Elías, el precursor en todos los tiempos

1 Yo he dejado que Elías, mi enviado y precursor en todos los tiempos, preparase a los hombres para mi llegada, que él espiritualmente conmoviera vuestras fibras, os hiciera el llamado, os probase, para que estuvieseis alertas en el momento de mi llegada.

2 De cierto os digo: No conocéis a Elías, aunque ha estado siempre cerca de vosotros no lo habéis sentido en plenitud.

3 Mas por su conducto, que es el nuncio enviado del Espíritu de Verdad, he revelado en todos los tiempos a los hombres grandes cosas del espíritu, he manifestado profundos misterios del Más Allá y he revelado potencias y facultades del espíritu a los hombres.

4 Dichas manifestaciones no han sido debidamente interpretadas por unos y, por otros, no han sido tomadas en cuenta, pero él, que ahora viene a manifestarse delante de vuestro espíritu como un pastor incansable de ovejas, como un pastor pacientísimo, retorna, sigue vuestros pasos, os busca e infatigablemente os salva.

Elías, el buen pastor

5 Es él, como buen pastor, quien en verdad os trae a vosotros, sus ovejitas, sobre sus hombros a la seguridad y al calor del aprisco que es mi Ley, para que una vez ahí, escuchéis nuevamente la palabra de Dios que vierte esencia y virtud para todos los espíritus, porque Elías no os conduce a ningún aprisco que no sea el Mío, no os lleva por los inciertos caminos de sectas y religiones humanas.

6 Elías os entresaca de la confusión, de las tinieblas, de los vicios y del pecado, de la miseria, del abandono, del letargo, para traeros a la luz, a la actividad espiritual, a la vida, para acercaros al festín que el Padre siempre tiene preparado para Sus discípulos.

7 Ya habiéndoos acercado al Señor, el pastor goza en su propio espíritu con su obra de amor, de rescate, de redención, cuando llega ante las plantas del Padre para decirle: - Señor, he aquí a las ovejas.

8 ¡Cuántas veces le habéis oído pronunciar estas palabras! Él es quien os ha traído en este Tercer Tiempo, atrayéndoos con su voz, con el eco de su campana que llama a reunión, a congregación espiritual en torno del Espíritu de Verdad.

9 No ha venido Elías a encarnarse entre vosotros en este tiempo, como lo hiciera en Juan el Bautista en el Segundo Tiempo; mas se ha dejado sentir, se ha hecho contemplar simbólicamente, se ha manifestado a través del hombre, ha dado testimonio de sí mismo, con lo que ha testificado con el cumplimiento de mi palabra de que en el tiempo en que retornara Elías estaría muy próxima mi llegada, y en verdad, él se ha manifestado a vosotros antes que mi Rayo Universal.

10 Antes os ha probado, os ha llamado y os ha reunido, y después, cuando habéis estado ya preparados, habéis tenido el cumplimiento de mi promesa, viniendo Yo entre vosotros nuevamente.

El pan de vida eterna

11 He aquí el pan de la vida eterna; mucho tiempo ha que no lo comíais.

12 Mucho tiempo me esperasteis y cuando menos lo pensabais brilló una luz en el firmamento; cuando preguntasteis de dónde venía y qué significaba, os dijeron: Es Elías, que viene a preparar a la Humanidad para hacerla digna de la comunicación con el Maestro.

13 Como el pastor que reúne y cuenta a sus ovejas y presuroso busca a la descarriada para presentarle el número completo a su Señor, así Elías os ha amado, os ha conducido y os ha hecho sentir el calor del aprisco.

14 Cuando os he visto así preparados, os he ofrecido mi pan con el cual os estáis alimentando para siempre.

15 Quien ha comido en verdad de este pan, ha gozado y ha saboreado mi paz.

16 Y este alimento que es mi divina palabra, brota de los labios de un ser humano, como una manifestación más de que en verdad Dios habita en la conciencia del hombre.

17 ¿Por qué habría de quitaros el gozo de que me sintierais en vosotros mismos?

La presencia divina en el ser humano, aun cuando éste peca

18 Me siente en sí el que lleva paz y pureza en su corazón, aunque Yo estoy en todos los espíritus por mucho que hayan pecado. El que ha sido pecador no morirá jamás, y quien existe me lleva en sí, porque Yo soy la Vida.

19 Entre Dios y sus criaturas existen lazos que nunca podrán romperse, pero si los hombres se sienten distanciados de su Padre celestial, es por su falta de espiritualidad o de fe.

20 Ni la muerte del cuerpo ni la falta de amor podrán destruir el lazo que os une a Mí.

21 Nadie puede huir de mi presencia; no existe morada o sitio alguno donde podáis ocultaros de Mí, porque doquiera que vayáis voy con vosotros y doquiera que os encontréis estáis en Mí.

22 No os conforméis con saber esto; es necesario que me sintáis para que dejéis que me manifieste en vuestras obras.

Dios en nosotros

23 Meditad: si Yo estoy en vosotros, ¿adónde me habéis llevado cuando pecáis?

24 Os hablo así porque he de remover la ceniza que hay en vuestro corazón, hasta encontrar en él una chispa de luz.

Las pruebas: El difícil camino del discípulo en pro de la verdad

25 Os doy fortaleza para que resistáis las pruebas.

26 Yo contemplo cómo los vuestros os desgarran y os someten a pruebas; para unos han sido sus padres, y para otros sus hijos, sus mayores obstáculos para seguirme.

27 Muchos han llegado llorando ante esta manifestación, sabiendo que para oírme han tenido que dejar en guerra su hogar y, sin embargo, han insistido en escucharme.

28 ¡Cuántas lágrimas, cuántas oraciones, cuánta paciencia en espera de que aquéllos reconozcan esta Verdad!

29 Hay quienes han tenido que apartarse de su hogar en busca de libertad para escuchar mi palabra; hay quienes han tenido que abandonar su comarca para no ser señalados por parientes y amistades, y quienes han perdido su trabajo y son burlados y llamados hechiceros, y algunos a los que se les ha negado el pan.

30 ¡Cómo no he de recibiros con ternura; cómo no he de desbordar mi bálsamo en vuestras heridas cuando así vais sufriendo por seguirme! Mas no os quejéis de nadie, no acuséis a ninguno de vuestros hermanos; dejadme vuestra causa, que en verdad os digo: Aquellos que más os hayan herido serán los que más arrepentidos y humildes lleguen ante Mí, en solicitud de bálsamo y de perdón. Ellos entonces me dirán: Señor, perdóname, ¡cuánto lastimé el corazón de mi hijo!

31 Alguna mujer dirá: Maestro, yo desconocí a mi esposo porque te seguía y lo castigué, apartándome de su lecho para habitar distinta alcoba porque lo juzgaba lleno de tinieblas.

32 Ellos me pedirán perdón, confesarán sus faltas y reconocerán que muchas veces recibieron beneficios por conducto de aquellos a quienes habían desconocido. Entonces les diré: Mientras vosotros pensabais la forma de hacer más dolorosa la vida a esos mis labriegos, ellos en el silencio y en la soledad velaban por vosotros. Mas en verdad os digo, discípulos que de Mí están perdonados, ¿y vosotros también les perdonáis de corazón?

Cristo: El modelo perfecto

33 Cristo, desde aquel Segundo Tiempo, os enseñó el perdón perfecto que nace del amor; hoy vengo en espíritu, mas mi enseñanza es la misma.

34 Gozad teniendo por Maestro al modelo perfecto. En verdad os digo que ni antes ni después de Cristo habéis tenido un ejemplo como el que Él os dio.

35 ¿Sería perfecto el Maestro, si el discípulo lo superase en sabiduría? No.

36 Muy grandes llegarán a ser vuestros espíritus, pero nunca mayores que el de vuestro Señor; mientras mayor sea vuestra elevación, más alto y grande contemplaréis a vuestro Dios.

La soberbia: El origen del mal

37 El soberbio siempre al final caerá abatido por sus obras, porque creyendo luchar por él, en realidad luchó contra sí mismo.

38 La soberbia es el origen de muchos males y sufrimientos entre las criaturas de Dios.

39 Desde que se levantó el primer desobediente delante de mi Ley, ¡cuánta miseria y cuántas tinieblas dejó a su paso! Desde entonces existe el mal como una fuerza invisible. Yo permití, para someteros a prueba, que existiera esa fuerza creada por vuestro libre albedrío, y por vosotros mismos quiero exterminarla.

40 Mas no por ello culpéis de vuestras faltas y caídas a determinado ser que personifique esa fuerza; pensad que para cada tentación existe una virtud en vuestro espíritu para combatir el mal.

Las señales cumplidas: La manifestación divina en el Tercer Tiempo

41 Comprended y analizad el momento en que vivís. Yo os anuncié en el Segundo Tiempo que volvería y os dije cuáles serían las señales de mi llegada. Quiero que la Humanidad reconozca que estas señales han aparecido ya.

42 Si os dije que volvería, es que tenía algo más que deciros y que en aquel tiempo aún no os lo podía revelar, porque no lo hubieseis comprendido.

43 Ahora vengo en espíritu, y en verdad os digo: Hay quienes piensan que en los primeros tiempos estuve más cerca de vosotros que hoy; juzgan erróneamente porque en cada una de mis venidas me he ido acercando más a vosotros.

44 Recordad que en el Primer Tiempo descendí sobre un monte y desde ahí os envié mi Ley grabada en una piedra; en el Segundo Tiempo dejé lo alto del monte para descender a vuestros valles, haciéndome hombre para habitar entre vosotros; y en este tiempo, para llegar más cerca, he hecho de vuestro corazón mi morada para manifestarme ahí y hablar desde su interior a la Humanidad.

1950: Presagios cumplidos

45 Hay quienes dudan a pesar de oír estas enseñanzas, y de estos que dudan unos llegarán a creer y otros seguirán en su incredulidad. Mas llegará el año 1950 y ¡cuánto frío sentirán en su espíritu! ¡Cómo se verán envueltos por aires huracanados, porque entonces habrá un principio de grandes dolores y pruebas entre la Humanidad!

46 Después de mi partida en 1950, la tierra se estremecerá y el clamor de los hombres llegará al cielo; y todo ello será a semejanza de la oscuridad y del huracán que ensombrecieron a Jerusalén el día que expiró el Hijo de Dios.

47 Para muchos ese tiempo será de resurrección. Los espíritus caídos en tinieblas se levantarán a una vida de luz.

Parusía: El cumplimiento de una promesa inesperada

48 Profetizada estaba esta era; escrito estaba que Yo volvería. Mas he aquí que al escuchar mi enseñanza a través de un hombre, muchos tuvieron duda y me negaron; otros no dieron la menor importancia a mi manifestación.

49 Viendo la insensibilidad y la dureza de los hombres ante mi palabra, he tenido que hacer aquellas obras que llamáis milagros, para despertar a unos a la fe y atraer la atención de otros.

50 Hoy uno y mañana otro se han ido quedando en torno a mi palabra; a ellos los he señalado simbólicamente en su frente. Es la marca divina que traen en su espíritu; y luego, los he nombrado labriegos de mis tierras.

51 A éstos no les serán necesarios los libros de ciencia, filosofías o doctrinas para enseñar; la luz de mi Espíritu de Verdad estará en sus entendimientos y su único libro será mi palabra.

52 Bienaventurados los que sintieron fe y se quedaron Conmigo, porque ellos han tenido gran recreo con el concierto divino de mis enseñanzas.

María: El manto piadoso

53 Ser hijos de Dios es lo que os hace dignos de esta gracia, porque vuestros méritos aún son escasos. No he contemplado vuestras manchas, porque ha habido un manto que las ha ocultado, mas ¿a quién pertenece ese manto piadoso? A María, vuestra Madre amorosa, quien vela incansablemente por cada uno de Sus hijos.

Comunicación por el entendimiento humano: Etapa de preparación

54 Os fue concedido habitar en el mundo en esta Tercera Era, que será la de la perfección, la cual abrió Elías manifestando su espíritu por medio del entendimiento humano, y os anunció mi comunicación bajo la misma forma.

55 Mas la etapa de preparación por medio de facultades humanas, toca a su fin. Pronto mi palabra dejará de escucharse en estos recintos, y los que no supieron guardarla en su corazón se sentirán como huérfanos, y habrá quienes creyendo lejano a su Señor, vayan después en pos de religiones donde encontrarme.

56 En cambio, los que hayan aprendido mis máximas divinas serán los fuertes del Tercer Tiempo, porque el camino se les mostrará claro.

Tercer Tiempo: El tiempo de la luz

57 He llamado a esta era el tiempo de la luz, y ved, mis hijos, a las naciones empeñadas en cruentas guerras fratricidas.

58 Vosotros que habéis sido llamados por Mí "los hijos de la luz", orad por vuestros hermanos, velad por los pueblos para que esa luz llegue a sus espíritus y mañana penetren por el camino de mi Ley.

Jesús: El camino

59 ¿Cuándo serán los hombres verdaderos discípulos de Cristo? Yo, a través de Jesús, siempre os enseñé la obediencia, la humildad y la caridad; he ahí el camino.

Consejo divino: Responsabilidad del discípulo

60 Os he anunciado la llegada de grandes multitudes procedentes de otros países de la Tierra; motivos materiales en apariencia las traerán a vuestra nación, mas en el fondo será para que reciban la Buena Nueva de la palabra que os traje en este tiempo.

61 Pero meditad seriamente en esta misión: ¿Qué vais a entregar, a enseñar o a testificar, si no os preparáis ni preparáis a vuestros hijos?

62 Meditad en vuestra responsabilidad, para que aumentéis vuestro ahínco por penetrar en mi Doctrina y llegada la hora en que a vuestras puertas llamen, estéis preparados para ofrecer el manjar divino por medio de vuestros pensamientos, palabras y obras.

63 Tened fe entregándoos a Mí y entonces Yo hablaré por vuestra boca.

64 También sé deciros que de los padres de familia que sepan elevarse y espiritualizar su vida, haré brotar hijos que traigan la salud y la fuerza en su cuerpo, y un mensaje de sabiduría en su espíritu.

La fatiga: Condición material, no espiritual

65 En esta casa de oración donde os congregáis para escucharme, encontraréis el consuelo a vuestras penas y el valor para afrontar las pruebas que habrán de venir; pero también vuestro espíritu, al elevarse, me muestra la simiente que va recogiendo con su trabajo.

66 En verdad os digo que el espíritu nunca sentirá fatiga trabajando en mis tierras; por tanto, el reposo del sepulcro no será para él; aun después de la muerte de su materia, seguirá trabajando por su elevación y perfeccionamiento.

67 Si mi palabra ha venido a iluminar el sendero de vuestra lucha espiritual en la Tierra, mayor luz encontraréis en el Más Allá al continuar vuestra jornada hacia el Creador.

68 Mi luz divina brilla en todo el Universo.

69 Obedeced mi Ley, pero que vuestra obediencia nazca de la comprensión hacia el amor infinito del Padre por vosotros.

El bien: Camino de la salvación

70 Oídme y orad, pero no os levantéis por los caminos antes de sentiros fuertes, porque no podréis resistir los huracanes ni los torbellinos. Os estoy mostrando el camino y preparando para que nunca lo abandonéis.

71 En verdad os digo: Aquél que en mi nombre siembre el bien, que es caridad, amor y paz, ése va por mi camino y encontrará la salvación.

72 La única penitencia que os pido es que dominéis el egoísmo, para que sirváis con pureza y buena voluntad a vuestros semejantes.

Palabra divina: Misión y finalidad de la palabra escrita

73 Estudiad con atención esta palabra que os doy a través de muchos portavoces, porque cada uno de ellos tiene su propio don. No despreciéis al que os parezca torpe, porque cuando haya terminado esta manifestación al finalizar 1950, cuántos desearán volver a escucharme, aun cuando fuese a través de aquél que no les satisfacía.

74 Mas os concederé la gracia de que mi palabra quede escrita por quienes he destinado y preparado para esta misión, para que mañana no os sintáis como el huérfano que perdió su heredad.

75 Y cuando ante vosotros lleguen las multitudes y los postreros, les mostraréis el libro de mis enseñanzas como el más fiel y verdadero de los testimonios de lo que os dije, porque para que vosotros seáis con vuestra vida y vuestra palabra como un libro de verdad y ejemplos, os falta mucho aún.

76 Ese libro despertará a muchos espíritus dormidos y sus dones ocultos se desarrollarán; su lectura inspirará y preparará a las nuevas generaciones, llevándolas paso a paso a la comunicación espiritual con mi Divinidad.

Los labriegos: Instrumentos del Amor Divino

77 Labriegos, recreaos pensando que os escogí pecadores para convertiros en mis instrumentos y salvar a otros perdidos. ¿Podréis alguna vez cansaros o hastiaros de llevar la paz, el alivio o la alegría a los que sufren por falta de estas virtudes?

78 Nunca busquéis el desierto o la soledad de la alcoba para impedir que las lamentaciones lleguen hasta vosotros; reconoced que éste es un tiempo decisivo para todo espíritu y que tenéis que enfrentaros al dolor.

79 Por mi voluntad pronto plantaréis árboles en distintas comarcas; así he llamado en mi palabra a los recintos y casas de oración; para ello preparaos y dejad que el mundo espiritual se manifieste en forma amplia entre vosotros, para que tengáis la explicación justa de mis enseñanzas.

Comunicación por el entendimiento humano: Oportunidad que no se repetirá

80 Corto es el tiempo que os resta para escuchar a esos mensajeros de mi Divinidad. Cercano está el año 1950 y ¿qué adelanto en mi Obra vais a presentarme? Ved que os he despertado del profundo letargo espiritual, para que no vayáis a imitar a las vírgenes de la parábola que dejaron apagar su lámpara; si dormís, cuando escuchéis la última palabra de vuestro Señor despertaréis sorprendidos.

81 Mirad entre vosotros a los que vienen cansados de caminar. Unos vienen tranquilos ante su conciencia; otros, en cambio, llegan con remordimientos.

82 Todos venís atraídos por el rumor de que me encuentro hablando a la Humanidad, y cuando escucháis esta palabra, oís que os dice el Padre: "Aquí estoy entre los hombres para hacerles oír mi enseñanza y cumplirles una promesa".

83 Aquí tenéis la nueva oportunidad de escuchar al Maestro y recibir sus lecciones. A cada uno estoy recordándole sus dones y señalándole su misión; quien sea constante y fuerte en el camino, pronto conocerá mi Reino.

84 Nadie podrá arrebatar la luz de aquel que celosamente sepa guardarla y con su virtud sepa hacerla brillar.

85 Sois pasajeros en esta vida terrestre, y como discípulos de esta enseñanza espiritual así lo debéis comprender.

86 A todos os recibo con amor perfecto y con ese amor os juzgo. ¡Cuán diferente es el juicio de vuestro Señor del juicio de los hombres!

144,000: Diferentes formas, una misma misión

87 De los ciento cuarenta y cuatro mil señalados por Mí para el desempeño de una misión espiritual, una parte escuchará mi palabra a través de estos portavoces; otra recibirá espiritualmente mis mandatos ayudada por el don de intuición; y otra, habitando en el Más Allá, cumplirá su misión sobre la Humanidad en forma espiritual.

88 Mi luz ha de resplandecer en todos los sitios de la Tierra.

El cumplimiento: Todo tiempo es propicio para cumplir

89 Algunos preguntan al Maestro cuándo serán estos acontecimientos, y de cierto os digo que mucho depende también de vuestra voluntad y perseverancia.

90 Los que no despierten estando en materia, serán levantados de la Tierra para que su espíritu se despoje de cuanto lo ata o le impide reconocer mi Obra.

91 Muchas veces os he dicho: No esperéis mejores tiempos para trabajar, porque no sabéis si los que vienen sean más difíciles.

92 Cumplid, para que no tenga que reclamaros más tarde muchos errores que la Humanidad cometa.

El reclamo divino: Discípulos, no frágiles párvulos

93 Hay quienes me dicen: "Padre, esperadme un tiempo más", y he aquí que os digo: Yo puedo esperar más y más el retorno del hijo, porque Yo soy la eternidad, pero pensad que os he enviado a conquistarla.

94 Otros me dicen: "Señor, mejor levantadme de este mundo, porque no puedo más".

95 ¿Cuándo viviréis conformes con vuestro destino? ¿Cuándo comprenderéis que muchas de vuestras penas son la expiación por medio de la cual os estáis descargando de un pesado fardo de imperfecciones? Sólo la comprensión y la conformidad os pueden dar la paz.

96 ¡Con cuánta lentitud habéis caminado por la senda de los conocimientos del espíritu!

97 Muchos siglos de revelaciones y experiencias habéis vivido, y aún os encuentro como frágiles párvulos cuando veo que no sabéis contestar a una pregunta, o cuando no sabéis salir avante de las pruebas que encontráis a vuestro paso.

98 Quiero que todos lleguéis a ser mis discípulos, que todos logréis despojaros de aquello que os haya impedido mirar de frente a la verdad.

Dios: Un concepto equivocado para muchos

99 Meditad siempre espiritualmente para que no tropecéis con dificultades para comprender mi Palabra. Olvidad que fuisteis los que no podíais imaginar que Dios fuese invisible, ya que al pensar en Mí, al instante forjabais en vuestra mente la figura de un ser humano de proporciones gigantescas, un ser que aunque con forma, no se dejaba ver y estaba oculto siempre tras un espeso velo de misterio.

100 Si Yo como Cristo me hice hombre en Jesús no fue para daros a entender que Dios tiene forma humana, sino para hacerme ver y oír de quienes estaban ciegos y sordos para todo lo que es divino.

101 Si el cuerpo de Cristo hubiese sido la forma de Jehová, en verdad os digo que ni hubiese sangrado ni hubiese muerto; fue un cuerpo humanizado, pero perfecto en esa humanidad, y sensible, para que la Humanidad lo viese y, a través de él, oyese la voz de su Padre celestial.

102 Siempre que vuestro concepto sobre lo divino ha estado alejado de la realidad, he venido en vuestra ayuda para destruir fantasías e irrealidades, y haceros penetrar en la verdadera senda.

El reino espiritual: La verdadera morada del espíritu encarnado

103 Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Mi Doctrina no habla de muerte. Si os hablo frecuentemente de la existencia del reino espiritual, es que allí está la vida y la dicha eterna como una promesa para vuestro espíritu, mas no lo hago para que deseéis la muerte y aborrezcáis esta vida.

104 Mi Palabra en este tiempo os habla sobre la vida espiritual, y es porque ya habéis llegado en vuestra evolución a aquel capítulo del Libro de la Vida que muestra al espíritu los misterios no revelados.

105 Si el hombre posee espíritu, natural es que éste le revele algunos indicios de su naturaleza; pero ya os he dicho que mientras la influencia de la materia no se someta al dominio y dictados del espíritu, muy poco podrá el hombre penetrar en sí mismo para mirar su luz interior y oír su voz espiritual.

106 Cuando llegáis a tener un instante de recogimiento y de meditación, sin daros cuenta penetráis en comunión con lo espiritual y tenéis la sensación de lo eterno y de que algo de aquella eternidad vive y palpita en vuestro ser.

107 Así fue como en los primeros tiempos la Humanidad descubrió que en sí llevaba un ser, una naturaleza que no era de este mundo, sino que pertenecía a otra morada, y eso no la atemorizó; por lo contrario, la llenó de esperanza, porque vio que su vida no se limitaba a la breve existencia en esta Tierra; presintió que su espíritu, al desprenderse del cuerpo, se elevaría hacia una mansión en la que hallaría un goce que en este mundo no había encontrado, una satisfacción justa para su ideal elevado.

108 Yo, el Cristo, vine al mundo en Jesús a robustecer con mi Doctrina todas aquellas inspiraciones; y a estos soñadores de mundos de sabiduría, de amor y de justicia, donde no hay lágrimas, miserias ni discordias, les dediqué mi Sermón de la Montaña, para que perseverasen en su esperanza.

Maestro: Es aquél que muestra la verdad con sus obras

109 ¡Con cuánta dulzura y amor enseñaron a la Humanidad los primeros maestros del Cristianismo! La fuerza de su palabra estuvo en la verdad de sus obras, con las cuales convertían e invitaban a la espiritualidad.

110 Los llamo maestros porque enseñaron según mi ejemplo. Si alguien después ha querido enseñar, obligando a creer sin comprender el sentido de mis enseñanzas, ése no ha sido maestro; si ha hecho uso de la fuerza privando a sus hermanos de la libertad de pensar, de creer y de razonar, ése no me ha imitado y, por lo contrario, sí ha privado a los espíritus del anhelo de penetrar al fondo de mis revelaciones.

111 Cuando mi nombre y mi Doctrina se han tomado para subyugar pueblos o para infundir temor, y por ese temor se ha obligado a los hombres a creer, Yo os digo que el fin que se ha perseguido no ha sido espiritual, sino que se ha ido tras el poder terrenal. ¡Cuán distinto era el propósito del Maestro cuando os dio sus palabras y ejemplos, que podríais condensar en aquella frase: "Mi reino no es de este mundo"!

112 Penetrad en mi barca, que ella nunca zozobrará; mas no dudéis como Pedro al creer que el Maestro dormía, porque ya no sería mi voz, sino el dolor el que os dijera: "¡Ah, hombres de poca fe!"

La ley de amor: Una ley incomprendida

113 Muchos de vosotros creéis contradictorios vuestros sufrimientos con la ley de amor del Padre, porque pensáis: "Si soy hijo de Dios, si el Padre universal y todopoderoso me creó, ¿por qué me dejó caer, por qué no me hizo obediente, bueno y perfecto?"

114 En verdad os digo que no habéis meditado en lo que pensáis. Lo que creéis contrario a mis leyes, es precisamente la confirmación de la ley de amor, y para que mejor lo entendáis, escuchad:

Proemio: Antes de que los mundos fuesen, ya eran los espíritus

115 Antes de la creación de la materia, ya eran los espíritus. Brotaron de Mí inocentes, mas para que supieran de quién habían nacido, cuál era su destino y quiénes eran ellos mismos, les hice oír mi voz diciéndoles: -He aquí a vuestro Dios; Yo soy vuestro Padre, soy el Espíritu de amor, mas si vosotros habéis brotado de Mí, tendréis que desarrollar y comprender esta esencia. Vivid, id por el camino, conoced y perseverad en el bien, que esta voz que habéis oído sea eternamente luz sobre vuestro espíritu; ella es vuestra conciencia, la cual os hará retornar a Mí, ya no como niños recién nacidos, sino como seres desarrollados en la virtud, en la experiencia y en todas las potencias que os he dado. Entonces me amaréis, me conoceréis verdaderamente, y estaréis en armonía con todo lo existente.

La escala divina: Seres unidos por una fuerza superior

116 Mirad que en la escala divina hay un número infinito de seres cuya evolución espiritual les permite ocupar diferentes peldaños, según el grado de perfección que han alcanzado; sabed que hay seres que nunca han habitado en mundos materiales, y esos espíritus, que como el vuestro habitan diferentes moradas, se encuentran unidos con vosotros por una fuerza superior que es la del amor.

117 El destino de esos espíritus no lo sabéis, mas Yo os digo que es perfecto, como todo lo creado por Mí.

La perfección: Meta del espíritu creado

118 Vuestro espíritu fue creado con atributos adecuados para seguir por la escala de perfección y llegar a la meta determinada en los altos designios del Señor. Aún no podéis comprender todas aquellas facultades que os dio el Padre, mas no temáis porque después las reconquistaréis y las veréis manifestarse en plenitud.

La perfección: Distinta en el Padre que en el hijo

119 Sin embargo, os recuerdo que aun habiendo alcanzado vuestro espíritu grandeza, poder y sabiduría, no llegará a ser omnipotente, ya que sus atributos no son infinitos como lo son en Dios. No obstante, ellos os bastarán para llevaros a la cumbre de vuestra perfección por el camino recto que os trazó, desde el primer instante, el amor de vuestro Creador. Una es la perfección del hijo y otra es la perfección del Padre.

Amor divino: Amor de Padre, amor sin límites. La semejanza con el hijo pródigo

120 Humanidad: Yo lloré vuestra partida desde el instante en que dejasteis la morada espiritual para habitar la Tierra. Desde entonces han sido mis lágrimas y mi sangre las que os han perdonado vuestros pecados, y mi voz dulce y serena no ha dejado de aconsejaros en vuestra jornada.

121 Mi sombra os ha seguido por todos los caminos. Yo soy quien en verdad os ha extrañado; vosotros no, porque cuando partisteis os sentíais fuertes y creíais que ya no necesitabais mi apoyo.

122 Vuestro camino fue el libre albedrío; vuestros sentidos se dilataron para aspirar y palpar cuanto os rodeaba y fue necesario que cayeseis muy abajo, para que volvierais vuestros ojos nuevamente hacia Mí.

123 Hasta entonces recordasteis que teníais un Padre a cuya mesa os sentabais. Entonces clamasteis a vuestro Señor, mas antes ya os había llamado Yo y estaba reclamando en mi mesa vuestra presencia.

124 Os había buscado, como el padre que vio partir pequeño a su hijo, llevando la inocencia en su corazón y desconociendo el camino.

125 Por haber abusado de la amorosa y justa libertad que os dio vuestro Padre, os tenéis que purificar con dolor y lágrimas de las manchas que imprimisteis en vuestro espíritu. Sin embargo, el que con resignación restituye sus errores, alcanzará su evolución y su ascenso será más rápido que su caída.

El justo reclamo: La insistencia del hombre en el mal

126 Por siglos y siglos os he venido dando ejemplos y pruebas de ternura, de amor divino, que a veces han logrado conmover vuestro corazón haciéndoos exclamar: "¡Yo os amo, Señor, Yo os admiro!", mas Yo os pregunto: Si me amáis, ¿por qué no me imitáis, poniendo en práctica mis enseñanzas? ¿Por qué os habéis alejado de la vida espiritual, retrasando con ello vuestra evolución?

127 ¿Cómo os atrevéis a culpar a Dios de vuestras propias caídas, dolor e imprudencia? ¿Acaso queréis culparme por todo aquello que no viene de Mí, sino que ha sido creación vuestra?

128 Yo os he dicho que sembréis amor, y en vez de ello habéis sembrado odio.

129 ¿Queréis, por ventura, recoger amor cuando habéis sembrado lo contrario?

130 Hoy que os llamo, no todos me escucháis; sin embargo, Yo os prometo que todos me escucharán y que ninguno de mis hijos se perderá en la eternidad del espíritu.

131 Unos me buscarán respondiendo a mi amor; otros, agobiados por el dolor, implorarán que mi misericordia detenga su cáliz de amargura.

132 Os he enseñado a vivir en paz, llevando una existencia sencilla, pura y elevada, y vosotros insistís en vivir una constante guerra de odios, materialismos e insanas ambiciones.

133 Pedís a Dios casi siempre sin saber lo que pedís, mas vosotros nunca dais a Dios lo que Él os pide y que es para vosotros mismos.

134 Si os habéis envanecido y extraviado tanto de las cosas divinas, ¿cómo pretendéis que Dios os dé lo que no sabéis pedir, o que rija el Universo conforme a vuestras ideas erróneas? En verdad os digo que el Universo no existiría un instante si os dejara gobernarlo bajo vuestros caprichos humanos.

136 ¡Mi Paz sea con vosotros!