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PROFECÍAS QUE ESTÁN POR CUMPLIRSE, recibidas a través de la comunicación de Espíritu a espíritu.
PROFECÍA RECIBIDA EL 16 DE ABRIL DE 1997:
Grandes cambios para la humanidad.
Profecía:
Se aproximan grandes cambios para la Humanidad tanto en el orden espiritual, como en el orden material; es el fin de una etapa la cual se presenta preñada de pruebas y dolores; daréis paso entonces a un nuevo amanecer, mas antes, la tiniebla habrá de cubrir al planeta y grandes ayes se levantarán de entre los hombres».
«Todo aquello que el hombre ha construido y que ha sido motivo de soberbia, será destruido hasta su raíz, y veréis cómo el espíritu de Elías, aposentándose en todas las naciones, toca a rebato las campanas para congregar al verdadero pueblo de Israel».
PROFECÍA RECIBIDA EL DÍA 16 DE ABRIL DEL AÑO 2000:
La nueva torre de Babel.
Profecía:
«Inmensas caravanas comenzarán a llegar pronto a vuestra nación; vosotros no sabéis los frutos que está dejando ya la difusión que se ha hecho de mi Doctrina, mas esto es unicamente el comienzo; viene todavía la lucha de religiones contra vosotros, de la ciencia humana contra vosotros, de los institutos educativos, militares y judiciales en contra de vosotros, de todo aquello que el hombre ha construído en su soberbia como moderna torre de Babel, mas a esta la habréis de ver caer a vuestros pies, no porque vosotros la ataquéis, porque el Padre jamás ha puesto en manos de sus labriegos el arma homicida, no; esa torre de soberbia quedará derruida ante su propia e inocultable torpeza, ante su propia pequeñez espiritual y su desmedido egoísmo materialista».
PROFECÍAS RECIBIDAS EN DICIEMBRE DE 1990:
La civilización será cimbrada.
Profecías:
«Lo que vosotros llamáis civilización, pronto será cimbrada hasta las mismas raíces».
El peso de la justicia divina.
«Vuestras instituciones humanas que han comenzado a ser tocadas, una a una se abatirán al peso de mi justicia».
Os negarán llamaros Israel.
«Se levantará un pueblo negándoos el derecho de llamaros Israel, pero también lo someteré a prueba».
Las llamadas Ciudades Santas.
«De las llamadas «Ciudades Santas» por los hombres, no quedará ni piedra sobre piedra. Los mismos lugares que las diversas religiones consideran sagrados, serán demolidos hasta sus raíces».
PROFECÍAS RECIBIDAS EN ENERO DE 1999:
Las religiones preparándose para las más crueles batallas.
Profecía:
«Las religiones han estado preparando sus grandes armas, listos están sus teólogos, listas están las fuerzas que han de acompañarles en la gran batalla que se ha iniciado».
La batalla del mundo.
Profecía:
«Hoy el mundo libra una batalla contra sus propias instituciones, y una a una éstas han de desplomarse, pues falsos son sus cimientos, y esas murallas que creéis tan fuertes se desmoronarán al influjo de los tiempos. Recordad que os dije antes que no quedaría piedra sobre piedra, y no hablaba sólo para aquella época; mi justicia tampoco tiene límites».
Los ídolos de oro.
Profecía:
«Las religiones y los ritos se han querido hacer eternos en la Humanidad, pero ved si acaso ellos han brindado a sus seguidores la paz y la enseñanza que mi Obra espiritual os ha dado a vosotros. Tarde o temprano han de derribar sus ídolos y sus becerros de oro, y entonces se levantará un ¡ay! de dolor de la Humanidad que se sentirá abandonada y agotada por las pruebas, abrumada por las grandes mentiras».
Tiempo de justicia divina.
Profecía:
«Será entonces cuando vos, pueblo bendito, haréis escuchar la voz de la obediencia, la humildad y la fe, y cuando todo se derrumbe, permaneceréis vosotros firmes como rocas dando ejemplo de fortaleza, y le enseñaréis al mundo que nunca ha estado solo, que llegado es el día de la justicia y que cada cual tomará la cruz que se ha labrado».
«He dejado un tiempo para vuestra justicia humana y ésta no ha llegado; mas se acerca el tiempo en que os hable la voz de la justicia divina, porque es llegado el tiempo del Espíritu de Verdad».
Tres cuartas partes del mundo desaparecerán.
Profecía:
«En un breve tiempo, todas las instituciones humanas comenzarán a caer, desde los falsos cimientos de todo lo que llamáis civilizaciones desaparecerán; tres cuartas partes de vuestro mundo serán azotadas y borradas de la faz de la Tierra por los elementos, y cuando ese ¡ay! lastimero llegue a las regiones espirituales, vuestros hermanos superiores sabrán que es el grito de libertad del espíritu que a través de un intenso dolor, logrará liberarse finalmente de las cadenas del materialismo y del egoísmo que le han atado a un mundo que no es su verdadera morada».
La derrota del dragón.
Profecía:
Ese dragón del que os habla la profecía de Juan, esa fuerza maligna que ha enseñoreado tanto tiempo en vosotros, habrá de conocer la derrota, y se hundirá en el propio abismo que creó con su soberbia, su vanidad, su desamor, sus odios y su desconocimiento de la Ley divina».
El momento de la victoria.
Profecía:
Cuando llegue ese momento final de vuestra victoria, no seré Yo quien detenga al mal; ya no seré Yo el Único que os ayude a derrotar las tinieblas, porque en mucho será vuestro interés y en mucho será vuestro cumplimiento».
El mal no encontrará cabida.
Profecía:
«El mal, en verdad, en esos días que vendrán no encontrará rincón por dónde entrar, no encontrará ningún corazón dispuesto a escucharle, ni ninguna mente dispuesta a recibirle».
Los días felices volverán.
Profecía:
«Esos benditos días volverán, en que la familia era el consuelo y la felicidad del varón y la varona; esos días volverán, en que la presencia del Señor era en cada instante, en cada momento de la vida de aquellos que os antecedieron en el camino y que tan bellos ejemplos os dieron».