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Por Orden del Emperador: Un Dilema para el Cristianismo Parte 1

Este artículo pertenece al tema de Por Orden del Emperador: Un Dilema para el Cristianismo. Parte 1 de 3

Los Caprichos de una Emperatriz

En el cristianismo actual, es oficialmente rechazada como herejía la Ley divina de la reencarnación del espíritu.

Mas esto no siempre fue así.

De hecho, en el tiempo de Jesús y los apóstoles, esta noción era ampliamente aceptada en el seno del pueblo de Israel.

¿De dónde salió entonces ese rechazo hacia esa ley divina de amor?

Documentos históricos nos muestran cómo el poder y la codicia del emperador romano Justiniano, atendiendo los caprichos de la frívola emperatriz Teodora de dudosa moralidad -no confundirla con la santa católica del mismo nombre que vivió 2 siglos después- metieron en un auténtico dilema a los cristianos de buena fe.

¿Es la Reencarnación una Doctrina Oriental?

Aunque mucha gente así lo cree, en realidad se trata de una ley universal emanada de Dios y ese concepto está en el corazón y espíritu de la Humanidad desde el principio.

En la parte 2 de esta serie de videos, se explica y demuestra cómo desde los documentos más ancestrales recogidos en la Biblia como hoy la conocemos, se entregó desde antaño este conocimiento sublime y espiritual, solo que en forma de metáforas, porque los conceptos más elevados sólo así pudieron ser entregados en tiempos anteriores, como hiciera Jesús con Sus discípulos y aún así, no fue comprendido enteramente por ellos, porque la evolución del espíritu y la mente del hombre todavía no lo permitía.

En la siguiente entrega de este boletín, viene la parte 2 de este interesantísimo documental: «La Reencarnación y la Biblia», a la que seguirá la parte 3, «La Reecarnación, Hoy», que incluye testimonios de casos de reencarnaciones en la época moderna realmente sorprendentes, que son imposibles de refutar y que han sido estudiados por científicos y expertos..

Por Orden del Emperador: La Evidencia Científica. Casos Documentados. Parte 3

Este artículo pertenece al tema de Por Orden del Emperador: Un Dilema para el Cristianismo. Parte 3 de 3

La Reencarnación, la Ciencia y los Niños

«….sirviéndome de los niños, les hablaré.»

El Tercer Testamento

Ciertamente, los niños están hablando… de la reencarnación, y con ello, desconcertando a sus padres, a los ministros de las religiones y a los científicos.
Esto es algo que no podía ser ignorado por la ciencia humana.

 

Ian Stevenson, de la Universidad de Virginia

Bajo la dirección del catedrático y doctor en psiquiatría Ian Stevenson, la División de Estudios de la Personalidad inició, hace más de 50 años, la investigación de los reportes que desde entonces llegaban de todo el mundo, investigación que duró más de 40 años…

Con la más rigurosa metodología, el Dr. Steveson registró, interrogó, investigó, grabó y analizó a niños que afirmaban recordar eventos de alguna vida pasada, y después de sopesar cuidadosamente los datos, llegó a la conclusión de que existían patrones muy definidos en todos esos casos.

Stevenson publicó los casos más significativos en su ya célebre libro al que cautelosamente llamó «Veinte Casos que Hacen Pensar en la Reencarnación».

La amplia y prolija documentación contenida en ese libro cimbró al ámbito científico, e interesó a más y más investigadores, los que han llevado esos estudios más allá, como sucediera con el famoso Arthur C. Clarke, el descubridor de la que es conocida como la órbita de Clarke, por medio de la cual los satélites de comunicación pudieron ser colocados en órbitas estacionarias en el espacio que circunda al planeta.

 

La Reencarnación Investigada por un Verdadero Escéptico

Clarke, escritor y divulgador científico (autor de «El Centinela- 2001, Odisea del Espacio»), librepensador escéptico y extremadamente analítico, después de conocer y examinar de cerca los datos de Inglaterra- su país de origen- y de Sri Lanka, país donde puso su residencia, finalmente se rindió ante la evidencia y fue uno de los primeros escritores científicos que aseveró que el negarse a aceptar la posibilidad de la reencarnación es algo irracional, y desafió a quienes se rehusaban a aceptar sus conclusiones, a que dieran una mejor y más fundamentada explicación.

Obviamente, esta nunca se dió.

 

 

Los Testimonios de Rencarnación de los Niños, Hoy.

En la actualidad, es tal la cantidad de niños pequeños que comienzan a recordar eventos precisos de sus vidas anteriores, que ya existen varios libros que contienen la información acerca de esos numerosos casos, como son el de Carol Bowman -Return From Heaven-, Thomas Shroder -Old Souls: Compelling Evidence from Children Who Remember Past Lives-, Dr. Brian Weiss -Same Soul, Many Bodies-, etc.

Y este número de niños sigue creciendo.

 

La Reencarnación: Lo que el Cristianismo Ha Omitido

Incluso se están dando estos casos dentro de las comunidades cristianas, muchas de las que, sin saberlo, obedecen ciegamente los dictados del emperador Justiniano impuestos en el Concilio de Constantinopla, y continúan negando, basándose en falsas suposiciones, que pueda existir la reencarnación.

Algunos de los casos de estos niños se encuentran dentro de las familias de los mismos ministros y pastores de las diversas sectas y religiones, lo cual, como es natural, les conmociona y desconcierta ante la evidencia en boca de sus propios hijos, y por lo mismo, ocultan en la medida de lo posible estos hechos.

Hasta hoy han podido hacer que estos casos no tengan gran exposición ante los medios masivos de comunicación, mas son tantos y tan contundentes esos casos que la información ha comienzado a filtrarse, y es cuestión de cierto tiempo para que se haga de amplio conocimiento público, el hecho incontrovertible de que hay muchos niños que afirman -y demuestran- que son espíritus que han nacido de nuevo.

«Os es necesario
nacer de nuevo…»
Jesús de Nazaret

 


 

Por Orden del Emperador Parte 2: La Reencarnación en la Biblia

Este artículo pertenece al tema de Por Orden del Emperador: Un Dilema para el Cristianismo. Parte 2 de 3

¿Hay referencias a la reencarnación en la Biblia?

Por supuesto que sí… aunque no con ese nombre. Desde tiempos remotos, en todas las culturas los seres humanos han tenido la intuición de la existencia de la reencarnación. Y los escritores bíblicos no fueron la excepción.

¿Puede Cristo decir mentira?

Obviamente, para tener una opinión informada acerca de la reencarnación desde el punto de vista bíblico, es indispensable tomar la Biblia… y comenzar a releerla, sin prejuicios y en busca de la verdad.

El problema central de la resistencia del cristianismo a aceptar la reencarnación es que con ello, sin darse cuenta, NIEGA LA POSIBILIDAD DE QUE JESÚS HAYA SIDO EL MESÍAS PROMETIDO DE ISRAEL.

La mayor señal que anticipaba la llegada del Mesías, era la profecía de que antes que él llegara, debía llegar Elías.

Y tan sabían esto los discípulos de Jesús, que en el Evangelio de Marcos viene incluido de forma clarísima este pasaje:

Y le preguntaron, diciendo: ¿Qué es lo que los escribas dicen, que es necesario que Elías venga antes?

Y respondiendo él, les dijo: Elías á la verdad, viniendo antes, restituirá todas las cosas: y como está escrito del Hijo del hombre, que padezca mucho y sea tenido en nada.

Empero os digo que Elías ya vino, y le hicieron todo lo que quisieron, como está escrito de él.

Y como si eso no fuera suficiente, Mateo narra el mismo pasaje pero va más allá: Describe qué fueron lo que los apóstoles entendieron de las palabras del Divino Maestro.

Los discípulos entonces entendieron, que les habló de Juan el Bautista.

Entonces, la pregunta para quienes niegan la posibilidad de la reencarnación es:

¿Mintió Jesús a Sus discípulos?

Digan lo que digan los que se llaman a sí mismos pastores (Pastor hay uno solo), sacerdotes o rabinos, es un hecho de que Elías regresó y regresó en espíritu y en verdad en Juan el Bautista.

Es decir: reencarnó.

¿Seguirá el cristianismo de hoy como el judaísmo de ayer y hoy, negando que regresó Elías?

Y tú ¿también seguirás teniendo a Elías en nada?

En un videoclip siguiente, documentaremos las irrefutables evidencias científicas de que la reencarnación es un hecho comprobado y comprobable, más allá de falsas suposiciones y fanatismos.


El Culto por el apóstol Pablo: Paulismo o Cristianismo

PRÓLOGO

Pudiera pensarse que la figura central del Cristianismo sería justamente Cristo.

Pero la realidad es otra.

En el Cristianismo hay una figura que desplaza, no solo a Jesús el Cristo como eje de las creencias cristianas, sino también a los doce discípulos de Jesús, incluyendo a Pedro, quien fuera nombrado por aquél como custodio de las congregaciones cristianas («..apacienta a mis ovejas» Juan 21:)

Todo parece quedar en el olvido cuando en el Cristianismo de hoy, quien goza de la mayor autoridad para los teólogos y líderes cristianos no es Jesús ni Pedro… ¡sino Pablo!

Saulo de Tarso, quien de ser perseguidor de Cristo y Sus seguidores, pasara a convertirse, por influjo de una visión, en Pablo el apóstol de los gentiles, dedicado a expander la Buena Nueva de la llegada del Mesías por todo el mundo conocido de entonces, es hoy en día probablemente, en muchas religiones y sectas, la figura capital del Cristianismo moderno.

¿O quizás debería llamársele Paulismo? Porque tal pareciera que hoy las palabras de Pablo pesan mucho más, para muchos cristianos, que las del mismo Divino Maestro; tan es así, que cada vez que se suscita alguna controversia o debate acerca de algún asunto espinoso o conflictivo, usualmente son tomados como argumentos plenos de autoridad, no las palabras de Jesús, ni los escritos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, sino lo que se supone escribió Pablo.

¿Se supone?

Sí, se supone…

EL CRISTIANISMO MODERNO, MUY LEJOS DEL CRISTIANISMO ORIGINAL.

El cristianismo actual como tal, es basado en todas sus versiones en el idioma griego hablado en la zona del Asia Menor, aún cuando Jesús hablaba en arameo, el lenguaje usado por las mayorías en la Judea y Galilea de entonces.

Toda discusión sobre el conocido como Nuevo Testamento en sus diversos cánones o catálogos de escritos considerados sagrados, tiene que ver entonces con términos griegos; para aumentar las confusiones, en aquella época estaban en uso varios modos del griego que diferían entre sí, tal y como sucede ahora entre el inglés usado en Gran Bretaña y varias de sus antiguas colonias (Hong Kong, Pakistán, la India, etc.) y el usado en los
Estados Unidos.

Y Pablo, Saulo de Tarso, ha desplazado a Jesús como el personaje más influyente y citado en las diversas religiones y sectas cristianas.

Curiosamente, la Iglesia Católica Apostólica y Romana ¡en su nombre no declara ser cristiana!


EL VERDADERO PABLO

En este pequeño trabajo, tomaremos la defensa de lo que realmente puede ser considerado como el legado verdadero de Pablo; para ello, es preciso marcar que no todo cuanto se le atribuye a este obediente siervo del Señor, es realmente obra suya.

Marcaremos aquí todos aquellos pasajes que contienen aseveraciones que van de lo absurdo a lo contradictorio, llegándose en algunos de ellos a afirmar cosas totalmente opuestas a las palabras del Divino Maestro que están contenidas en los Evangelios sinópticos… afirmamos que todo esto no puede ser solo obra de Pablo, sino que existen adiciones posteriores y cosas que pueden ser atribuidos a errores de copistas y/o traductores, o de personas desconocidas hasta ahora, que falsificaron documentos -llamados pseudopaulinos– para insertarlos en el Nuevo Testamento y firmándolos con el nombre de Pablo.

Por ejemplo: Si se remueven los versículos de Filipenses 2:6-11, 1 Corintos 11:23-26; 12:31; 14:1a y 15:3-11, podrás ver cómo la lectura de los versículos de arriba y de abajo fluye mucho más naturalmente que en la forma actual, lo cual hace sospechar que hubo interpolación -insertar textos en otro-…

Sabemos que ésto puede ser escandaloso para muchos cristianos de buena fe, quienes han sido educados con la idea de todo cuanto contienen las Epístolas de Pablo son palabra divina, equiparables a las de Jesús.

Por eso es de suma importancia separar lo falso de lo verdadero, la cizaña del trigo, lo humano de lo divino.


¿DE QUÉ EVANGELIO HABLA PABLO?

«…conforme a mi Evangelio»

Tanto en Romanos 2:16 y 16:25 así como en 2 Tim. 2:8, Pablo afirma que el evangelio que está diseminando entre los gentiles, es suyo, no el del Padre Celestial.

En ésto difiere totalmente de los otros escritores del Evangelio, quienes nunca se refieren a éste como si fuera suyo propio.

El mismo Divino Maestro no se refiere al Evangelio, la Buena Nueva, como si fuera Su propio mensaje. «Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla…» Juan 3:34

Y a diferencia de Pablo, el Maestro humildemente dice: «…nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo»… Juan 8:28

Pablo no menciona una sola parábola de Jesús, ni parece conocer el Sermón de la Montaña e ignora también el Padrenuestro, llegando a afirmar «…pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos…» (Romanos 8:26).

Las epístolas de Pablo no contienen una sola referencia a María o José ni al nacimiento virginal de Jesús. Nunca se refieren a lugares donde Jesús predicó o hizo milagros ni menciona el lugar de nacimiento de Jesús, sólo se refiere a Él como Jesús el Nazareno.

Tampoco hablan del juicio de Jesús ante un funcionario romano, ni menciona a Jerusalén como el lugar donde fue crucificado.

No mencionan tampoco la poderosa figura de Juan el Bautista ni a Judas Iscariote, el apóstol traidor. Menciona, claro, a Pedro, pero parece ignorar que Jesús le nombró el principal dentro de los apóstoles.

No solo eso, sino que en Romanos 1:4 dice que Jesús no fue reconocido como Hijo de Dios sino hasta después de la Resurrección, contradiciendo a los Evangelios donde Pedro dice saber que Jesús era Hijo de Dios, y ésto sucedió antes de la Crucifixión, y por supuesto, de la Resurrección.

Quizá lo más desconcertante de las epístolas paulinas es que no reconoce a Jesús como Maestro, sino más bien como una figura simbólica.

De hecho, Pablo presenta en ellas una gran cantidad de enseñanzas propias sin sugerir que Jesús haya enseñado nada al respecto:

«…en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.» Romanos 2:16, 16:25; 2 Tim. 2:8

«Otra vez digo: Que nadie me tenga por loco; o de otra manera, recibidme como a loco, para que yo también me gloríe un poquito. Lo que hablo, no lo hablo según el Señor, sino como en locura, con esta confianza de gloriarme.» 2 Corintios 11:16,17

Lo que es más, en Hebreos 3:1, dice que Cristo Jesús es ¡apóstol y sacerdote! y lo equipara a Moisés…

«Por tanto, hermanos santos, participantes de la vocación celestial, considerad al Apóstol y Pontífice de nuestra profesión, Cristo Jesús; El cual es fiel al que le constituyó, como también lo fué Moisés sobre toda su casa.»

Se le atribuyen a Pablo 13 epístolas, cada una de las que comienza citando su propio nombre. Pablo usa los pronombres personales «yo», «mí», «mi», «mío» 949 veces, refiriéndose a él mismo. En el capítulo 12 de 2 Corintios, la primera persona en singular es usada 7 veces tan sólo en el versículo 6, y lo usa 60 veces en el mismo capítulo de escasos 21 versículos.


¿LAS EPISTOLAS, OBRAS DE PABLO?

En 1 TESALONICENSES 1:1, se explica que no es sólo Pablo el autor:

«Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.»

Es sabido que Pablo usualmente dictaba las cartas, las que eran tomadas a mano por sus jóvenes ayudantes.

Contrariamente a lo que los fanáticos seguidores del Paulismo suelen afirmar, no todo el contenido de dichas epístolas es sagrado ni mucho menos inspirado.

Pablo mismo así lo reconoce:

«No hablo como quien manda… y en esto os doy mi consejo». 2 Cor. 8:8-10

Cuando trata el asunto del matrimonio, aclara:

«Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido… y a lo demás, yo digo, no el Señor…» 1 Cor. 7:10-12

Y todavía más:

«En cuanto a las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas os doy mi parecer…» 1 Cor. 7:25

Pablo mismo desdice a quienes insisten en que todo el contenido de las epístolas es sagrado y perfecto. Difícilmente alguien podrá decir que «…trae cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos» (2 Timoteo 4:13) sea un escrito inspirado, cuando es obvio que es la carta de un amigo a otro.


LAS CONTRADICCIONES DE «PABLO»

AGRADAR O NO AGRADAR A TODOS

«Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.» Gálatas 1:10

«…como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.» 1 Corintios 10:33


¿LAS OBRAS EN LA LEY JUSTIFICAN O NO?

«…porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.» Romanos 2:13

«…sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.» Gálatas 2:16


¿ES VÁLIDO SER ASTUTO Y ENGAÑAR?

«Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por manifestación de la verdad…» 2 Cor. 4:2

«Pero admitiendo esto, que yo no os he sido carga, sino que como soy astuto, os prendí por engaño»… 2 Cor. 12:16


¿LA LEY FUE ANULADA?

«Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos…» Romanos 7:6

«De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.» Romanos 7:12

«…Porque sabemos que la ley es espiritual…» Romanos 7:14


¿QUÉ FUE PRIMERO?

«Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual» 1 Corintios 15:46

«…según nos escogió en él antes de la fundación del mundo» Efesios 1:4

«porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.» Juan 17:24


¿ES BUENO NO TOMAR CARNE NI TOMAR VINO?

«Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite.»

«Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo…» Colosenses 2:16


¿ES BUENO O NO QUE LAS VIUDAS SE CASEN?

«Quiero, pues, que las viudas jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen su casa» 1 Timoteo 5:14

«Ahora, la que en verdad es viuda y solitaria, espera en Dios, y es diligente en suplicaciones y oraciones noche y día.» 1 Tm:5:14


¿LA LEY ES MALDICIÓN O BENDICIÓN?

«Cristo nos redimió de la maldición de la ley»… Gálatas 3:13

«Pero sabemos que la ley es buena» 1 Timoteo 1:8

«De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.» Romanos 7:12


LA LEY ¿ABOLIDA?

«De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo» Gálatas 3:24,25

«Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga» Gálatas 3:17


¿AYUDAR O NO A LOS DEMÁS?

«Sobrellevad los unos las cargas de los otros..» Gálatas 6:2

«…llevará cada uno su propia carga.» Gálatas 6:5


LA CIRCUNCISIÓN

«…porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.» Gálatas 5:6

«…y he aquí, había allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego; 2 y daban buen testimonio de él los hermanos que estaban en Listra y en Iconio. 3 Quiso Pablo que éste fuese con él; y tomándole, le circuncidó por causa de los judíos que había en aquellos lugares;» Hechos 16:1-3


PABLO CONTRADICE A JESÚS

Pablo asegura:

«Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.» Gálagas 5:14

y también:

«…porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.» Romanos 13:8,9

Pero el Divino Maestro dice que el más importante mandamiento es otro, cosa que Pablo parece ignorar:

«Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.» Mateo 22:25-40


Pablo afirma:

«…para ser Señor así de los muertos como de los que viven» Romanos 14:9

El Divino Maestro enseña:

«Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven.» Lucas 20:37


Pablo afirma:
«…aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas…» Efesios 2:15

El Divino Maestro enseña:

«No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.

Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.


De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.» Mateo 2:17-19


Pablo afirma:

«Airaos, pero no pequéis…»

El Divino Maestro enseña:

«…Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio» Mateo 5:22


Una de las aseveraciones de Pablo más difundidas dentro de las sectas cristianas modernas, es la idea de que el solo nombre de Jesús, salva:

«…porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.» Romanos 10:13

El Divino Maestro enseña algo muy diferente:

«No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.


Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.» Mateo 7:21


Pablo afirma:

«Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?» 2:2-5, 3:19

El Divino Maestro enseña:

«Porque el Padre a nadie juzga» Juan 5:22


Pablo dice:

«Mas ahora os he escrito, que no os envolváis, es á saber, que si alguno llamándose hermano fuere fornicario, ó avaro, ó idólatra, ó maldiciente, ó borracho, ó ladrón, con el tal ni aun comáis.» 1 Cor:5:11

El Divino Maestro, enseña algo totalmente opuesto:

«Y los escribas y los Fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron á sus discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y con los pecadores? Y oyéndolo Jesús, les dice: Los sanos no tienen necesidad de médico, mas los que tienen mal. No he venido á llamar á los justos, sino á los pecadores.» Marcos 2:16-17


CITAS ERRÓNEAS:

(Nota: Pablo confiesa que recibió lo que a continuación se cita, no afirma que le fué enseñado o que fue testigo de ello. Esto pone en duda todo aquello que el apóstol afirma haber recibido por inspiración.)

«Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.» 1 Corintios 11:23,24

Esto contradice a Juan y a otros escritores bíblicos:

«Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo.» Juan 19:36, Exódo 12:26, Salmos 34:20

En Lucas 22:19; Marcos 12:22, Mateo 22.26 se cita correctamente este pasaje sin la mención del cuerpo partido o quebrado:

«Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado…»


Pablo cita incorrectamente Números:

«…y cayeron en un día veintitrés mil» 1 Cor.10:8

La cita textual de Números es:

«..y murieron de aquella mortandad veinticuatro mil» Números 25:9

Un error así es explicable en cualquiera de nosotros y más si ya se es anciano, como era el caso de Pablo para ese entonces. Pero es precisamente debido a este tipo de pequeños errores cuando podemos claramente ver que los escritos paulinos no son ni perfectos ni provienen todos de Dios, porque en la Divinidad no cabe la menor imperfección


FALSAS AFIRMACIONES

«…vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice.»
1 Cor. 14:34

Esto no es exacto. Nadie más que Pablo afirma esto; no existe ninguna otra mención en la Biblia acerca de esto ni mucho menos en la Ley divina.


«..y que apareció a Cefas, y después a los doce…» 1 Cor. 15:5

Judas había muerto para ese momento, y todavía no escogían los restante once apóstoles a Matías como su sucesor, cosa que sucede después de la Ascensión (Hechos 1:26).


Pablo erróneamente afirma que «…me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión (pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles)…» Gálatas 2:7,8

Esto es refutado por Pedro en los Hechos de los Apóstoles.

«…Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen.» Hechos 15:7


Lo que instituyó en el Cristianismo el falso concepto del pecado original, fue esta cita atribuida a Pablo:

«De consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó á todos los hombres, pues que todos pecaron.» Romanos 5:12

Como hemos comentando en nuestro documento acerca del pecado original, esta noción se opone totalmente a:

«…el hijo no llevará por el pecado del padre, ni el padre llevará por el pecado del hijo: la justicia del justo será sobre él, y la impiedad el impío será sobre él. Ez. 18:20

«Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado.» Deut. 24:16


PABLO ATACA A PEDRO

«Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar.» Gálatas 2:11

«Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?» Gálatas 2:14

Pablo parece ignorar o no importarle que fue Jesús personalmente quien nombrara a Pedro como cabeza de los apóstoles:

«Y a ti (Pedro) te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.» Mateo 16:18

En contraste con ésto, Pedro no ataca a la persona de Pablo, aunque sí dice que no todo cuanto dice Pablo es muy claro:

«…como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.» 2 Pedro 3:15,16

Pablo también desautoriza a Juan, Santiago y Barnabás.
«Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis; y pienso que en nada he sido inferior a aquellos grandes apóstoles.» 2 Corintios 11:4,5


¿CUAL ES EL PABLO VERDADERO?

Es de suma importancia hacer notar que en los primeros siglos del Cristianismo primitivo, era cosa muy común y aceptada el escribir cartas o documentos firmando con el nombre de otra persona a la que se respetaba o admiraba.

Eso, sin menoscabo de que circularan documentos pseudoepígrafes (con falsa firma) durante el mismo ministerio de Pablo, como se advierte en este misterioso versículo:

«Que no os mováis fácilmente de vuestro sentimiento, ni os conturbéis ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como nuestra, como que el día del Señor esté cerca.» 2 Tesalonicenses 2:2

Fr. Raymond E. Brown, miembro de la Comisión Bíblica Pontificia del Vaticano, descrito por la revista «Time» como «probablemente el más prominente estudioso de las escrituras…», ha expresado sus creencias respecto a la autoría de las epístolas atribuídas a Pablo.

En su opinión, los estudiosos bíblicos serios tanto protestantes como católicos, han llegado a un consenso de que efectivamente, de las 13 epístolas que se dice fueron escritas por Pablo, siete sí fueron escritas por éste:

– 1 Tesalonicenses
– Gálatas (salvo algunos pasajes aún discutibles)
– 1 y 2 de Corintios
– Filipenses
– Filemón
– Romanos

Una enorme mayoría de estos expertos y autorizados estudios bíblicos -incluyendo a varios de los llamados padres de la iglesia cristiana original así como Lutero y Calvino- coinciden en que Pablo NO escribió Timoteo (1 y 2), Tito, Efesios, Colosenses, 2 Tesalonicenses ni escribió Hebreos.

Fray Raymond hace notar que por ejemplo, el énfasis en Colosenses y Efesios es en lo que se ha dado llamar «eclesiología», que es la que trata sobre la Iglesia en sí misma, a diferencia de las auténticas epístolas paulinas que se enfocan primordialmente en la cristología, en Jesús. Bibliografía: Raymond E. Brown, «Respuestas a 101 Preguntas Sobre la Biblia,» Paulist Press, (1990), páginas 49 – 51.

LA GUIA PERFECTA

Afortunadamente nosotros, los seguidores de la Doctrina Espiritualista Trinitaria Mariana, contamos con un recurso invaluable: La guía perfecta de nuestro Padre Celestial.

En vista de lo que hemos comentado en este documento, todo lo que tenemos que hacer es analizar y comparar el contenido de las epístolas que se atribuyen a Pablo con las enseñanzas divinas del Tercer Tiempo, y así como sucede con las demás escrituras bíblicas, la verdad saldrá a relucir, brillante y sencilla.

Referencias Bíblicas de la Reencarnación

Este artículo pertenece al tema de La Reencarnación y las Iglesias Cristianas. Parte 3 de 3

Existe un episodio en particular acerca de las curaciones milagrosas de Cristo que apunta hacia la reencarnación: «Al pasar Jesús, vió a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos: ‘Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?’ Respondió Jesús: ‘No es que pecó éste ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.» (Juan 9:1) Los discípulos le preguntan al Señor si ese hombre por sí mismo pudo haber cometido un pecado que lo llevó a su ceguera.

Dado el hecho de que ese hombre era ciego desde su nacimiento, nos enfrentamos aquí a una pregunta provocadora. ¿Cuándo pudo haber sucedido que hiciera tales transgresiones como para acarrearle como consecuencia la ceguera desde nacimiento? La única respuesta concebible se encuentra en algún tipo de estado prenatal.

El simple hecho de que los discípulos hicieran la pregunta presupone la creencia en una existencia antes del nacimiento.

Debe hacerse notar que Cristo no dice nada para corregir o contradecir esta suposición.

He aquí un argumento incontrovertible en apoyo de la doctrina de la preexistencia del ser humano.

Sumamente elocuente respecto a la reencarnación es el episodio en el cual Jesús personal e indiscutiblemente identifica a Juan el Bautista como Elías. «Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan.

Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir». (Mateo 11:13-14) «Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ‘Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?’ Respondiendo Jesús les dijo: ‘A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas.

Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.’ Entonces los discípulos entendieron que les había hablado de Juan el Bautista.» (Mateo 17:10-13)

He ahí entonces de nuevo una específica declaración de pre-existencia. A pesar del edicto del Emperador Justiniano y la contra reacción hacia Orígenes, existen firmes y explícitos testimonios de pre-existencia del espíritu tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Ciertamente y a pesar de la prohibición en contra de Orígenes, los teólogos cristianos contemporáneos reconocen la pre-existencia como uno de los elementos de la teología judeocristiana.

Ahora que, respecto al episodio citado de Juan el Bautista-Elías, queda muy poco margen para cuestionar las razones de la declaración de Jesús. Al identificar claramente al Bautista como Elías, Jesús se identifica a sí mismo como el Mesías.

Esto era necesario porque al haber en la narrativa de los Evangelios las señales específicas que habrían de preceder la llegada del Mesías, al negar que Juan el Bautista no era Elías, de hecho se negaba que Jesús pudiera haber sido el Mesías. ·He aquí yo os envío el profeta Elías, antes de que venga el día de Jehová, grande y terrible». (Malaquías 4:5) Esta es una de muchas promesas mesiánicas que se hallan en el Antiguo Testamento.

Una de las señales de que el verdadero mesías había llegado, de acuerdo con este pasaje de Malaquías, es que él sería precedido por un precursor, por Elías.

Jesús a veces era tomado como la reencarnación de alguno de los profetas. En Marcos 8:27, Jesús pregunta: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?» La connotación es aquí clarísima porque el consenso de opinión que se deduce de esta pregunta pareciera haber sido de que Él bien podría ser la reencarnación ya sea, de Juan el Bautista o de alguno de los profetas del Antiguo Testamento.

El hecho de que muchos opinaran así demuestra que la reencarnación era un concepto ampliamente difundido y aceptado en el Israel contemporáneo de Jesús. Si ésto no fuera así, ¿qué sentido habría tenido entonces la pregunta de Jesús?

Y los reencarnacionistas pueden encontrar apoyo en las escrituras para la pre-existencia personal desencarnada. Orígenes tomó Efesios 1:4 como prueba para este aserto: «Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.» Jerónimo, tan incómodo como Justiniano acerca de la pre-existencia, interpreta este pasaje dándole el significado de nuestra pre-existencia no en forma desencarnada sino simplemente en la mente de Dios (Contra Rufino 1:22) y propone que por cadena de pensamientos Dios escogió a los elegidos antes de la creación del mundo.

La distinción entre una y otra forma de pre-existencia es demasiado indefinida, porque la tesis de Jeróninmo precisa de que distingamos entre lo que existe como espíritu y como lo que existe como idea.

Pero aun cuando esta forzada interpretación intente desviar el debate hacia zonas muy ambiguas, permanece el hecho del pasaje de Pablo como una clara indicación y testimonio de las escrituras hacia el concepto de pre-existencia del espíritu, sin el cual no podría explicarse la reencarnación.

La Doctrina de Orígenes

Este artículo pertenece al tema de La Reencarnación y las Iglesias Cristianas. Parte 2 de 3

Revisando la secuencia de la creación desde su comienzo hasta su conclusión, se puede sumarizar el sistema de Orígenes de la siguiente manera: Originalmente todos los seres existieron como mente pura en un nivel ideacional o de pensamiento. Los seres humanos, los ángeles y los cuerpos celestiales carecían de existencia encarnada y sus propios seres eran sólo ideas.

Este era un punto de vista natural para alguien como Orígenes, versado tanto en el pensamiento cristiano como en el platónico.

Al no haber descripción alguna en las escrituras acerca de lo que precedió a la creación, parecía a Orígenes perfectamente natural recurrir a Platón para sus respuestas.

Dios, para el pensamiento platónico, es inteligencia pura y todas las cosas eran en Dios antes de la creación, una suposición no contradecida por las escrituras.

Entonces, al principar el proceso de la caída, seres individuales (espíritus) se aburrieron de su unión con Dios y escogieron desertar al enfriarse su ardor por lo divino.

A medida que la mente de estos espíritus se tornó fría hacia Dios, dió ésta el primer paso en su caída convirtiéndose en alma. Y el alma, ya apartada de su estado original, continuó en su deserción y caída hasta llegar al punto de tomar un cuerpo. Éste, de acuerdo con las ideas platónicas, es una degradación, ya que la manifestación más alta se da en el nivel espiritual y mental y la más baja en el nivel físico o material.

Esta noción de la caída del hombre no significa que Orígenes rechazara el Génesis, tan sólo significa que él estaba en favor de una interpretación alegórica de éste no literal; de este modo, no era necesario buscar un lugar físico para el Edén, sino que éste es un suceso cósmico y metafísico en el cual una idea pura y desencarnada se limitó en una materia física.

Lo que era esencial para el Cristianismo, según la percepción de Orígenes, es que la caída fue voluntaria y resultara en un grado de distanciamiento con Dios.

Donde hay una caída debe continuar el drama de la reconciliación.

El amor es una de las cualidades divinas, como el mismo Orígenes reconocía basándose en el Evangelio de Juan, y por ello es lógico y natural que Dios tome interés por la redención de Sus criaturas.

Para Orígenes esto significaba que después del drama de la encarnación, el alma de nuevo asume su identidad como mente espiritual y recupera su celo por lo divino.

Y para acelerar este proceso de evolución fue que en el tiempo debido Dios envió a Su Cristo.

El Cristo de Orígenes, como el de Juan, era el Verbo Encarnado, pues fue el único ser que no se enfrió en su celo hacia Dios, y por ello llegó tanto como mediador así como la imagen encarnada de la bondad de Dios.

Al permitir que la sabiduría y luz de Dios brille en la vida del hombre a través de la inspiración de Jesús el Cristo, el alma individual es capaz de recobrar rápidamente su celo hacia Dios, dejando atrás la carga del cuerpo y conquistando la completa reconciliación con Dios.

De hecho, asegura Orígenes, para desmayo de sus detractores y críticos, el poder y alcance del amor de Dios es tan grande que eventualmente todas las cosas regresarán al seno divino, Satánas y sus legiones incluidos.

Tomando en cuenta que la tenencia de un cuerpo dado por el alma es tan sólo uno de muchos episodios en su jornada de regreso a Dios, la doctrina de la reencarnación está implícita en ello.

Y hablando de la resurreción del cuerpo, Orígenes desató una tormenta de controversia al insistir de que el cuerpo físico es desechado y regresa al polvo de donde salió, algo ya indiscutible en la actualidad a la vista de los conocimientos modernos, mientras que la resurrección se lleva a cabo en un cuerpo espiritual, ideal y metafísico.

Esto, por supuesto, es totalmente creíble para los reencarnacionistas, puesto que un cuerpo así puede ser, ya sea la suma y el clímax de todos los cuerpos físicos que vinieron antes o no guardar ningún parecido con los muchos cuerpos físicos.

Llegará el tiempo en que la gran deserción a Dios que dió inicio a la creación física toque a su fin.

Todas las cosas, espíritus, cuerpos celestiales y almas humanas, serán tan puras y ardientes en su amor a Dios que la existencia física no será necesaria ya más. La cohesión entera de la creación física se derrumbará, pues la materia será superflua.

Entonces, para citar uno de los pasajes favoritos de Pablo citado por Orígenes, todas las cosas serán sujetas a Dios y para que Dios sea «todo en todos» ( 1 Cor 15:28 ). Esta restauración de todas las cosas propuesta por Orígenes ofendió a muchos en siglos posteriores. Pareció muy sensato a Orígenes el que todo aquéllo que desertó de Dios deba finalmente regresar a Él.

Como triunfalmente afirmara al final de su «De los Primeros Principios», los hombres son los «hermanos de sangre» del mismo Dios y no pueden permanecer apartados para siempre.

La Controversia

Este artículo pertenece al tema de La Reencarnación y las Iglesias Cristianas. Parte 1 de 3

Durante el periodo de 250 a 553 de la Era Cristiana una controversia se inflamó, al menos intermitentemente, alrededor del nombre de Orígenes, y es a partir de esta controversia cuando emergen las más importantes objeciones que el Cristianismo ortodoxo eleva en contra de la reencarnación.

Orígenes de Alejandría, uno de los más grandes y sistemáticos teólogos de la Cristiandad, creía en la reencarnación.

Orígenes fue un hombre creyente en la autoridad de las escrituras, un azote de los enemigos de la iglesia y un mártir de la fe.

Él fue el maestro espiritual de una gran y agradecida posteridad y aun así, sus enseñanzas fueron declaradas como herejías en 553. Los debates y controversias que se encendieron debido a sus enseñanzas son, de hecho, los que forman el precedente del tema de la reencarnación en la iglesia.

El juicio en contra de Orígenes fue creciendo a trancos y comienza aproximadamente por el año 300, cincuenta años después de su muerte, y llega hasta el año 553. Dentro de sus críticos se encuentran escritores de gran preeminencia así como algunos eclesiásticos más bien mediocres y oscuros. Dentro de aquéllos se incluyen Metodio de Olimpo, Epifamio de Salónica, Teófilo Obispo de Jerusalén y el mismo Emperador Justiniano.

El primero de ellos, Metodio de Olimpo, era un obispo en Grecia y murió como mártir en el año 311. Él y Pedro de Alejandría, cuyos trabajos están perdidos casi por completo, representan la primera oleada de anti-origenismo.

Su preocupación principal era la preexistencia de las «almas» y los conceptos de Origenes respecto a la resurreción de los muertos, piedra angular de las creencias actuales del Cristianismo. Otra corriente de pensamiento aún más poderosa en contra de Orígenes floreció casi un siglo después.

Y quienes fueron sus voceros principales fueron Epifanio de Salónica, Teófilo de Alejandría y Jerónimo. Desde el año 395 hasta el 403 Orígenes fue el centro de un encendido debate al interior de la Cristiandad. Estos tres eclesiásticos aplicaron mucha energía y pensamiento a buscar objeciones y cuestionamientos hacia la doctrina de Orígenes.

Y en 535, de nuevo la controversia se avivó y al calor de ella el Emperador Justiniano, por razones más polìticas que espirituales, publicó un folleto en contra de Orígenes en 543, proponiendo nueve anatemas en contra de ·De Los Primeros Principios», la mayor obra de Orígenes.

Orígenes fue finalmente condenado en el Segundo Concilio de Constantinopla en 553, cuando fueron levantados quince anatemas en contra de él.

Pero los críticos de Orígenes lo atacaron en puntos individuales, y así no llegaron a formular una teología sistemática en oposición a las ideas de éste, organizadas en un sistema de pensamiento totalmente coherente.

Sin embargo se pueden detectar cinco puntos capitales individuales que el Cristianimo ha elevado en contra de la reencarnación.

1. Parece minimizar el concepto de salvación tan caro a los cristianos.
2. Entra en conflicto con la resurrección del cuerpo.
3. Crea una separación no natural entre cuerpo y «alma».
4. Se apoya en un uso demasiado especulativo de las escrituras cristianas.
5. No hay recuerdos de vidas pasadas.

Cualquier discusión sobre estos puntos sería más clara si se da un vistazo preliminar al sistema de Orígenes para estudiar este concepto.

Aunque es imposible hacer justicia en unas cuantas páginas a un pensador tan sutil y profundo como Orígenes, algunos aspectos definitorios de su pensamiento pueden ser sumarizados.