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Por Orden del Emperador: Un Dilema para el Cristianismo Parte 1
Los Caprichos de una Emperatriz
En el cristianismo actual, es oficialmente rechazada como herejía la Ley divina de la reencarnación del espíritu.
Mas esto no siempre fue así.
De hecho, en el tiempo de Jesús y los apóstoles, esta noción era ampliamente aceptada en el seno del pueblo de Israel.
¿De dónde salió entonces ese rechazo hacia esa ley divina de amor?
Documentos históricos nos muestran cómo el poder y la codicia del emperador romano Justiniano, atendiendo los caprichos de la frívola emperatriz Teodora de dudosa moralidad -no confundirla con la santa católica del mismo nombre que vivió 2 siglos después- metieron en un auténtico dilema a los cristianos de buena fe.
¿Es la Reencarnación una Doctrina Oriental?
Aunque mucha gente así lo cree, en realidad se trata de una ley universal emanada de Dios y ese concepto está en el corazón y espíritu de la Humanidad desde el principio.
En la parte 2 de esta serie de videos, se explica y demuestra cómo desde los documentos más ancestrales recogidos en la Biblia como hoy la conocemos, se entregó desde antaño este conocimiento sublime y espiritual, solo que en forma de metáforas, porque los conceptos más elevados sólo así pudieron ser entregados en tiempos anteriores, como hiciera Jesús con Sus discípulos y aún así, no fue comprendido enteramente por ellos, porque la evolución del espíritu y la mente del hombre todavía no lo permitía.
En la siguiente entrega de este boletín, viene la parte 2 de este interesantísimo documental: «La Reencarnación y la Biblia», a la que seguirá la parte 3, «La Reecarnación, Hoy», que incluye testimonios de casos de reencarnaciones en la época moderna realmente sorprendentes, que son imposibles de refutar y que han sido estudiados por científicos y expertos..
La Controversia
Durante el periodo de 250 a 553 de la Era Cristiana una controversia se inflamó, al menos intermitentemente, alrededor del nombre de Orígenes, y es a partir de esta controversia cuando emergen las más importantes objeciones que el Cristianismo ortodoxo eleva en contra de la reencarnación.
Orígenes de Alejandría, uno de los más grandes y sistemáticos teólogos de la Cristiandad, creía en la reencarnación.
Orígenes fue un hombre creyente en la autoridad de las escrituras, un azote de los enemigos de la iglesia y un mártir de la fe.
Él fue el maestro espiritual de una gran y agradecida posteridad y aun así, sus enseñanzas fueron declaradas como herejías en 553. Los debates y controversias que se encendieron debido a sus enseñanzas son, de hecho, los que forman el precedente del tema de la reencarnación en la iglesia.
El juicio en contra de Orígenes fue creciendo a trancos y comienza aproximadamente por el año 300, cincuenta años después de su muerte, y llega hasta el año 553. Dentro de sus críticos se encuentran escritores de gran preeminencia así como algunos eclesiásticos más bien mediocres y oscuros. Dentro de aquéllos se incluyen Metodio de Olimpo, Epifamio de Salónica, Teófilo Obispo de Jerusalén y el mismo Emperador Justiniano.
El primero de ellos, Metodio de Olimpo, era un obispo en Grecia y murió como mártir en el año 311. Él y Pedro de Alejandría, cuyos trabajos están perdidos casi por completo, representan la primera oleada de anti-origenismo.
Su preocupación principal era la preexistencia de las «almas» y los conceptos de Origenes respecto a la resurreción de los muertos, piedra angular de las creencias actuales del Cristianismo. Otra corriente de pensamiento aún más poderosa en contra de Orígenes floreció casi un siglo después.
Y quienes fueron sus voceros principales fueron Epifanio de Salónica, Teófilo de Alejandría y Jerónimo. Desde el año 395 hasta el 403 Orígenes fue el centro de un encendido debate al interior de la Cristiandad. Estos tres eclesiásticos aplicaron mucha energía y pensamiento a buscar objeciones y cuestionamientos hacia la doctrina de Orígenes.
Y en 535, de nuevo la controversia se avivó y al calor de ella el Emperador Justiniano, por razones más polìticas que espirituales, publicó un folleto en contra de Orígenes en 543, proponiendo nueve anatemas en contra de ·De Los Primeros Principios», la mayor obra de Orígenes.
Orígenes fue finalmente condenado en el Segundo Concilio de Constantinopla en 553, cuando fueron levantados quince anatemas en contra de él.
Pero los críticos de Orígenes lo atacaron en puntos individuales, y así no llegaron a formular una teología sistemática en oposición a las ideas de éste, organizadas en un sistema de pensamiento totalmente coherente.
Sin embargo se pueden detectar cinco puntos capitales individuales que el Cristianimo ha elevado en contra de la reencarnación.
1. Parece minimizar el concepto de salvación tan caro a los cristianos.
2. Entra en conflicto con la resurrección del cuerpo.
3. Crea una separación no natural entre cuerpo y «alma».
4. Se apoya en un uso demasiado especulativo de las escrituras cristianas.
5. No hay recuerdos de vidas pasadas.
Cualquier discusión sobre estos puntos sería más clara si se da un vistazo preliminar al sistema de Orígenes para estudiar este concepto.
Aunque es imposible hacer justicia en unas cuantas páginas a un pensador tan sutil y profundo como Orígenes, algunos aspectos definitorios de su pensamiento pueden ser sumarizados.