocupación por el semejante, por el hermano caído, por el hermano que sufre, sangra y llora.
«Los que habéis pedido el don de curación porque sabéis sentir el dolor ajeno, contemplaréis el desarrollo de esa facultad, y vuestra oración, vuestra palabra o mirada, llevará el bálsamo a los enfermos»
Si queremos que en nosotros se desarrolle el don de curación, es preciso que nuestro corazón sienta el dolor de los demás y que nuestro espíritu se despoje de todo egoísmo, consciente de que lleva un don precioso.
Al realizar nuestro trabajo de curación, debemos identificarnos con el Mundo Espiritual de Luz que llegará por nuestra inspiración, como emisarios del Doctor de los Doctores, para hacer sentir en los enfermos, la emanación sana, limpia y pura, llena de consuelo y luz, que brotando de ellos, al fundirse con nuestras propias emanaciones saludables y benéficas, obrarán el prodigio en los necesitados.
«Pensad que además de enseñaros a orar, os he dado el don de la palabra y os he enseñado a ungir, y en muchas ocasiones os he dicho que vuestra presencia puede obrar prodigios si verdaderamente estáis preparados.»
Analicemos que si el fluído benéfico brota del espíritu, él, entonces, se derramará en el espíritu, no en la materia del enfermo; ni siquiera es necesario que nuestras manos materiales toquen o unjan al enfermo.
El fluído espiritual bien puede darse en una mirada, en un pensamiento de amor, o en una palabra de consuelo; la forma más material de entregar la curación fluídica es tocando al enfermo, y la más espiritual, el usar la palabra, palabra que contenga esencia, ternura y bálsamo.
¿Existe el Infierno?
Para poder responder esta pregunta, necesitamos hacer primero un poco de historia que nos lleve a comprender a fondo de dónde surgió ese concepto de: «el lugar del castigo eterno».
Si analizamos el Antiguo Testamento, podemos darnos cuenta de que no existe en él una sola mención que haga referencia al infierno; en ese Primer Testamento, aparece la palabra Seol o Sheol, pero no tiene nada que ver con el concepto del infierno que surgió mucho tiempo después. En este concepto no está implícito ni el fuego ni la condenación eterna, sino simplemente refiere el lugar o la mansión de todos los muertos.
Dice Jacob en Génesis 37:35, cuando pensó que su hijo José había muerto: «…Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol…». Y en Isaías 38:10 Ezequías, rey de Judá dice: «…A la mitad de mis días iré a las puertas del Seol; privado soy del resto de mis años». En el capítulo 14, versículos 9 y 11, Isaías dice contra del rey de Babilonia: «El Seol abajo se espantó de ti; despertó muertos que en tu venida salieron a recibirte…» «…Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán».
La palabra Sheol, viene de la voz hebrea «Shael» que quiere decir: examinarse o inquirir o interrogar, es decir, reflexionar. Lo cual quiere decir que el concepto que se tenía antiguamente sobre el seol, no era el del castigo eterno, sino simplemente el lugar donde los que morían entraban en reflexión o esperaban.
Existen también muchos otros versículos que nos muestran que no sólo se veía al Seol como el lugar de espera y reposo de los muertos, sino que había quienes pensaban que los vivos también podían llegar a él, como en el Salmo 16:9, 10 de David: «…Mi carne también reposará confiadamente, porque no dejarás mi alma en el Seol…»
O el versículo 16:30 de Números: «Se dice que los que pecaron y se levantaron contra Moisés, Dios los hizo descender vivos al Seol».
O el Salmo 55:15, donde versa: «Desciendan vivos al Seol, porque hay maldades en sus moradas».
Al ser traducida al griego la Septuaginta en Alejandría, entre los años 250 y 100 a.C., aparece por primera vez en lugar de la palabra Sheol, la palabra «Hades», que según la tradición helénica era el lugar de abajo, era el concepto de un hoyo o fosa, una tumba o un lugar debajo de la tierra.
Hades viene de «alpha» y «eido», que en esta concepción quieren decir: «nada» y «saber» o «conocer», por lo que el concepto es el de no saber nada, ignorar, estar en tinieblas. Es este el concepto más cercano que encontraron los Setenta para traducir al griego lo que la palabra Sheol significaba.
Ahora bien, al entrar el paganismo en Israel a través de los reyes idólatras, en el valle de Hinnom, llamado también Ge Hinnom, estos reyes paganos comenzaron a realizar sacrificios humanos, los cuales consistían en quemar en grandes hogueras a sus hijos
primogénitos en honor del dios Moloch (Levítico 18:21; 20:2-5; 2 Reyes 23:10). Estos actos inhumanos influyeron para darle al valle de Ge Hinnom, el contexto de lugar de lo terrible, de lo inmundo.
Con la llegada del Segundo Tiempo, en el Segundo Testamento aparece el concepto de la barranca para quemar las cosas impuras, y a similitud de Israel en el desierto, se adopta en Jerusalén la costumbre de usar ese lugar bajo donde se quemarán todos los desechos y la basura.
A estos lugares en recuerdo de los sacrificios humanos que se hicieron en el Valle de Ge Hinnom, se les llamó «Gehenna»; de esta manera, cuando se quería hablar del lugar que correspondía a todo lo impuro se hablaba de la Gehenna.
«…Si, pues, tu ojo derecho te escandaliza, sácatelo y arrójalo de ti, porque mejor es que perezca uno de tus miembros que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehenna…» Mateo 5:29
El análisis equivocado de frases como esta, hace que surja el concepto del fuego como forma de castigo a las faltas de los hombres.
«Fuego vine a meter a la tierra; ¿Y qué quiero si ya se ha encendido?…» Lucas 12:49.
«…Y recogerá el trigo en su granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará…» Lucas 3:17.
«…Todo árbol que no dá buen fruto, es cortado y echado en el fuego». Mateo 7:19.
«…A otros salvad, arrebatándolos del fuego…» Judas 23.
¿Cuál es el verdadero significado del fuego en estos y en tantos otros pasajes del Primero y Segundo Testamentos? Para poder comprenderlo, debemos llegar a la naturaleza de las cosas: ¿Cuáles son las propiedades del fuego? ¿Qué es lo que sucede cuando sometemos alguna cosa a ese elemento? El fuego consume y purifica todo aquello que toca, mas, ¿ese fuego del que hablan las Escrituras actúa sobre la materia o sobre el espíritu? ¿Es verdad que es el fuego el que castiga los pecados humanos?
Veamos lo que nuestro Padre Celestial nos dice al respecto en el Tercer Testamento:
«Mas si creéis que lo que llamáis fuego eterno no es para el cuerpo sino para el espíritu, ese es otro grave error, porque en el reino espiritual no existen los elementos materiales, ni el fuego tiene acción sobre el espíritu.
Lo que es nacido de materia, materia es; lo que es nacido del espíritu, espíritu es». Tercer Testamento. Enseñanza 352:45, 46.
¿Qué simboliza entonces en las Escrituras la alegoría del fuego? ¿Es acaso que existe otro tipo de fuego diferente al que conocemos?
«Cuando la conciencia de un pecador logra apartar al espíritu de su materialismo y le señala todos sus errores, la comprensión de su ingratitud le hará arrepentirse y la vergüenza que sufra será tan intensa, que os parecerá débil junto a ella la falsa idea del fuego material como elemento purificador del espíritu.» Enseñanza 76:38 idem
«La conciencia es la luz de Dios, y esa luz es fuego de amor que consume toda impureza. He ahí el fuego en que se funde el nuevo espíritu, para levantarse otra vez lleno de luz». Enseñanza 76:39. Tercer Testamento
Cuando comprendemos todo esto de una manera espiritual, y llegamos al conocimiento de que el fuego del que hablan las escrituras es en realidad la Conciencia, esa voz de Dios que tarde o temprano será escuchada por todos actuando como un fuego purificador en el espíritu, llega a nosotros también la comprensión de aquellos versículos del Primer Testamento que dicen:
«¿No es Mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?…» Jeremías. 23:29
Bien, ya que hemos analizado de dónde surgió el concepto del fuego, ahora vayamos con el origen del concepto del «Infierno».
La palabra Infierno, viene de la voz latina «Infernus», que quiere decir «Inferior». Esta palabra apareció en las Escrituras cuando se hizo la versión latina llamada «Vulgata», en el siglo IV d.C. La traducción estuvo a cargo del conocido como San Jerónimo, el cual en compañía de sus colaboradores decidieron que la palabra «Infierno», era la que mejor reunía en uno sólo, todos los demás conceptos, esto es: Sheol, Hades, Gehenna, etc.
La Vulgata se impuso con el tiempo sobre las otras traducciones latinas, y en el año de 1546, el Concilio de Trento la proclamó como la versión oficial de la Iglesia católica.
Fue así como la unión de varios conceptos diferentes en uno sólo, crearon un concepto nuevo de lo que originalmente eran el Sheol, el Hades y la Gehenna; dejó de ser uno el lugar de descanso, de espera y reflexión de los «muertos», y el otro la barranca donde se quemaban la basura y las cosas inmundas, para convertirse todos juntos en «el infierno».
La verdad más importante que encontramos después de todo este análisis, es que: el símbolo del fuego en las Escrituras es el símbolo de la purificación y el arrepentimiento del espíritu al enfrentarse con su propia conciencia; que el infierno como tal, como un lugar de condenación eterna donde el fuego se encargará de castigar a los pecadores por los siglos de los siglos, no existe, porque lo que está sentenciado a condenación eterna es el pecado, mas no el pecador (Apocalipsis 19:10). Y esto, se ha sabido siempre:
«…Será anulado vuestro pacto con la muerte, y vuestro convenio con el Seol no será fime…» Isaías 28:18.
«…Y Yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré Yo mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella». Mateo 16:18.
Lo que nuestro Padre Celestial nos ha revelado sobre el infierno en este tiempo, son razónes contundentes que nos permiten darnos cuenta de nuestra equivocación y falta de análisis:
«¿No os he explicado que el atributo más grande de Dios es el amor? ¿No creéis entonces que un tormento eterno sería la negación absoluta del atributo divino, del amor eterno?» E. 164:34
«Yo no formé la muerte ni el infierno, porque al concebir mi Espíritu la idea de la Creación, sólo sentí amor y de mi seno sólo brotó vida; si la muerte y el infierno existieran, entonces tendrían que ser obras humanas por pequeñas, y ya sabéis que nada de lo humano es eterno.» E. 303:42
«¿Qué valor tendrían mi Ley y mi Doctrina si no fuesen capaces de salvar del error y del pecado a los espíritus? ¿Y qué objeto habría tenido mi presencia como hombre en el mundo, si iba a haber muchos que habrían de perderse para siempre en una expiación sin fin?» E. 352:48
«¿Cómo condenar al hombre al exterminio o al dolor eterno, cuando su pecado sólo es pasajero y es producto de su ignorancia? ¿Cómo condenar a un ser que en sí lleva mi propia naturaleza divina?» E. 297:10
¿Alguna vez te has puesto a pensar si será posible que exista un lugar donde pueda haber más dolor y destrucción que en nuestro propio planeta? ¿Será posible que exista otro espacio donde la muerte, la enfermedad, la pobreza y el desamor sean más palpables que en este nuestro «infierno terrenal»? Para qué tendría que tomarse Dios la molestia de crear un infierno, si nosotros hemos creado uno justo a la medida de nuestra falta de cumplimiento en las leyes divinas.
conciencia le muestra sus errores». Enseñanza 182:45. Tercer Testamento
Hay muchos que piensan, que con la muerte de la carne viene el descanso del espíritu, y muchos otros que piensan que al desencarnar, por las faltas cometidas tendrán que ir derechito al infierno, o a algún otro lugar para expiación de sus pecados. ¿Qué sucede cuando un espíritu desencarna teniendo estas ideas sobre el más allá?; ¿o cuando por rebeldía se confunde y no acepta que su oportunidad en esa materia ha terminado?. ¿Qué pasa cuando por llevar una vida sin control y llena de faltas a la Ley el espíritu desencarna de una manera violenta?; ¿o qué hay de aquellos que simplemente no saben que esperar?
En la película «What dreams may come» (Más allá de lo sueños), el autor hace una
proposición muy interesante al respecto basándose en los textos del Tercer Testamento en su versión inglesa, cuando describe que al desencarnar cada espíritu crea su propio infierno o su propio mundo de expiación según sus creencias o ataduras, según la luz o confusión que exista en él, según sus errores o aciertos. ¿Qué nos ha revelado nuestro Padre Eterno en este tiempo sobre todas estas dudas? Veamos:
«Lo que los hombres llaman gloria o infierno, no son lugares determinados, es la esencia de vuestras obras la cual recoge vuestro espíritu cuando llega al valle espiritual. Cada quién vive su infierno, habita su mundo de expiación o goza la beatitud que da la elevación y la armonía con el espíritu divino». Enseñanza. 11:56. Tercer Testamento.
¿Quién soy? ¿De dónde vengo?
Conocéos a vosotros mismos.
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¿Quién soy?
Cada espíritu brotó de un pensamiento puro de la Divinidad, por eso los espíritus son obra perfecta del Padre.
El camino del espíritu comienza y termina en Mí; ese camino es el que el Maestro viene a enseñaros nuevamente.
Cuando brotásteis de Mí, fuisteis dotados de todos los atributos necesarios para recorrer el largo camino de la vida y saber regresar al punto de partida; ninguno de estos dones ha sido adquirido en la jornada, todo lo poseía el espíritu desde su principio. La conciencia es innata al espíritu, es luz; a cada paso le va aconsejando que haga méritos para ayudarle a retornar al Padre.
Yo os amé antes de que existiérais, os acaricié en Mí y al nacer os hice sentir mi ternura divina. Si vosotros amáis a vuestro Padre, tenéis que amar a vuestros hermanos mayores y a vuestros hermanos menores, sabiendo que cada ser que existe es porque Dios así lo ha querido y que cada criatura es la forma de un pensamiento divino.
Antes de vuestra creación estabais en la mente paterna de Dios, y después, ya como criatura espiritual, en la mansión donde todo vibra en perfecta armonía, donde se encuentra la esencia de la vida y la fuente de la verdadera luz, que es de la que vengo a alimentaros.
El dolor no fue creado por el Padre. En los tiempos de los que os hablo, no teníais por qué gemir, nada teníais que lamentar, sentíais la gloria en vosotros mismos porque en vuestra vida perfecta, erais el símbolo de esa existencia.
¿De dónde vengo?
Antes de que los mundos fuesen, antes de que toda criatura y lo que es materia surgiera a la vida, ya existía mi Espíritu Divino. Mas siendo el Todo, experimentaba en Mí un inmenso vacío, porque era como un rey sin súbditos, como un maestro sin discípulos; por ese motivo concebí la idea de crear seres semejantes a Mí, a quienes dedicaría toda mi vida, a los que amaría tan profunda e intensamente que, llegado el momento, no titubearía para ofrecerles mi sangre en la cruz. Y no os confundáis si os digo que antes de que existierais, ya os amaba.
Para que Dios pudiera nombrarse Padre, hizo brotar de su seno espíritus, criaturas semejantes a Él en sus divinos atributos; éste fue vuestro principio, así surgisteis a la vida espiritual.
Vuestro espíritu fue creado con atributos adecuados para seguir por la escala de perfección y llegar a la meta determinada en los altos designios del Señor. Aún no podéis comprender todas aquellas facultades que os dió el Padre, mas no temáis porque después las reconquistaréis y las veréis manifestarse en plenitud.
Vuestro espíritu fue creado para la lucha, para la elevación; no fue creado para la inercia, para la inmovilidad. He ahí por qué algunos espíritus han llegado a ser grandes, inspirados en el amor divino y en las bellezas creadas por Dios.
Dentro de esos espíritus, hubo los que, siendo grandes en sí pero pequeños ante lo infinito de Dios, quisieron, virtud a su libre albedrío, desafiar los designios del Padre, descendiendo por su propia voluntad a moradas y senderos creados por ellos, los cuales los apartaron del camino de perfección y de la casa del Padre; ese acto fue su primera caída, su primera desobediencia, su primer error.
Una sola imperfección desarmoniza con el amor divino y sus resultados sólo pueden evitarse volviendo al camino, al arrepentimiento definitivo y a la obediencia.
Muchos espíritus volvieron arrepentidos y rendidos, llenos de dolor pero también de esperanza, a pedirle al Padre que les purificase de aquellas faltas.
Unos habían descendido movidos por la ambición, otros por la curiosidad. El curioso es un intruso en el dominio ajeno, así como el desobediente es el más terrible enemigo de sí mismo; mas aquéllos que pronto volvieron al Padre en busca de perdón, fueron recibidos por el Amor perfecto. Sus vestiduras les fueron desmanchadas, sus amarguras borradas y su luz volvió a brillar.
Mas no todos regresaron mansos y arrepentidos de su primera desobediencia, de su primer acto de soberbia. No, muchos llegaron llenos de soberbia o de rencor. Otros, avergonzados y conociendo su culpabilidad, quisieron justificar sus faltas ante Mí, y lejos de purificarse con el arrepentimiento y la enmienda, continuaron creando, ayudados por sus atributos, una vida alejada de las leyes de amor de su Padre.
Así esos seres cayeron en nuevos y desconocidos estados de vida; al darse cuenta de que estaban dotados de grandes dones, de que tenían inteligencia y fuerza para crear por sí mismos, y creyendo ascender a cada paso, fueron cayendo lentamente hacia el abismo. Ahí crearon una vida artificial y permitieron que se desarrollara la violencia, el egoísmo, la necedad, lo absurdo y la ceguera espiritual.
Y en cada paso que los alejaba más y más del sendero de justicia, mi voz les llamaba diciéndole: -Detenéos, volved a Mí-. En la conciencia vibraba mi voz, exhortándoles a detenerse.
Fuisteis libres y grandes pero después os hicisteis misioneros de vuestras pasiones, degenerando espiritual y moralmente.
Hoy vivís dentro de una vida material donde la violencia, el rechazo de los unos hacia los otros y la desarmonía prevalecen, mientras que en en el seno de Dios todo es perfección y armonía.
Yo lloré vuestra partida desde el instante en que dejasteis la morada espiritual para ir a la Tierra. Desde entonces han sido mis lágrimas y mi sangre las que os han perdonado vuestros pecados, y mi voz dulce y serena no ha dejado de aconsejaros en vuestra jornada.
Mi sombra os ha seguido por todos los caminos. Yo soy quien en verdad os ha extrañado, vosotros no, porque cuando partisteis os sentíais fuertes y creíais que ya no necesitabais de mi apoyo.
Vuestro camino fue el libre albedrío, vuestros sentidos se dilataron para aspirar y palpar cuanto os rodeaba y fue necesario que cayeseis muy abajo para que volvierais vuestros ojos nuevamente hacia Mí.
Hasta entonces recordasteis que teníais un Padre a cuya mesa os sentabais. Entonces clamasteis a vuestro Señor, mas antes ya os había llamado Yo y estaba reclamando en mi mesa vuestra presencia.
Os había buscado, como el padre que vio partir pequeño a su hijo llevando la inocencia en su corazón y desconociendo el camino.
¿Adónde voy?
Grande será la transformación que sufra la Humanidad en breve plazo; instituciones, principios, creencias, doctrinas, costumbres, leyes y todos los órdenes de la vida humana serán conmovidos desde sus cimientos.
Sí, éste es el tiempo de la luz. Yo os digo que la luz es fuerza, es pureza y es verdad; por tanto, esa pureza y esa verdad tendrán que brillar en todos los caminos y obras de los hombres. Muchos dirán entonces: «Señor, ¡por cuánto tiempo te ocultaste a nuestras miradas» Mas Yo les diré: No es que Yo me hubiese ocultado, es que vosotros tendisteis un denso velo para no verme.
La Humanidad es mi campiña. Yo soy su labriego, pero veo que sobre sus tierras han caído innumerables plagas, y eso ha hecho demasiado laboriosa vuestra salvación.
El materialismo, la guerra, el pecado, han sido las plagas que han azotado sin cesar las tierras del Señor; mas el poder para exterminarlas está en Mí y pronto llegará el instante en que sean exterminadas para siempre. Entonces florecerán los campos, habrá paz en los corazones y pan en abundancia en todos los hogares. La vida humana será como un culto que se eleve hasta Mí al cumplir con el precepto que os dice: Amaos los unos a los otros.
Todo el que quiera convertirse en sembrador, que escuche mi lección, la grabe en su espíritu y tome la semilla, la herramienta y el agua para ir en pos de las tierras estériles que hará fructificar con su amor.
Comprended que éste es el tiempo en que os salvaréis por vuestras propias obras. No todos los méritos los debo hacer Yo en la Tercera Era de la Humanidad.
No conocéis el final del camino, pero tenéis confianza en llegar a él; no conocéis en plenitud al Padre, pero su voz despierta en vuestro corazón una fe y una esperanza absolutas. A los que así creen les diré nuevamente: Bienaventurados los que sin ver han creído.
Yo os digo: Cumplid esta Ley y tendréis paz en este mundo y después vuestro espíritu será en la gloria. Así os desperté para que, sabiendo quiénes sois, llegaseis a comprender lo elevado de vuestro destino y de vuestra misión.
Ved que el enemigo más poderoso lo lleváis en vosotros mismos. Cuando lo hayáis vencido, veréis bajo vuestros pies al dragón de siete cabezas del que os habló el apóstol Juan. Entonces será cuando en verdad podáis decir: «Puedo levantar mi faz hacia mi Señor para decirle: Señor, os seguiré» porque entonces no serán los labios los que lo digan sino el espíritu.
Si por un instante los ojos de vuestro cuerpo pudiesen contemplar a vuestro propio espíritu, deslumbrados quedaríais de saber quiénes sois y cómo sois, tendríais respeto y caridad de vosotros mismos y sentiríais un profundo dolor al contemplar por dónde habéis llevado esa luz.
Hoy vengo a deciros quiénes sois, porque no os conocéis. Vais diciendo que poseéis espíritu, sin saber lo que ello significa, sin tener siquiera fe en que tenéis espíritu, porque no lo habéis visto como lo hubierais deseado en vuestro materialismo. Si no lo conocéis, ¿cómo podréis desarrollarlo?
Carne: No seáis más la cárcel ni el verdugo del espíritu, no sea la materia su dueña y señora, dejadle que se liberte, que rechace las inclinaciones inmundas de la materia como quien ahuyenta al lobo que a cada paso le acecha.
Pronto principiará un tiempo de grandes acontecimientos para el mundo: La Tierra se estremecerá y el sol hará caer sobre este mundo, rayos candentes que quemarán su superficie; los continentes, de un punto al otro serán tocados por el dolor; los cuatro puntos de la Tierra sufrirán la purificación y no habrá criatura que no sienta el rigor y la expiación.
De Oriente a Occidente se levantarán las naciones, desconociéndose; y del Norte al Sur también se levantarán para encontrarse todos en la encrucijada; con ese choque se producirá una inmensa hoguera en la que arderá el odio, se extinguirá el orgullo y se consumirá toda la mala yerba.
Y después de este gran caos volverán las naciones a recobrar la calma y los elementos naturales se aquietarán. Después de esa noche de tempestad en que vive este mundo, aparecerá el iris de la paz y todo volverá a sus leyes, a su orden y armonía.
Veréis de nuevo el cielo limpio y los campos fecundos, las aguas en su corriente volverán a ser puras y el mar será clemente; habrá frutos en los árboles y flores en los prados y las cosechas serán abundantes.
Y el hombre, que habrá sido purificado y sano, volverá a sentirse digno y verá preparado su camino para su ascensión y retorno a Mí.
Todo será limpio y desmanchado desde su principio, para que sea digno de poseer el nuevo tiempo que se acerca, porque he de cimentar sobre bases firmes a la nueva Humanidad.
Hay muchos seres que sólo esperan el resurgimiento de la virtud en este mundo para descender y cumplir la misión que Yo les he encomendado.
El reinado del mal, que por tanto tiempo ha imperado en este mundo, está próximo a desaparecer, para dar cabida al reinado del espíritu, al desatamiento de los dones y potencias espirituales que hay en el hombre, por los cuales éste tiene un destino muy alto.
1866 – El Inicio del Tercer Tiempo
El Preludio
En el libro «Memorias sobre Hechos de Roque Rojas y algunas anécdotas sobre sus antepasados» fechado en el año de 1914, su autor Gregorio Baldomero narra el preludio del inicio del Tercer Tiempo.
«La Noche del 23 para amanecer el día 24 de junio de 1861 (sic), el Señor
Don Roque Rojas había estado muy atareado todo ese día en
asuntos de su trabajo de juez civil, se fué a dormir, pero como a
eso de las 10 de la noche despertó y vió a un «Ángel»
con alas doradas que ya otras veces se le había presentado y le
dijo estas palabras: «Elías, Elías, eres el prometido y
eres elegido para ser la «Roca Fuerte de Israel» porque eso quiere decir
tu nombre, y yo, Gabriel, vengo a comunicarte que debes levantarte del
lecho y debes caminar atrás del lugar conocido como El Calvario y
llegar a la chinampa (islote) que está en la casa de María
Petra, y ahí te hablará Aquél que me ordena cumplas
lo que yo te estoy diciendo»…
«Presuroso tomó (Roque) sus ropas y se vistió, salió al patio de la casa y
vió que una hermosa luna iluminaba toda la comarca que estaba en
profundo silencio. De ahí salió de la casa y se dirigió
al canal donde tomó una canoa…y comenzó a remar haciendo
que la canoa se deslizara hasta la chinampa de María Petra; al
llegar cerca de la humilde choza de esta mujer, oyó en la copa de
un árbol el trino de un ave; embebido quedó oyendo el
canto de aquella ave…»
«De repente vió que ante su vista aparecía un triángulo de color oro pálido,
y al fondo de éste se fué destacando un sol con cara de
hombre de color rojo encendido con destellos amarillos, y fue tal la luz
que vió todo iluminarse con una luminosidad grandiosa, como si
fuese la luz de una aurora radiante…»
«…levantó la cabeza y vió más allá del triángulo,
volar una paloma como si fuera de nieve y de su pico caían gotas
de luz cristalinas y vió que caían sobre su cabeza y bañaban
todo su cuerpo…»
«…de repente, a lo lejos, oyó el toque de una trompeta dar tres llamadas y oyó una
voz fuerte que le dijo estas palabras: «En tí se manifestará
el Espíritu de Elías prometido para estos tiempos»…»…y vió una mano que salía del triángulo y con
una vara tocaba la tierra tres veces y oyó en lo alto la potente
voz que le dijo: «Yo te lo digo en mi nombre, que soy el Padre». «Y al terminar estas palabras,
volvió a oir en la lejanía tocar tres veces aquella trompeta que antes escuchara, a su lado
derecho, y volvió a escuchar la voz poderosa que le decía:
«Yo te lo digo en mi nombre, que soy el Hijo».«Al acabar de decir la voz estas palabras, vió una cruz descender de
lo alto del cielo y posarse sobre la tierra y desaparecer nuevamente, a
su lado izquierdo y volvió a escuchar la potente voz que le decía:
«Yo te lo digo en mi nombre, que soy el Espíritu Santo».
«Y al oir estas últimas palabras oyó una músicasublime y vió que la paloma se posaba sobre su cabeza y
desapareció, la mano con la vara volvió a dar tres toques
sobre la tierra y escuchó una multitud de voces que cantaban:
«Esta es la venida del Elías prometido».«Y yo, Gregorio Baldomero, escribo este grandioso pasaje de la vida de don
Roque Rojas, tal y como él me lo platicó».
1o. de Septiembre de 1866
Impulsado por esa visión, Roque Rojas congregó a un número muy pequeñode
personas, las cuales convencidas por múltiples testimonios de que
él había sido elegido por Dios para una gran misión
(Ver «Hechos de Roque Rojas»),
se reunían con frecuencia en eñ humilde oratorio de Roque Rojas.
Mas en la reunión que tuvo lugar el 1o. de Septiembre de 1866, sucedió que,
inesperadamente, Roque Rojas entró en éxtasis espiritual y con la inspiración
del espíritu del Profeta Elías, con voz firme pronunció estas palabras:
«Yo soy Elías, el Profeta del Primer
Tiempo, el de la transfiguración en el monte Tabor; preparaos
porque los Siete Sellos os son dados a conocer y las puertas del
misterio os son abiertas para que podáis contemplar el camino de
vuestra salvación. He aquí cumplida la palabra de Dios
pronunciada desde los tiempos remotos por Sus profetas.»
En el folleto «Albores de la Nueva Venida del Señor. El
Enviado», publicado en el año de 1970 por el recinto «El
Redentor» bajo la supervisión de Eneida R., se citan fuentes del
siglo XIX y se narra lo siguiente:
«El Primero de Septiembre de 1866, son nombradas
siete personas que quedarían al frente de los siete primeros recintos,
que fueron representación (simbolismo) de los Siete Sellos por los dones
que cada uno recibió.»(Ver «Damiana Oviedo, La Primera Portavoz»)
«Posiblemente en esa fecha Roque Rojas haya dado a conocer
a la congregación aquella revelación divina en la que se funden los Mandamientos (entregados a través) de Moisés, con las máximas de Jesús y los preceptos
de Elías en una sola ley, revelación que el enviado había recibido desde el 23 de
Diciembre de 1862″.
Bibliografía: «Memorias sobre Hechos de Roque Rojas y
algunas anécdotas sobre sus antepasados» . Gregorio Baldomero.
1914 / «Albores de la Nueva Venida del Señor. El Enviado»,
Folletos de «El Redentor». 1970
1950 – El inicio de la etapa de la comunicación de espíritu a Espíritu
¿Cuándo cesará la comunicación por el entendimiento humano para dar paso a la comunicación de espíritu a Espíritu?
Todo el pueblo Espiritualista Trinitario Mariano sabe y está de acuerdo en que fue en el año de 1866, cuando se abrió el Tercer Tiempo al abrirse también el Sexto Sello, y que fué en el año 1884 cuando se inició la etapa de la comunicación divina por medio del entendimiento humano de los portavoces, hombres y mujeres, siendo Damiana Oviedo la doncella escogida por el Padre para ser Su primera portavoz.
Y todo el pueblo sabe que el Padre anunció, desde aquel entonces y por múltiples portavoces, el inicio de la etapa de la comunicación del espíritu de Sus hijos con el Espíritu divino, una vez que cesara la comunicación por medio del entendimiento humano de los portavoces.
Pero aún hoy, no todos están de acuerdo respecto a cuando es que esta etapa habría de cesar, a pesar de que el Padre marcara esa fecha inexorable de manera repetida en todos los recintos.
De hecho, todavía en algunos recintos espiritualistas (cada vez más escasos) llamados «templos» por sus componentes, se continúa con la práctica de creer paso, muchas veces de buena fe, a la comunicación espiritual a través del entendimiento humano, mientras que la enorme mayoría de discípulos de las enseñanzas divinas del Tercer Tiempo, practica, desde 1950 y siguiendo las órdenes perfectas de la Divinidad, la comunicación de espíritu a Espíritu tanto con el Espíritu divino como con María, la Madre Celestial así como con Elías y el mundo espiritual de luz.
¿Por qué esta diferencia tan fundamental en la práctica de algo tan elevado como es el culto divino?
¿Por qué para algunos,a pesar de estar ya en el siglo 21, no se ha iniciado -al menos aparentemente- la etapa de la comunicación anunciada, de espíritu a Espíritu?
Los Hechos
ANTECEDENTES
Así como en el Primer Tiempo, la etapa de comunicación divina por medio de Moisés tuvo que cesar, y en el Segundo Tiempo se diera la partida de Jesús, en el Tercer Tiempo también habría de llegar la partida de la comunicación del Espíritu Santo a través de portavoces humanos, para dar paso a la comunicación de espíritu a Espíritu que es la forma perfecta de comunicación, ya que ésta, siendo sublime y totalmente espiritual, se proyecta hacia la eternidad.
En Exodo 16:22 está escrito: «En el sexto día recogieron doble porción…», simbolizando el maná la palabra divina y el sexto día el Sexto Sello; y en el capítulo de Zacarías donde viene profetizada la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén (Zacarías 9:9), se profetiza lo que habría de suceder también en el Sexto Sello: «Volveos a la fortaleza, oh prisioneros de esperanza; hoy también os anuncio que os restauraré el doble…» (Zac. 9:12)
Si vemos que la vida de Jesús tuvo una duración de 33 años, es fácil deducir que esa doble porción a la cual hacen referencia las profecías equivalen a 66 años, mismos que durara la comunicación del Rayo divino por medio de los portavoces, contados a partir de 1884, fecha de Su primera comunicación por medio de Damiana Oviedo, hasta el final de 1950, cuando Sus comunicaciones eran recibidas por múltiples portavoces en innumerables recintos.
Y si se analiza con cuidado, se verá que una etapa ha dado paso a la otra; el Divino Maestro así se lo explicó a Sus apóstoles: «Voy pues, a preparar lugar para vosotros» (Juan 14:2)… y en verdad, si Él no hubiera primero partido, en Pentecostés no se hubiera dado la llegada del Espíritu Santo, simbolizado en lenguas de fuego.
Si no cesara la comunicación por el entendimiento humano ¿cómo entonces habría de dar inicio la etapa de comunicación de espíritu a Espíritu, que es la forma perfecta de comunicación?
Pero el hecho es de que ¡ésta se inició desde el año de 1950!
EN EL TERCER TIEMPO
Desde la primera cátedra entregada a través de Damiana Oviedo (léela presionando aquí), el 11 de Mayo de 1884, y en concordancia con los profetas de Israel, el Señor anunció que «…a mediados del siglo venidero, surgirá la batalla de ideas, porque mientras unos despierten a la verdad, otros querrán permanecer en su fanatismo y se aferrarán a sus tradiciones y combatirán unos contra otros.»
En otra de las primeras cátedras entregadas en la casa de oración de Damiana Oviedo el Señor anunció: «De cierto que para el año de 1950, tiempo en que levantaré para siempre esta forma de entregaros mi palabra, los recintos como éste se habrán multiplicado por doquier, mi Verbo resonará en todos ellos y habrá millares y millares de labriegos. El eco de mi palabra y la fama de mi presencia habrán penetrado en los hogares más humildes y en los suntuosos palacios y los extranjeros vendrán de los distintos países de la Tierra a inclinar su cerviz y convertirse en mis labriego. Después de mi partida, los portavoces se dividirán los unos a los otros. Todo lo contempla mi mirada.» (Cátedra divina recibida por Damiana Oviedo en 1888)…
Y continuamente, en numerosas cátedras posteriores en los años siguientes y ya por todos los múltiples y distintos portavoces en todo México, incluídos el Templo del Mediodía y el Templo de la Fe, el Señor anunció que sería el 31 de Diciembre de 1950 la fecha inexorable del término de la comunicación de Su rayo divino por medio del entendimiento humano, para poder dar paso a una etapa más elevada y de más profunda espiritualidad: la comunicación de Espíritu a espíritu, donde a semejanza de como sucede con los ángeles, el Señor habría de conversar con cada uno de Sus hijos, los hombres, por medio de la conciencia y de los dones espirituales desarrollados.
El mundo espiritual de luz, una y otra vez, le recordaba al pueblo del mandato del Señor, e incluso, en el año de 1948, el Señor marcó en el Templo de la Fe, a 7 emisarios para que fueran a todos los recintos a recordarle a Su pueblo que la fecha determinada por Su sabiduría para el cese de la comunicación divina por esta forma se acercaba a grandes pasos.
Y ese tiempo llegó, y tal como el Señor profetizara, hubo una gran lucha entre quienes dieron el paso hacia esa nueva etapa ordenada por el Padre y aquellos que, como sucediera antes, tanto con Moisés a las faldas del Sinaí como en la época de Roque Rojas, se aferraban a prácticas y tradiciones atrasadas y materializadas.
A pesar de las múltiples enseñanzas divinas que anunciaban el cese de la comunicación por el entendimiento humano, y de que el mundo espiritual de luz así como Elías, nuestro Pastor espiritual, advirtieran en numerosas ocasiones al pueblo en absolutamente todos los recintos espiritualistas acerca del final inexorable de la etapa de la comunicación por el entendimiento humano, hubo guías que, por razones que solo al Padre le toca juzgar, dividieron al pueblo diciéndole que ¡el Señor había cambiando de opinión! atendiendo los ruegos de quienes no soportaban que se terminara esa etapa, y que esta continuaría indefinidamente.
Esto, por supuesto, pasa por alto que Dios es inmutable (no cambia), es sabio (todo lo sabe, nada le puede tomar por sorpresa), y es perfecto (no existe error alguno en Él).
¿Sería posible entonces que Dios, actuando como si ignorara que parte de Su pueblo iba a negarse a Su partida por el entendimiento humano, cambiara de opinión y cometiera el error de profetizar una y otra vez algo que finalmente no habría de suceder?
¿Sería posible que Dios actuara como los gobernantes humanos, quienes cambian de opinión, ignoran lo que ha de suceder y cometen errores?
Ahora, décadas después de ésto, muchos recintos y muchos párvulos espiritualistas de buena fe como tú, a quienes se les han ocultado las primeras cátedras de Damiana Oviedo conteniendo las profecías acerca del fin de la etapa de los portavoces, continúan en su mayoría con total inocencia, prácticas y creencias que aprendieron de quienes les antecedieron, las cuales contradicen y niegan las órdenes divinas.
Lee por favor, estos párrafos de algunas de las muchas enseñanzas que hablan de ésto, entregadas en absolutamente todos los recintos de entonces (incluyendo el Templo de la Fe y el del Mediodía):
«Rebaño mío, sois vosotros los indicados para llevar la Buena Nueva a las naciones, tenéis que ir a las distintas comarcas y a los distintos pueblos para anunciarles que el Divino Maestro, como Espíritu Santo, una vez más ha descendido entre la Humanidad en cumplimiento de Su palabra.
«Desde el primer entendimiento del cual me serví para esta manifestación, os dije que esta comunicación divina iniciada en 1884 tendría su término en 1950, y que después de ese año no quedaríais huérfanos, porque mi presencia sería sentida más próxima, si sabíais prepararos.
«Las nuevas generaciones ya no me escucharán bajo la forma que ahora presenciáis, porque el término señalado por Mí en que dejaré de manifestarme así se acerca, es 1950. Hasta el último día de ese año postrero os daré mi palabra en esta forma, os hablaré incansablemente, os animaré y Mi voz dulcísima, plena de esencia y de luz, llegará como un torrente sobre Mi pueblo.» (Cátedra del Divino Maestro entregada en 1942)
«Mi comunicación, si la analizáis a fondo, no cesará en 1950, sino que seguirá, porque el Verbo de Dios es eterno y nunca ha cesado de iluminar a sus hijos; mas esta forma de comunicación por medio de un portavoz humano, sí dejará de ser en la hora fijada por mi voluntad, para dar paso al tiempo en que habré de comunicarme a través de vuestra conciencia.
» Todos, desde las congregaciones más antiguas, hasta los que comienzan a reunirse en los recintos más recientes, han escuchado de Mí, que esta comunicación cesará al finalizar el año de 1950, que es mi voluntad divina que así sea, y que el pueblo en ninguna forma deberá oponerse a lo dispuesto por el Padre.
«Pretender hacerme esperar un tiempo más entre vosotros sería necio, sería negarle al Padre Su perfección y Su justicia y sería negar que he sido Yo, el inmutable, quien os ha hablado.
«Os digo esto porque, aunque en estos instantes ninguno se siente capaz de consumar esa profanación, Yo sé que en los momentos decisivos, en la hora amarga y triste de mi despedida, no faltará un traidor en mi mesa, un débil que arroje lejos de sí el pan que por mucho tiempo lo alimentó y con un falso beso de amor me entregué al escarnio y a la burla de la Humanidad.
«¿Quién creéis que se comunique por estos entendimientos, cuando haya cesado el tiempo de mi comunicación? ¿Por ventura queréis hacerme partícipe de vuestra desobediencia?
«Pensad que una desobediencia vuestra, originaría más tarde la confusión entre la Humanidad; que una profanación de tal magnitud fomentaría el caos entre las multitudes, nadie creería en mi manifestación como Espíritu Santo, todos perderían la fe.
«Desde ahora os digo que los que quieran hacer creer que me sigo comunicando por su conducto, después del tiempo fijado por Mí, serán negados y llamados impostores y quien se comunique por sus entendimientos será llamado falso Cristo; y los videntes que hiciesen causa común con aquel engaño, serán llamados falsos profetas.»(Cátedra del Padre entregada en 1949)
«No se oirá mi palabra como la oyó Moisés en el Sinaí, materializada en el estruendo de la tempestad, ni humanizada como en el Segundo Tiempo en labios de Jesús, ni tampoco a través de portavoces humanos como la habéis escuchado del Espíritu Santo en este tiempo. Todo el que se prepare alcanzará la comunicación de espíritu a Espíritu, que no será privilegio sólo de algunos.
«¿Veis cuántas multitudes me rodean en este tiempo de comunicación? Pues Yo os digo que después de 1950, pocos serán los que me sigan.
«Nadie diga que voy a ausentarme, ni crea que el mundo espiritual que se ha manifestado entre este pueblo va a su descanso, porque estaríais muy lejos de la verdad.
«Sabed desde ahora, y tened fe en lo que os digo, que será en los días en que ya no escuchéis esta palabra cuando comencéis a sentir en vuestro interior la presencia del Maestro, cuando comprendáis la preparación que deberéis conservar para haceros dignos de alguna gracia y cuando busquéis la forma de no alejaros de aquellos benditos seres que son como faros o estrellas que iluminan el camino de vuestra vida.» (Entregada por el Divino Maestro en 1948)
«¡Cuánto dolor han causado a mi corazón los siervos que no han comprendido mi Ley, y cuánto dolor están causando aquéllos que, habiéndoles preparado y entregado, hoy han dado cabida a la duda, a la incertidumbre, han dicho por su incomprensión y egoísmo que Yo he de permanecer un tiempo más entre el pueblo comunicándome en esta forma que no es la más elevada, que va a descender una vez más mi Rayo Universal, según su voluntad humana y que yo me seguiré manifestando por un tiempo largo! Por eso os he dicho: ¿Cuándo he manifestado indecisión, incertidumbre o doble voluntad en mi palabra? ¡Nunca, en verdad, porque dejaría de ser vuestro Dios y vuestro Creador!
«Ahora os digo a vosotros: En el año de 1950 se levantarán los que desobedecerán mi palabra y me llevarán a consumar nuevamente el sacrificio, que será la desobediencia y desconocimiento entre vosotros mismos. Entonces diré como en aquel tiempo: «Yo deposité la simiente en estos corazones y ella florecerá y de sus frutos comerán las naciones, que conocerán mi palabra conservada en los escritos.
«Se levanta la voluntad humana diciendo que mi Verbo divino no cesará de comunicarse a través del entendimiento humano, que aún mi rayo Universal descenderá para comunicarse un tiempo más después de 1950 por conducto de los portavoces.
«¡Grave error y grande falta han cometido los espíritus encarnados en esas materias, porque han olvidado que Yo soy la perfección! Han olvidado que Yo soy la Ley inexorable, han olvidado que mi palabra es de rey y no vuelve atrás; porque os he dicho que antes dejaría de alumbrar el astro rey, que mi palabra no se cumpliere en el Universo.
«Y Yo os he profetizado, os he marcado un tiempo para el final de mi comunicación a través del entendimiento humano y ello será efectivo. Mas también os he dicho que no os abandonaré, que Yo contemplaré vuestra preparación y escucharé la oración de los discípulos, de aquellos a quienes en el último instante he de entregar las últimas órdenes para que ellos lleven la orientación y sepan aprovechar hasta el último instante de vida que Yo les conceda en este mundo para preparar las nuevas generaciones, para que dejen preparada esta Tierra con amor, comprensión y caridad. Yo prepararé los caminos por los cuales va a transitar mi pueblo amado.» (Entregada por el Señor Gran Dios Jehová al final de 1950)
¿Quién se está comunicando?
LA LUMINOSA VERDAD
Muchos párvulos espiritualistas trinitarios marianos que llegaron a la Doctrina después de 1950 y que asisten a un recinto donde todavía el portavoz entrega cátedras cada domingo naturalmente se preguntarán: «¿Cómo puede ser ésto? A través de esas comunicaciones he aprendido muchas cosas, recibido mucha luz y mucho conocimiento espiritual…si ya cesó la comunicación divina por el entendimiento humano, entonces ¿quién se está comunicando?»
Atrapados entre su lealtad hacia los guías y facultades quienes les guiaron hacia la Obra Espiritualista Trinitaria Mariana, y el sorprendente conocimiento de la verdad de que esas prácticas son en realidad, desobediencia hacia ese Dios Padre amoroso a quien dicen rendirle culto, muchos inocentes se desconciertan. Y se preguntan: «Si el Señor levantó Su comunicación en 1950, ¿quién se está comunicando por el portavoz y las facultades? Muchas veces he recibido consejos que me han ayudado…¿cómo puede ser ésto tiniebla?»
Y aquí cabe hacerse la pregunta: ¿Por ventura el Señor abandonaría a Sus ovejas, cuando muchas de ellas son inocentes y asisten de buena fe a esos recintos en busca de luz y de elevación espiritual? Ciertamente que no.
Pero sin contravenir a Sus mandatos, en Su inmenso amor el Señor ha permitido que los portavoces que trabajan en esos recintos, muchos de ellos inocentes a quienes se les ocultó la verdad, entreguen con devoción y respeto repeticiones de las enseñanzas que durante años fueron recogidas en los múltiples recintos en los cuales realmente se manifestó el Rayo Divino. Esas repeticiones son sencillamente la resonancia eterna del eco de las palabras de nuestro Padre, porque lo divino no puede morir, y esas palabras divinas vibran eternamente en todos los valles y todas las moradas.
Basta para comprobar esto, revisar la versión compendiada del El Libro de la Vida Verdadera, parte fundamental de El Tercer Testamento, donde están escritas gran parte de dichas enseñanzas, aunque la versión completa consta de 12 tomos. El párvulo espiritualista que asiste a esos recintos que quedaron estacionados en prácticas que pertenecen a una etapa ya terminada, podrá constatar lo que aquí se asevera, y con asombro podrá darse cuenta que esa cátedra que apenas el domingo anterior aparentemente el portavoz recibió, se encuentra, en su totalidad, escrita en esos libros publicados desde el año 1962.
La advertencia precisa respecto a todo cuanto sucedió, la dió el Padre desde hace mucho tiempo así como la explicó con toda claridad el mundo espiritual de luz desde mucho antes que llegara 1950:
«Preparaos, mi pueblo, y no os dejéis sorprender por los malos guías, no dejéis que ellos os presenten su ley, porque contemplo que ocultan mi enseñanza y sólo dan a conocer la suya y se han levantado lucrando con mi Obra y la muestran llenas de misterios y materialismo.»
«¿Véis cuántas multitudes me rodean en este tiempo de comunicación a través del entendimiento humano? De cierto os digo que después de 1950, pocos serán los que me sigan.»
«Hoy no sabéis lo que os digo, más entonces lo comprenderéis».
«Veo en algunos la intención de continuar invocando al Mundo Espiritual de Luz y a otros, con la esperanza de que se revoque mi determinación, mas no concederé a unos ni a otros los que me piden, no porque Yo no me conmueva ante la petición de ellos, pero la hora está marcada y mis designios son perfectos, sabios e irrevocables.»
«Lo mismo sucedió en el Segundo Tiempo, cuando estuve en Jesús entre vosotros. Jesús fue seguido por grandes multitudes que lo amaban profundamente. No había nada para aquellos discípulos que no fuera el oir su Maestro predicando su divina enseñanza, mas Él les decía: «La hora se acerca y es preciso que retorne al lugar donde he venido.» Aquellas palabras entristecían a los discípulos y a medida que la hora se acercaba, Jesús repetía con mayor frecuencia aquel anuncio, hablaba de su partida.»
«Entonces, como a similitud de ahora, el Espíritu Divino estaba anunciando en esas palabras el final de una etapa y el comienzo de otra».
«Desde 1866 hasta 1950, todo cuanto os he revelado por este conducto podéis encontrarlo en el Libro de los Siete Sellos, y todos los acontecimientos de esta Humanidad confirman lo que escrito está en él. Siempre me he comunicado con mis hijos. Ahora tenéis esta forma que presto desaparecerá de entre vosotros.»
La Comunicación de espíritu a Espíritu
«Nueva forma de comunicarme vendrá: La forma perfecta de Espíritu a espíritu. La comunicación espiritual alcanzará alto grado de perfección entre los hombres, pero su grado máximo lo tendrá cuando hayáis dejado el mundo y la envoltura. A través de este don muchos misterios seguiré esclareciendo, nuevas y grandes revelaciones os haré. Por el sendero de la espiritualidad penetrarán los hombres, y en esa senda hallarán la luz para sus empresas, para sus misiones, para sus cargos y para su ciencia.»
«Por medio de la comunicación de espíritu a Espíritu seré interrogado, buscado por todos; por ese medio Yo hablaré e inspiraré a mis hijos. Bienaventurado aquél, os digo en este día, que me busque por medio de esta gracia con humildad, con mansedumbre y con respeto, porque él encontrará en Mí una fuente pródiga e inagotable de luz, de revelación, de beneficio.»
«¡Ay de aquel que en mala forma me busque, porque Yo le tocaré para hacerle comprender su error, y si aún fuese necio, entonces se comunicará solamente con la luz aparente, que es tiniebla y es tentación!»
El Ineludible Deber de Espiritualizarnos
¿QUÉ DEBO HACER?
Todos somos parte del mismo pueblo y no debe haber diferencias ni distingos entre nosotros.
Por tanto, la unificación en torno a los mandatos perfectos del Señor es absolutamente necesaria.
Si tú, hermano espiritualista trinitario mariano, después de elevarte y someterte a la verdad tomas consciencia de que debes continuar en tu progreso espiritual, practicando tus dones, tus virtudes y la comunicación de espíritu a Espíritu, es menester que continúes analizando y viviendo las enseñanzas divinas.
Al hacerlo, irás abandonando poco a poco esas cadenas de materialidad y fanatismo que ha atrasado a una parte del pueblo del Señor, recuperando el paso y uniéndote a quienes como tú, se han dado cuenta que una Obra espiritual es precisamente eso, espiritual.
El Espiritualismo Trinitario Mariano no es una religión más, y no es digno que quienes dicen profesarla conserven prácticas que el Señor aborrece, como puedes ver en Oseas 6:6:
«Porque misericordia quise, y no sacrificio; y conocimiento de Dios más que holocaustos»
Y respecto al concepto equivocado que muchos tienen, llamando «templos» a las casas de oración:
(Isaías 66:1) Jehova dijo así: El cielo es mi solio, y la tierra estrado de mis pies: ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde este lugar de mi reposo?
Porque si desde hace casi 2,000 años el Divino Maestro le dijera a la samaritana: «Dios es espíritu», y anunciándole esta época le dijo: «Vendrán los verdaderos adoradores del Padre, quienes le adorarán en espíritu y en verdad», entonces el pueblo espiritualista trinitario mariano tiene el ineludible deber de dejar atrás prácticas materializadas, indignas del verdadero pueblo de Dios.
Aborto y Reencarnación
Por favor, si estás pensando en abortar a tu bebé, LEE ESTE ARTICULO
Nadie ha llegado aquí por azar, nadie es concebido por obra de la casualidad; si estamos aquí es porque hemos sido enviados a la Tierra a cumplir con una restitución y con una misión, y ésto nada tiene que ver con las cosas materiales ni los placeres de la carne.
Existen espíritus esperando para reencarnar… Negar a otra persona la oportunidad a vivir, solo lleva a dolor y a una pena íntima.
Uno de los puntos que con frecuencia es esgrimido a favor del aborto, es el que dice que al cortar la vida de alguien mientras se encuentra en el seno de la madre, se evita traerlo a sufrir en este mundo.
Pero si ves a todas las personas que caen en la categoría de llevar una «vida que no vale la pena», como son calificadas por los activistas en pro del aborto, encontrarás que el índice de suicidios en esa porción de la humanidad es prácticamente cero mientras, que por el otro lado, personas que aparentemente lo tienen todo según esos mismos estándares, son más inclinados a la autodestrucción. ¡Vaya lógica de tal argumento!
Si la vida ha resultado ser excesivamente amarga o penosa para algunos haciéndoles pensar en estas cosas, debemos estar conscientes de que esta existencia no es la única, y que en el destino de cada criatura existe un santuario íntimo en el que sólo Dios puede entrar.
Ellos habrían entonces preferido el evitar que Toulouse Lautrec y Stephen Hawkings -para mencionar sólo unos cuantos- llegaran a este mundo que permitirles vivir una «vida que no vale la pena». ¡La Roca Tarpeya de nuevo! (Los espartanos se deshacían de los débiles, los viejos y los inválidos arrojándolos a una muerte horrible desde una roca localizada en lo alto de un risco).
Pero ¿qué tal si el bebé que está a punto de ver cortada su vida, fuere a llegar a convertirse en un gran científico o en un renombrado artista, un filósofo o mejor aún, en un gran ser humano, independientemente de su medio socioeconómico, raza o nivel cultural?
¿Es la violación justificante para el aborto? Ciertamente que no, ya que al tomar la vida del bebé, lo que estarías haciendo el realidad es castigar a la otra víctima -la madre violada es la primera- en lugar del criminal. Y el aborto no constituye ninguna medida de disuasión o de castigo para ningún violador.
Una vida humana otorgada a un espíritu, tiene un valor tan grande y representa una oportunidad tan propicia para el progreso de un espíritu, que el hecho de desperdiciarla o destruirla implica que la justicia divina, siempre inexorable,
se manifestará tarde o temprano en el camino de quien profane dones tan preciados como aquellos con los cuales Él dota a cada espíritu al enviarlo a la Tierra, siendo la vida misma el primero de ellos. La justicia humana es incapaz de lograr esto.
¿Y los derechos de la mujer? Por supuesto que una mujer tiene el derecho a decidir todo cuanto concierne a su propia vida… permíteme repetir esto de nuevo: una mujer tiene el derecho de decidir todo cuanto concierne a su propia vida.
Pero ¿y los derechos del bebé? ¿En qué momento comienza una persona a tener derechos? ¿Una vez que respire al nacer? ¿O hasta que puede ser vista por otros?
¿Los derechos los otorga la edad? Es decir, ¿tienes más derechos humanos ahora que eres una persona mayor que cuando tenías cinco años de edad? ¿Y qué decir de cuando tenías un mes de edad? ¿O 28 días de edad, solo que viviendo en la matriz de tu madre?
Esta es un área tan gris para tantos que merece, al menos, una mirada y una meditación más cercana para dilucidar tan importante cuestión.
¿Qué te parecería que alguien tomara decisiones acerca de si tienes o no el derecho a vivir? Piensa por un momento acerca cómo te sentirías si tu madre estuviera a punto de tomar la misma decisión acerca de tí que tú estás a punto de tomar respecto a tu bebé.
Y quienes se burlan de la noción de que los bebés no nacidos tengan derechos, están pasando por el derecho supremo, el derecho sagrado a la vida. Estarían dispuestos a despojar a otro ser humano de lo que ellos consideran en sí mismos su posesión más valiosa, su propia vida.
Prefieren ignorar que la vida es un don, un don que ningún hombre ni ninguna mujer puede otorgar, porque involucra la reencarnación de un espíritu.
La reencarnación es un don que Dios ha otorgado al espíritu, para que no quede éste limitado a la pequeñez de la carne ni a la pasajera existencia en la Tierra con sus naturales debilidades, sino que por contrario, procediendo de una naturaleza superior, el espíritu pueda tomar tantos cuerpos como necesite para completar sus grandes misiones en este mundo.
A través de este don, el espíritu muestra su inmensa superioridad sobre la carne, sobre la muerte y sobre todo lo terrenal, sobreviviendo a un cuerpo, y después a otro y a cuantos le sean confiados, dominando así sobnre el tiempo, las dificultades y las tentaciones.
Cuando pensemos en los niños, debemos hacerlo con respeto,porque no sabemos que espíritus se encierren en ellos; pero de lo que podemos estar seguros es que, dentro de cada uno de esos jóvenes seres a punto de nacer, existe un pasado que significa toda una historia, toda una vida de evolución.
El niño nonato tiene un camino, una jornada en frente de él o de ella. Las posibilidades que ese camino contiene son infinitas.
Las mujeres, portadoras de la vida, son bendecidas con la maternidad.El amor materno es uno de los más grandes regalos que el Cielo le ha concedido al ser humano.
¡A qué presión tan inmensa ha de encontrarse sometida una mujer embarazada por este mundo materializada, para llevarla al grado de cobijar en su mente la idea de cortar la vida de su propia criatura!
La exasperación causada por problemas económicos, el dilema que su propio egoísmo provoca muchas veces, son factores que empujan a muchas mujeres a actuar en contra de su más íntima naturaleza, y es así como somos testigos, todos los días, en muchas partes del mundo, de cómo las portadoras de la vida se convierten en portadoras de la muerte.
¡Oh! ¡Si tan solo supieran de que un manto amoroso protege a todas las madres, un manto que aún siendo espiritual y sublime, tiene una influencia definitiva en este mundo!
María, Nuestra Señora, es la Escala; El amor más tierno de Dios hacia Sus criaturas no tiene forma. Sin embargo, durante el Segundo Tiempo tomó la forma de una mujer en María, la madre de Jesús.
Debemos comprender que María siempre ha existido, así como Su esencia, Su amor, Su ternura siempre han sido en la Divinidad.
Ella es la dulce y sagrada ternura, cuya caridad se extiende al infinito. Ella es soberana sobre todo espíritu pero Su reinado es de humildad, de caridad, de pureza, pero Ella no tiene trono como los hombres la imaginan.
Ella no vino a este mundo solamente para amar a Su Hijo, Su amor divino es un manto universal de consuelo. Su presencia, en todos los tiempos, es de ternura e intercesión. Busquémosla y en ella encontraremos la escala que conduce hacia Dios.
María representa la pureza, la obediencia, la fe, la ternura y la humildad en las cuales debemos perseverar. Caeda una de estas virtudes es un peldaño de la escala por la cual Dios descendió a este mundo para volverse hombre en el seno de una santa y pura mujer.
Esa ternura, esa pureza y ese amor, son el seno divino donde la semilla de la vida fructifica.
Esa escala, por la cual Dios descendiera entre nosotros para hacerse hombre y vivir con Sus hijos, es la misma que en este tiempo nuestro Padre nos presenta para que por ella podamos ascender hacia Él, transformándonos, de hombres y mujeres, en espíritus de luz.
María es la escala, María es el seno materno. Búscala y encontrarás a Dios.
María es la esencia maternal divina que siempre ha existido. Ella es la esencia universal femenina que descubrimos y contemplamos en todas las obras de la Creación.
Si la buscamos en la quietud de la noche, en el silencio que nada puede perturbar, ahí en el Cosmos podremos encontrar Su imagen, y si la buscamos en la fragancia de las flores ahí también la podremos encontrar, y si la buscamos en el corazón de nuestra madre, ahí sentiremos Su divina presencia.
Pero ¿sabes dónde más la podrás encontrar? En tu propia maternidad, porque tú, como madre humana, eres la verdadera representación de María, la ternura divina.
Y si representas a María, representas a la vida, no a la muerte.
Nunca estarás sola, siempre encontrarás a María en tu camino, y con Su divina intercesión Ella te concederá el milagro que necesitas. Solo tienes que abrirle tu corazón y dejar que la vida fluya interminablemente a través de él, llegando hacia tí y hacia ese ser sagrado, tu bebé.
Aborto: El Grito Silencioso
Interferiendo con el Plan Divino
Existe un plan divino, un plan perfecto cuyo objetivo único es el rescate, la redención del espíritu de aquellos hijos cuya desobediencia les hizo crear formas desconocidas de vida que les hicieron extraviarse y descender cada vez más en errores y pecados.
Dentro de ellos estamos nosotros, los seres humanos, espiritus encarnados. Y para que ese plan se ejecute, precisa de algo elemental: Cuerpos donde encarnar.
Este es quizás el aspecto más terrible del aborto: El negarle a espiritus hermanos la oportunidad de una vida que nosotros tenemos, por medio de la cual restituir, evolucionar y retornar al seno divino, de donde nunca debimos haber salido.
La Vida es Sagrada
Nosotros, como espiritualistas trinitarios marianos quienes, previo a esta vida, estuvimos en la era mosaica y después en la mesiánica o cristiana, nos consta en este Tercer Tiempo que el plan divino funciona, y lo hace de manera universal.
Desde el principio, como describe alegóricamente el Libro de Génesis, cuando la Divinidad crea al hombre, los crea varón y varona (macho y hembra según el texto original hebreo) y les entrega el primer mandato hacia lo humano, y que no es otro que el de crecer y multiplicarse, hinchiendo la tierra.
¿Cuál es el sentido, el propósito de este mandato?
Es realmente sencillo: En el plan para el retorno del espíritu de los extraviados al seno de Dios, éstos necesitan de vehículos como herramienta para poder alcanzar esa redención. Y ese vehículo es un cuerpo en una vida humana.
De ahí que la vida humana es sagrada: Sin cuerpos donde reencarnar y llevar una vida humana ¿cómo podría el espíritu de los hijos que se alejaron del hogar paterno labrar su regreso? ¿Cómo podrían tener oportunidades para corregir errores, reparar daños y completar tareas postergadas?
Los Argumentos Pro-Abortistas
Dentro de los más repetidos argumentos de quienes apoyan el aborto, están sobre todo dos:
1) ¿Para qué traer más niños a sufrir a este mundo? Con tanto pobre y desempleado, con tanta miseria, hambre y enfermedad, es irresponsable tener hijos.
2) La mujer tiene el derecho absoluto sobre su cuerpo. Y el tener o no hijos, es una decisión que solo a ella le compete.
Comencemos analizando el primer y más socorrido argumento, que no solo se usa para apoyar el aborto sino para criticar a las familias que desean tener varios hijos, esto con amplias repercusiones sociales y morales.
La Sobrepoblación Mundial: Un Gran Engaño
Por supuesto que de inmediato alguien repetirá ese argumento falaz que quienes detentan el poder humano repiten una y otra vez: La sobrepoblación humana es la causante de la miseria, las guerras y la injusticia en el mundo.
Y eso es un gran engaño.
Mas lo que realmente es sorprendente es que, graduados de universidades y gente que se precia a sí misma de ser muy inteligente, se concretan a repetir ese infundio sin siquiera detenerse a analizarlo, y no caen en cuenta de que el problema no es la sobrepoblación (¿cuánta población es la ‘científicamente’ racional?), sino la pésima y criminal distribución de la riqueza.
Veamos.
Eduardo Galeano, célebre ensayista, advierte acerca de esto:
En la mayor parte de los países latinoamericanos, la gente no sobra: falta. Brasil tiene 38 veces menos habitantes por kilómetro cuadrado que Bélgica; Paraguay 49 menos que Inglaterra; Perú 32 veces menos que Japón (México 6 veces menos), y Haití y El Salvador, exhibidos constantemente por los medios como los hormigueros humanos de América Latina, tienen menos densidad que Italia.»
Los pretextos invocados (exceso de población, altas tasas de natalidad, etc.) ofenden la inteligencia; las intenciones reales encienden la indignación ante tanta hipocresía y cinismo.»
Al fin y al cabo, no menos de la mitad de los territorios de Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Paraguay y Venezuela está habitada por nadie.»
Y podemos añadir: Enormes partes de Africa, Argentina y México están en las mismas condiciones.
Abajo aparece una gráfica con estadísticas recientes de la densidad de población, donde se puede apreciar el hacinamiento de algunas naciones… incluyendo las más desarrolladas económicamente.
Densidad poblacional por países
¿Y Africa?
Y lo más sorprendente:
El sufrido continente africano tiene 967 millones de habitantes ¡apenas un 26 % más de población que Europa! con ¡el triple de territorio!
Dicho de otra manera: Comparado con Europa, Africa está prácticamente deshabitado.
¿Cuál es el problema entonces?
El hacinamiento, no la sobrepoblación.
Y otro dato más: Digan lo que digan los medios corporativos, NO EXISTE DEFICIT DE ALIMENTOS EN EL PLANETA.
Repitámoslo: NO EXISTE DÉFICIT DE ALIMENTOS EN EL PLANETA.
Entérate de la verdad viendo el video de abajo… y te darás cuenta de la magnitud de este engaño colosal.
Alerta para luchar contra las malas influencias. La invaluable ayuda del mundo espiritual de luz
ALERTA PARA LUCHAR CONTRA LAS MALAS INFLUENCIAS
Existe en vuestro espíritu la simiente de Jacob, a quien llamé Israel, que quiere decir fuerte. Aquel patriarca fue sometido por Mí a grandes pruebas para que diese grandes ejemplos. Yo le envié un ángel para que luchara con él, y el brazo fuerte del varón no se dejó vencer. Desde ese instante le nombré Israel, y por ese nombre fue conocido por la posteridad.
Mas si Yo os preguntase qué habéis hecho de aquella simiente espiritual que os transmitió Jacob, ¿entenderíais mi pregunta y sabríais responderme? A vuestro paso se han presentado mis ángeles para luchar contra vuestras imperfecciones y no les habéis sabido recibir. Os han sorprendido los seres en tiniebla y habéis sido débiles ante ellos.
Os vuelvo a interrogar: Dónde está la espada de Jacob, su celo y su fortaleza?
Os he concedido la presencia de los seres de luz en vuestra vida terrestre, para que os protejan, os ayuden y os inspiren. Ellos, que se encuentran más evolucionados que vosotros, descienden a cumplir un destino de amor, una misión de sembrar caridad y bálsamo entre sus hermanos.
Los seres en tiniebla o espíritus en estado de turbación, involuntariamente cumplen la misión de probar a los hombres en su fe, en su virtud, en su firmeza en el bien; y cuando al fin son vencidos por la fortaleza y perseverancia en el bien de aquél a quien han tentado, reciben la luz y renacen a la vida y al amor.
A vosotros, discípulos, os he dado sensibilidad para que podáis percibir la presencia de vuestros hermanos. El que no posee el don de videncia, tiene el de revelación o posee la facultad en su cerebro para recibir al mundo espiritual, o por lo menos tiene el don del presentimiento.
Pero os ha faltado mayor amor para desarrollar vuestros dones.
Por eso os aconsejo que viváis alerta, para que escuchéis la voz del pastor y de los guardianes que os cuidan, el lamento de las ovejas o los pasos del lobo que acecha entre la maleza.
No durmáis en este tiempo de asechanza y peligros, de abismos y tentaciones. Comprended que todo aquél que posea un don o la misión de dar luz espiritual, tendrá que ser asediado y perseguido de continuo.
No vengo a despertar prejuicios ni supersticiones en mi pueblo, vengo a fortalecer vuestra fe en la existencia de lo espiritual, para abrir vuestros ojos a lo eterno y entonces podáis mirar más allá de lo que es materia y para que sepáis que no todo lo que existe en el valle espiritual está envuelto en luz, porque también en lo invisible existen tinieblas que es preciso disipar e imperfecciones que es menester se transformen en elevada espiritualidad.
Un hombre entregado a una vida de pecado es capaz de arrastrar tras de sí una legión de seres en tiniebla, que harán que a su paso vaya dejando una estela de influencias maléficas.
Los hombres se han alejado de la senda que les marca su conciencia, han perdido la razón, se han apartado del sendero de la moral y de los buenos sentimientos.
No han querido detenerse a tiempo, no han meditado y van hacia el fondo del abismo que han labrado, al encuentro de las tinieblas.
Sin embargo, mi amor les ha perdonado sus faltas y mi luz ha tratado de detenerles, mostrándoles que van por un camino equivocado; pero mi Ley respeta el libre albedrío de que les he dotado, aunque mi justicia les dejará que recojan el fruto de lo que van sembrando en su vida.
Y cuando parezca que todo ha terminado para el hombre y que la muerte es la que ha vencido o que el mal es el que ha triunfado, de las tinieblas surgirán los seres a la luz; de la muerte resucitarán a la verdadera vida y del abismo del mal se levantarán a practicar la Ley eterna de Dios.
Un gran número de seres de luz velan por vosotros; el día que sepáis uniros en oración en pensamiento y en fe a ellos, experimentaréis en vuestra vida una fuerza invencible, una fuerza sobrehumana y nunca tropezaréis.
También en torno a los hombres vibra un mundo invisible de tinieblas y turbación; el día que estéis preparados para luchar contra sus asechanzas, sentiréis en vuestra vida una libertad y una paz desconocidas.
Sabed que una mente jamás dejará de recibir la vibración y la influencia de mi Divinidad y del mundo espiritual.
LA INVALUABLE AYUDA DEL MUNDO ESPIRITUAL DE LUZ
No temáis ser pocos y pequeños; junto con vosotros irá un ejército invisible de seres de luz, preparando camino, abriendo puertas para que paséis, derribando obstáculos y venciendo escollos.
Contra un mundo de tinieblas contaréis con ese mundo de luz; para vencer la influencia de la guerra contaréis con el ángel de la paz; contra la enfermedad, la peste y la muerte, tendréis con vosotros la caridad de aquellos seres invisibles, prestos a derramar sobre la Humanidad su bálsamo de caridad y de consuelo.
Jamás mis discípulos han sido desamparados por Mí; jamás han sido abandonados por aquellos seres que habitan en regiones de luz y armonía.
¿Quiénes inspiraron a algunos de mis discípulos del Segundo Tiempo para que recordasen la divina palabra de su Maestro y la escribiesen para herencia de todas las generaciones? ¿Quiénes conducían a mis discípulos por caminos desconocidos hacia lejanas ciudades? ¿Quiénes libraron a Pedro de su prisión mientras sus carceleros dormían y quiénes acompañaron a aquellos apóstoles de mi verdad en la hora suprema de su sacrificio? Los seres espirituales, vuestros hermanos, a quienes los hombres han llamado ángeles.
¡Oh, si vosotros supieseis el valor que aquella influencia tiene en vuestra vida! Seríais más dóciles, más humildes y más obedientes a sus llamados y a sus indicaciones. Pero sois criaturas de poca fe, porque quisieseis palpar y ver con vuestros sentidos corporales la vida espiritual; y como no lo habéis logrado, os habéis sentido defraudados en vuestra fe.
En verdad os digo que si fuese cierta vuestra fe, no necesitaríais palpar con los sentidos de la carne la presencia de lo espiritual, porque entonces sería el espíritu el que percibiría con su sensibilidad sutil aquel mundo que vibra sin cesar en torno de vosotros.
Sí, Humanidad; si vos os sentís distantes del mundo espiritual, en cambio aquellos seres no pueden sentirse lejanos de los hombres, puesto que para ellos no existen distancias, ni límites, ni barreras. Ellos viven dentro de lo espiritual y por lo mismo no pueden ser ajenos a la vida de lo seres humanos, cuyo más alto destino es el de la elevación y el perfeccionamiento de su espíritu.
temas extraídos de las comunicaciones divinas de El Tercer Testamento
Alma y Espiritu. Una crucial diferencia
Prólogo
Desde las tempranas traducciones tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, ha prevalecido una confusión que ha desviado de su verdadero signicado a la noción o concepto de el ser interior dentro del ser humano, y ésto es debido al uso incorrecto de la palabra para denominar tal concepto.
Hablamos del espíritu.
La Septuaginta
El uso extendido de la palabra «alma» es totalmente inapropiada al referirse a la parte inmortal de nosotros la cual, de acuerdo con las religiones judeocristianas, sobrevive a la muerte y es eterna.
Y esta confusión tiene su origen en un error de siglos atrás, que data desde la misma primera versión traducida de los libros que componen la Biblia tal y como la conocemos ahora, es decir, la versión conocida como la Septuaginta.
Esta traducción hecha a partir de los textos originales del hebreo hacia el griego, fue ordenada por Tolomeo, gobernante de Egipto, unos tres siglos antes de Cristo.
La historia nos dice que, de acuerdo con su idea de la creación de lo que llegaría a ser la famosa Biblioteca de Alejandría, Tolomeo fue convencido por Demetrio de Falaro, su bibliotecario en jefe, de la necesidad de tener dentro de ella los libros sagrados de los israelitas debido a la relevancia e importancia de su contenido.
Y así, Tolomeo envió a Jerusalén algunos delegados, dentro de ellos Aristeo, un oficial de la guardia real, para solicitarle a Eleazar, el sumo sacerdote de los judíos, les proveyera una copia de la Ley así como a los sabios israelitas educados en el Templo de Jerusalén capaces de traducirla al griego.
La delegación fue exitosa: una copia ricamente ornamentada de la Ley fue enviada a Tolomeo junto con setenta y dos israelitas, seis de cada tribu, quienes fueron asignados para ir a Egipto y llevar a cabo el deseo del rey Tolomeo.
Fueron recibidos con grandes honores y durante siete dias asombraron a todos con la sabiduría que mostraron al responder setenta y dos preguntas que les fueron formuladas; después, fueron conducidos a la solitaria isla de Faros, donde comenzaron su trabajo de traducir la Ley, ayudándose mutuamente y comprando sus traducciones particulares conforme las iban completando.
Leyendas y mitos posteriores arguían que cada uno de ellos hizo su propia versión sin consultar a los demás y que cuando compararon los trabajos finales, éstos eran idénticos; esto, por supuesto, es falso.
De hecho, existen muchos testimonios históricos, incluyendo la carta de Aristeo a su hermano, Filócrato, que afirma lo contrario a esa leyenda. Y más aún, Jerónimo, el traductor de la Septuaginta a su versión latina (Vulgata), descartó esas leyendas como meras fábulas llenas de falsedad (Prefacio en Pentateuchum, Adv. Rufinum, II, XXV).
Como sea que hubiera sido, finalmente la traducción fue completada y el rey pareció muy satisfecho con el trabajo y lo colocó dentro de su nueva biblioteca.
Pero lo que verdaderamente sucedió es que, en ese entonces, las relaciones entre los sacerdotes judíos de Jerusalén y la comunidad judía en el exilio -que usaba cómunmente el griego como su idioma cotidiano- eran casi inexistentes y ahi surgió el primer problema: confiar la traducción a los sacerdotes judíos de Egipto, que aun cuando muy capaces de manejar las sutilezas del griego, estaban muy lejos de poseer la sabiduría de los ilustres sacerdotes educados a la sombra del Templo de Jerusalén, o depender de los expertos en la Ley hebrea residentes en Judea, cuya comprensión del griego era vaga.
Las Dificultades
Y para abundar, había otro problema adicional, como lo explica Brenton, el experto en versiones traducidas de la Septuaginta:
«Una dificultad que ellos tuvieron que sobrepasar fue la de introducir ideas teológicas, de las cuales ellos solo tenían los términos correctos en hebreo, al lenguage de los gentiles, el cual para ese entonces carecía de nociones religiosas más allá de las propias de los paganos. He ahí la necesidad de usar muchas palabras o frases tratando de darles un nuevo y apropiado sentido.»
«Estos señalamientos no tienen como intención quitarle valor a la versión Septuaginta; su objetivo es más bien el mostrar las dificultades que los traductores tuvieron que enfrentar y las razones por las cuales en algunos respectos fallaron; así como también el tratar de llegar al pensamiento que ocupaba la mente de algunos, que exaltaron esta versión como si poseyera algo que reflejara una autoridad alineada con el texto en hebreo mismo.»
Una Misma Palabra
Había dos palabras en hebreo que carecían de equivalente en griego (en aquella época, el Koinos era el dialecto en boga): rowah (espíritu y en género femenino) y nephesh (alma, masculino). Ambas fueron traducidas como psyche, la que asímismo fue usada para traducir del hebreo hacia el griego una tercera palabra, la palabra «mente», por lo cual psyche vinieron a significar, indistintamente, «mente», «espíritu» y «alma».
Rowah fue la palabra usada en los textos originales para describir algo que es inmortal y etéreo, contrariamente a nephesh que se refería a algo material, físico, que podía ser tocado, comido y ciertamente no inmortal.
En algunas versiones bíblicas modernas, muy debatidas dentro de sus respectivas comunidades, sus revisores han corregido a partir de 1960 estas discrepancias -cambiando el término alma por el de «persona» o «ser»- aunque han sobrevivido errores como sucede en las versiones revisadas de la traducción conocida como Casiodoro de Reyna y Cipriano de Valera, donde Pablo hace una cita bíblica (usando el término que venía en la Septuaginta) que si usted la sigue, no corresponde a la letra del versículo citado en esa misma Biblia.
Así, en las versiones revisadas posteriormente a 1960 en Corintios 1 15:45 Pablo afirma: «Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán, alma viviente»…
El texto citado (Génesis 2:7) dice: «…y fue el hombre un ser viviente»… Como puede apreciarse, este segundo texto fue ya corregido aun cuando el revisor tímidamente usa la palabra «ser» en lugar de la original del texto hebreo que es «espíritu». El texto de Pablo -no corregido aún probablemente por omisión o descuido- permanece apegado a la versión Septuaginta, con el uso inapropiado de la palabra «alma» en lugar del término «espíritu». Probablemente se percató Pablo de esto porque a continuación explica: «el postrer Adán, espíritu vivificante»; es decir, el que vivifica al cuerpo es el espíritu, no el alma.
Es por esto que muchos creyentes en las religiones cristianas acostumbran todavía hoy en día, seguir denominando al espíritu como alma.
Ejemplos
Abajo están algunos ejemplos de las discrepancias entre ambos conceptos que ilustran ésto:
DONDE EL «alma» ES MORTAL | DONDE EL «alma» ES INMORTAL |
Génesis 17:14 Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella alma será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto. | Génesis 35:18 Y aconteció que al salírsele el alma (pues murió), llamó su nombre Benoni; mas su padre lo llamó Benjamín. |
Deuteronomio 12:20 Cuando Jehová tu Dios ensachare tu territorio, como él te ha dicho, y tú dijeres: Comeré carne, porque deseaste comerla, conforme a lo que deseaste podrás comer. | Deuteronomio 6:5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. |
Jueces 16:16 Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia. | 1 Samuel 1:26 Y ella dijo: ¡Oh, Señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová |
Job 33:20 Que le hace que su vida aborrezca el pan, y su alma la comida suave | Job 33:28 Dios redimirá su alma para que no pase al sepulcro, y su vida se verá en luz. |
Salmo 35:13 Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; afligí con ayuno mi alma, y mi oración se volvía a mi seno. | Salmo 16:10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción. |
Amarse a si mismo
Quizá uno de los slogans más publicitados en los últimos años sea el de «ámate a ti mismo»; de tan popular se le ha tomado como una fórmula, válida y sencilla, para vivir «felizmente». Pero, ¿es esta frase una ley? ¿una receta narcisista y egocéntrica? ¿una justificación egoísta?
Bueno, «ámate a ti mismo», definitivamente no es parte de la Ley, no aparece en el Decálogo como mandamiento, ni siquiera como precepto, consejo o forma alguna. Algunos dicen que necesitamos tener amor para dar amor.
Olvidan que como espíritus que somos, brotamos del Amor, somos un pensamiento, una idea constante y latente; es decir, estamos siendo amados cada segundo. El Padre nos ama perfecta y permanentemente a todos y cada uno de nosotros sin excepción, sin condiciones, sin cláusulas previas.
El amor del Padre es perfecto, absoluto, incondicional e inmutable. Y Él nos ha amado desde antes de brotar de Él, nos ha amado y nos amará siempre, incondicionalmente.
Siendo así, resulta evidente que hay suficiente amor en nosotros como para dar y repartir a nuestros semejantes y que la idea de amarnos a nosotros mismos en nada va
a aumentar este amor, ya que el amor no es creación nuestra, el amor viene del Padre; nosotros simplemente podemos manifestarlo.
Si reflexionamos un poco más, nos daremos cuenta que precisamente el amarnos a nosotros mismos ha llevado al mundo donde está: la ambición, el egoísmo y la avaricia han originado guerras, pobreza, hambre, enfermedad y desolación.
El «ámate a ti mismo» sólo ha venido a reforzar el ego, que tanto ha dañado y apartado a la humanidad. El mundo no necesita más ego, más amor a nosotros mismos, sino a los demás.
El más grande ejemplo lo tenemos estudiando la vida del Divino Maestro. Jesús amó a todos y cada uno de sus semejantes; jamás expresó cansancio, no necesitó vacaciones, ni dinero, mucho menos lujos, no reclamó privacidad, tranquilidad, nunca perdió la paciencia; vivió para servir, para enseñar, para curar, para amar.
Es claro entonces, y más que obvio que la frase «Amate a ti mismo» es completamente equivocada y en nada puede favorecernos. Al contrario, lo que nos separa de nuestros semejantes es nuestro ego, así que, por favor, no lo incrementemos y en su lugar, popularicemos con nuestras acciones el divino, enaltecedor y necesarísimo:
«Amaos los unos a los otros».