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Consejo de los Protectores – Julio 3 del 2004
HACIA ESPOSOS QUE TIENEN PROBLEMAS MATRIMONIALES CON UNA ESPOSA REBELDE.
CONSEJO:
A todo ser humano se le dotó de libre albedrío; y en ese libre albedrío el Padre puso también la facultad de hacer y deshacer, de crear o no crear.
Pero no tan solo puso el Señor el libre albedrío, y esto bien lo sabéis, también dentro de cada uno de vosotros, dotó al espiritu del hijo con la conciencia.
Ya desde tiempo anterior a Salomón, había mujeres que desobedecían al esposo, ha habido hijas rebeldes y en este tiempo no iba a ser la excepción.
Y ved lo que hace el Padre cuando uno de sus hijos se rebela.
¿Acaso lo somete por la fuerza? Analizad, tomad ejemplo de ello porque el varón en el matrimonio representa al Padre.
Ved cómo ante la rebeldía del hijo, el Padre opta por dejarle en libertad, sin que por ello lo descuide o lo dispense.
Es por ello que conocéis el dolor, no porque el Padre os lo envíe, sino que vosotros con vuestros actos lo habéis convocado.
Imaginad lo que sería del hijo rebelde, si el Padre no le permitiera recoger los frutos de su rebeldía.
¿Cuándo aprendería entonces? Tú has pretendido tomar para tí esos frutos de la rebeldía, y con ello, no has enseñado.
Debéis permitir que los frutos de cada quien, sean recogidos por quien los propició. En esa entonces, será recogida la enseñanza, dolorosa, sí, pero también útil e iluminadora.
Porque el dolor es fragua, hermanos, el dolor es crisol.
A través del dolor muchos de vosotros habéis aprendido y recogido grandes enseñanzas.
¿Creéis acaso que porque libráis a alguien del dolor, le acabaréis librando de las consecuencias de sus actos? Ciertamente que no, pero diferís el aprendizaje, lo hacéis más tardado.
Y por consecuencia vienen más actos equivocados y con ello, aún más dolor.
Con buena intención, a veces se cae en la falsa caridad. ¿Significa que debe haber olvido o indiferencia? No, hermanos.
Pero el cuidado que debéis tener en este caso, es similar al del Padre cuando ve que el hijo entra por caminos o conductas equivocadas.
El Padre vigila y os previene de males mayores, pero permite que vosotros ejerzáis vuestro libre albedrío y recojáis el fruto de la labranza.
Cuando el dolor es grande, es entonces cuando eleváis los ojos al cielo y pedís ayuda.
Y aún así ¡a cuántos hundidos en el dolor, les llega esa ayuda y no la aceptan! Esto significa que es menester aún más dolor, hasta que llega el momento que el espíritu rendido ante el dolor, se abre para recibir la enseñanza, y en un instante recobra la paz, la fortaleza y la salud.
Cuando llegan los problemas dentro de un matrimonio, recordad que debéis apurar el caliz de amargura hasta las heces.
Y si llegara la violencia, si llegara la sinrazón, simplemente hay que evadirla. Basta con darle la espalda para que esa violencia se tenga que consumir en sí misma. Y después de eso, vendrá un gran dolor.
Ese dolor, os repetimos, es un dolor que acabará dando vida, aun cuando en el mundo material véis las cosas de otra manera.
ACERCA DE COMO TRATAR A UNA PERSONA QUE ES DADA A LA CONFRONTACION Y A LA VIOLENCIA.
CONSEJO:
No se combate la tiniebla con la tiniebla, hermanos, como tampoco debéis combatir el fuego con el fuego.
La mejor enseñanza que podeis dar es con el ejemplo. Si no estáis presta a dar ese ejemplo, vanas son las palabras.
Sin el ejemplo la enseñanza, que siendo vida y que siendo luz debía estar en vosotros, se convertiría en prevaricación.
Sed pacíficos, sed tiernos, y en ésto incluimos a los varones; procurad estar dispuestos a escuchar, y veréis como toda esa fiereza, como esa tiniebla, se disipa.