El Árbol de la Vida en éste y otros tiempos

1 Cada vez que os reunís y escucháis mi palabra, sentís que dejáis en Mí vuestro dolor, mas ¿por qué cuando retorno a vosotros volvéis a presentarme vuestro corazón colmado de amargura?

2 Ya es tiempo de que aprendáis a retener mi paz.

3 Esta era es de preparación y por doquiera surgen árboles en pueblos, ciudades y comarcas para brindar su sombra espiritual a los caminantes.

4 Esos caminantes son las multitudes que van llegando ante mi manifestación, y al escuchar mi palabra que les dice que ya en otros tiempos se han sombreado bajo el follaje del Árbol de la Vida, reconocen íntimamente que no han sabido aprovechar los tiempos para acercarse a la verdadera Tierra Prometida.

5 ¿Quién de vosotros, sintiendo que se halla ante una nueva oportunidad de redimirse, volverá a negarme como lo hizo en los tiempos pasados? ¿Quién rehuirá su misión y desoirá la voz de su conciencia? ¿Quién permanecerá durmiendo el sueño de su materialismo, después de haber sido despertado por esta voz?

6 Se ha estremecido vuestro espíritu cuando, a pesar de vuestra inquietud, habéis escuchado al Padre deciros que os ama, que os perdona y os ayuda a regeneraros para que lleguéis hasta Él.

7 Os habéis doblegado ante mi amor divino, y llenos de alegría os levantáis buscando a los enfermos, para que se apresuren a llegar a la presencia del Maestro, y en Él sanen sus males.

El Árbol de la Vida: La presencia Divina en el hombre

8 He aquí el árbol ofreciendo a los hombres sus frutos espirituales.

9 Yo soy el Árbol de la Vida Eterna. Recordad a Cristo en la cruz; fue semejante a un árbol cuyos brazos como ramas se extendieron amorosamente para dar sombra a la Humanidad; Su sangre, cayendo gota a gota, y Sus palabras vertidas lentamente en aquella multitud, fueron como savia y frutos desprendidos del Árbol Divino.

Amar y bendecir aun las cosas desconocidas. Un pequeño Jesús, un pequeño Cristo en cada discípulo espiritualista trinitario mariano

10 Existen muchas cosas en lo invisible que son desconocidas para vosotros; amadlas y bendecidlas aunque no sepáis lo que son, orad por ellas. Si así lo hacéis, tendréis fuerzas amigas en lo invisible que os rodea.

11 Orad y bendecid de todo espíritu y todo corazón, enviad lo mejor de vuestro ser a todo lo que es y existe, sin pedir nada para vos y ¡oh, poder infinito del amor que todo lo transforma! todo vendrá a vos multiplicado porque, recordad, la semilla que sembréis en los surcos espirituales de la Creación la recibiréis multiplicada.

12 Amad, os digo, amad os diré eternamente, y cuando sigáis mis máximas plenamente, todo lo demás os vendrá por añadidura, tanto en lo espiritual como en lo material.

13 Dejad que el amor os guíe, dejad que el recuerdo del ejemplo y las enseñanzas de Cristo en Jesús sean las luces que orienten todos vuestros actos, palabras y pensamientos, porque lo más grande que podéis entender de Dios lo tenéis en la vida del Mesías negado, del Cristo increído, del Jesús crucificado, ya que cada uno de vosotros puede y debe ser un pequeño manifestador del amor de Dios, un pequeño Jesús, un pequeño Cristo.

14 Pensad que si así lo hacéis, conoceréis y sentiréis un poco más de Dios, porque estaréis en mayor armonía con la Inteligencia Suprema, y dejaréis que os guíe el Fuerte en Su humildad y el Grande en Su sencillez; estaréis entonces en camino de ser mi labriego verdadero, rompiendo las densas tinieblas, derrotando el ambiente de sangre y lágrimas que envuelven al mundo, y comenzaréis entonces a ver maravillas en vosotros mismos.

15 Os transformaréis, os haréis grandes y luminosos, se alejarán de vosotros las angustias y las enfermedades, todo irá cambiando a vuestro alrededor bajo el influjo de vuestro amor; vuestros hermanos os verán justos, serenos, con la dulzura y la alegría reflejadas en vuestro rostro. Todo esto y más ocurrirá en vosotros, amados discípulos.

La humildad y la sencillez, hijas del amor

16 Comprended que la fuerza, el verdadero poder, la grandeza y la dicha están en la pureza dominadora y sutil de la excelsa humildad y la sencillez del corazón, porque estas son hijas del amor.

17 El que verdaderamente ama es imposible que no sea manso, sereno, majestuoso, como Jesús lo fue. El que ama no necesita alegorías, no necesita de cultos falsos ni de nada externo porque lleva en todo su ser la irradiación de una luz interna cuyos destellos le cubren de aureolas espirituales bellísimas ante la cual se estrellan todas las tormentas y tinieblas del mundo.

18 Yo he permitido que mi palabra sea impresa en papeles y os concedo que cada uno de vosotros, si queréis, poseáis este álbum dictado por el Verbo Divino, transcrito por mis plumas de oro e iluminado por mi luz.

19 Pero os digo, en verdad: Cuidad de todo ello, pues si Yo os he concedido que los escritos conserven mi palabra, es sólo porque vuestra memoria y entendimiento humanos son pequeños para cosas tan grandes, son infieles y volátiles.

20 Mas guardad en toda su pureza la esencia de mis enseñanzas. Vuestra conciencia os dirá toda la responsabilidad que contraéis con este conocimiento, y por medio de este álbum que Yo os confío, doctrinad en el futuro a vuestros hermanos, extended la Buena Nueva del Tercer Tiempo, convenced a los reacios, sanad a los enfermos llevándoles este mensaje de salud y alegría, libertad las consciencias y a los espíritus encadenados por los remordimientos y por la intuición que les revela faltas de tiempos pasados.

21 El tiempo llegará en que vuestro espíritu no haya menester de libro material alguno, sino que él recuerde y revele a la memoria humana todo cuanto Yo he depositado en vuestro ser, y no solamente lo que os he hablado y enseñado en esta etapa, sino las nuevas cosas que el Espíritu de Verdad os revelará, ya como lecciones, ya como profecía, ya como órdenes.

1950: Fin de la comunicación divina por el entendimiento humano

22 Próximo se encuentra el año 1950 en el que dejaréis de escuchar esta palabra que es fruto celestial para vosotros, y entonces, el árbol, la savia, el fruto y la sombra, estarán en vuestro espíritu.

23 Los que para aquel tiempo se encuentren materializados y fanatizados con mi palabra, intentarán retenerme y me pedirán que les hable un tiempo más bajo esta forma; mas eso no podrá ser porque Yo os he dado a conocer mi voluntad, y ella es perfecta y escrita está.

24 Los ruiseñores que han entregado mi palabra enmudecerán para esta manifestación, y Yo premiaré su obediencia con el don de la palabra y de la inspiración.

25 Aún no conocéis lo que en mis altos juicios tengo dispuesto para aquellos tiempos. Desde hoy os digo que en aquella hora bendita, quiero que todos cumpláis mi voluntad y que seáis obedientes y mansos como ovejas, mas no es mi voluntad que os juzguéis los unos a los otros; será mi justicia perfecta la que juzgue a cada uno de mis hijos.

1950: El final de una etapa

26 Oídme, pueblo: no me dejéis hablando solo en el desierto; aún tenéis tiempo para meditar y aprender.

27 Nadie pretenda hacer su voluntad, aunque el hombre podrá hacer la suya pasajeramente, porque viene a él la justicia del Señor, y entonces sólo se cumple lo que está decretado por Él.

28 Preparaos, profetas del Tercer Tiempo, para que pongáis alerta a las multitudes, y ellas no sean sorprendidas por los falsos cristos y las falsas comunicaciones.

29 No dudéis de estas palabras sólo porque os las estoy entregando por medio de un portavoz torpe y humilde.

30 Levantaos y anunciad a todos estas enseñanzas, porque el tiempo ya es muy corto; una sola palabra de luz bastará para mantener despiertos a vuestros hermanos.

Espiritualistas: Los cimientos de un reino superior

31 Cambiar los defectos por cualidades será la noble aspiración de los espiritualistas venideros, aquellos que sobre las ruinas de la vida humana levanten un reino superior.

32 Serán las generaciones del futuro las que construyan ese mundo de moral, de ciencia y espiritualidad elevadas; mas vosotros, los presentes, podéis hacer mucho.

33 Con un poco de buena voluntad apartaréis las ruinas, los escombros de un pasado de errores y profanaciones, dejando de ello sólo la luz de una experiencia larga y dolorosa.

34 Si os esforzáis por conduciros por el camino de los buenos sentimientos para que vuestra mente se ocupe en las virtudes, y vuestros labios sean el fiel instrumento de la verdad e inspiración que germine en vuestro espíritu, Yo os bendeciré y os haré vislumbrar la luz de aquel Reino de paz que entre todos construiréis.

Lenguas de fuego, símbolo de la luz que derrama el Espíritu de Verdad sobre los fieles y perseverantes.

35 Ha llegado el tiempo del Espíritu de Verdad y todo espíritu encarnado lo presentirá, lo palpará y estará despierto, vosotros lo comprobaréis en vuestro camino.

36 Esta humanidad está a punto de entregarse a la búsqueda del Espíritu de Verdad, el que derramará Su luz cual lenguas de fuego sobre los fieles y perseverantes en un nuevo Pentecostés, y si Yo ese acto instituí en el Segundo Tiempo, su sentido, su fondo no apartaré de vosotros, sino solamente su forma exterior.

37 A vosotros no os he alimentado con símbolos, con ritos ni con tradiciones, todo ésto he venido borrando y apartando de vuestro corazón para que vayáis quedando, en verdad, limpios y preparados para practicar mi Doctrina en este tiempo.

38 ¡Bienaventurados aquellos que en los tiempos venideros me busquen de espíritu a espíritu! porque ellos sentirán mi presencia, saborearán el pan y el vino, se sentirán nutridos, fuertes e inmortales, mas los obstinados en las cosas pasadas, los conservadores de las cosas exteriores, los adoradores de las formas, los tradicionalistas, sufrirán, sentirán desolaciones y desengaños y despertarán cuando contemplen que se han quedado solos en el sitio en que su rutina los estancó.

No reparar en la incredulidad y las burlas de los demás

39 Vosotros, trabajad para todos, sembrad en todos y orad también por todos. No hagáis distinciones ni dejéis que vuestro corazón se lesione ante la incredulidad de algunos de vuestros hermanos.

40 No permitáis que los dardos de las burlas, de los juicios insanos os hieran. No acuséis delante de Mí a ninguno de vuestros opresores, ni estéis esperando justicia sobre el que os haya ofendido; quiero ver entre vosotros la verdadera fraternidad.

41 Si teméis no contemplar el fruto de vuestro cumplimiento en este mundo, descuidad de ello, que el espíritu elevado tiene la mirada más profunda, más penetrante que la de la materia, y sabrá, desde cualquier punto del Universo en que Yo lo sitúe, contemplar su pasado, su presente y, hasta donde el Padre le revele, su porvenir, porque será cuando estéis en en el estado espiritual cuando sepáis plenamente el porqué de vuestras restituciones y sufrimientos; entonces será cuando sepáis también estimar en verdad el amor de vuestro Padre y los perdones que os haya concedido.

Enseñanza: Dar a Dios lo que es de Dios

42 Aunque vuestros pies estén tocando la tierra, no dejéis que en ella se detengan vuestros anhelos. Elevad más y más vuestras aspiraciones, sin olvidaros de dar a Dios lo que es de Dios y al mundo lo que a él corresponde.

Palabra divina: El pan de vida

43 Mi palabra es para todos, pero no todos la reciben en la misma forma. Muchos la escuchan con indiferencia, pero hay quienes ya no podrían vivir sin el deleite de escucharme. Entre éstos he contemplado al que viene sin haber probado alimento material, y al oír mi palabra se ha olvidado de sus necesidades y privaciones, y cuando ha salido del recinto, se ha sentido tan lleno de fortaleza y de esperanza, de paz y de consuelo, que ha llegado a musitar: "Ciertamente no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que viene de Dios".

44 Sólo Yo contemplo lo que guarda cada corazón, sin que nadie lo conozca; encuentro ovejitas tristes, sedientas, enfermas o fatigadas, criaturas sin amor y sin hogar que, sin embargo, al escucharme dicen: Soy feliz escuchando al Divino Maestro porque todos mis pesares se disipan, y el corazón se me inunda de luz y de alegría.

45 Otros, en cambio, se aletargan y no dejan enternecer su corazón como en los primeros días en que oyeron la voz de su Señor, mas ¿cómo continuar la lección mientras unos escuchan y otros no; mientras unos me sienten y otros permanecen insensibles?

Palabra divina: La lámpara encendida

46 Discípulos: volved en vosotros, escuchadme y sentidme como antes. Acordaos cuando confesasteis que esta palabra era vuestra vida y la luz de vuestro destino. No olvidéis que hoy os digo que lo que necesitáis se os dará, llegada la hora.

47 Volved a poner aceite a vuestra lámpara, para que vuelva a brillar la flama de la fe y del saber.

48 No durmáis, velad y orad, que el Maestro puede sorprenderos penetrando en vuestra estancia como antes, como en aquellos días de entusiasmo espiritual, en que a cada paso sentíais mi presencia. Veréis cómo vuestra vida de nuevo se verá iluminada con aquella luz que sin daros cuenta dejó de alumbraros, y ella os devolverá la confianza en un futuro pleno de abundancia y de sabiduría.

Misericordia divina: El bálsamo inagotable

49 Dadme unos y otros vuestros pensamientos, ofrecedme vuestro corazón; cada amargura y sufrimiento serán como flores que Yo reciba, flores de dolor, de amargura, de desengaño, pero flores al fin, porque ellas hablan de purificación, de aroma que se eleva hacia Mí.

50 Penetrad en silencio, oh espíritus que recibís mi luz, mientras vuestro corazón me expresa sus penas; dejad en Mí vuestras lágrimas y en cambio llevad mi bálsamo.

51 El Padre, el Ser Supremo, os está contemplando. No os mostréis vencidos ni impotentes ante Él, porque al formaros os dio Su fuerza; si son intensos vuestros pesares, más grande es Su misericordia. Haced méritos de fe, de amor, y no dudéis de que Él os llevará para siempre al Reino de Su bondad y de Su sabiduría.

El espíritu es dueño del tiempo

52 Humanidad: confiad en Mí y cuando os sintáis desfallecer, dadme el peso de vuestra cruz mientras recobráis las fuerzas.

53 Vuestro espíritu pertenece a la eternidad y ahora en esta Tierra y mañana en otros mundos, él siempre será dueño del tiempo, porque el tiempo no es dueño de vosotros, sino vosotros dueños de él.

54 Recordad que en el Segundo Tiempo borró el Maestro tradiciones del corazón de los hombres, como cuando los fariseos, poniéndole en juicio le dijeron, juzgándole: «¿Por qué hablas y enseñas , por qué sanas enfermos en sábado, siendo el día que la Ley ordena el descanso?» - a lo que Jesús les contestó- «No fué hecho el sábado para que él se enseñoreara de los hombres, sino el hombre es dueño del sábado.»

55 Ahora digo a vosotros, oh discípulos del Tercer Tiempo: No es el tiempo dueño de vosotros, sino vosotros su dueño. Mañana extenderéis vuestras alas espirituales y entonces seréis dueños de la eternidad.

56 He aquí por qué las cosas y las formas exteriores van desapareciendo de entre vosotros, porque ellas, como sucede con el tiempo, pasan, quedan atrás, dejan su simiente y cuando ya no tienen razón de existir en el corazón del hombre las borro y las hago desaparecer; pero la esencia que ellas representaban, cuando ya ha florecido en vuestro ser, Yo la cultivo, la conservo y la desarrollo con nuevas lecciones y con la revelación de nuevas cosas.

57 ¿Véis en estos tiempos con cuánto esplendor, con cuántas riquezas materiales el recinto humilde y sencillo de Pedro ha sido revestido? Aquel lugar que primitivamente fue solamente punto de reunión para mis apóstoles después de mi partida, humilde albergue para los discípulos del Señor que a semejanza de su Maestro eran pobres entre los pobres, ahora bajo su sombra se han acumulado las grandes riquezas terrenales, y bajo sus suntuosas bóvedas los ministros celebran grandes ceremonias y liturgias, y ¿toda esa pompa, toda esa vanidad que vosotros contempláis, creéis que sea eterna? ¿O pasará también lo que pasó con el esplendor del Templo de Salomón? Os digo, también eso pasará.

El verdadero templo de Dios

58 Ya se acerca el momento en que de todo aquello solamente contempléis escombros, porque esa no es mi casa, no es mi iglesia, no es mi templo, no es mi Obra. He visto todo el fanatismo de la Humanidad sobre aquellas cosas, he visto su idolatría y su materialismo y todo ello lo tocaré con vara de justicia, y cuando todo aquellos objetos de fanatismo y de idolatría desaparezcan, tendrá el espíritu del hombre que buscar el infinito y recordar que mi Reino no es de este mundo, como no lo es tampoco de vosotros.

59 He dejado que las congregaciones espiritualistas trinitarias marianas, mis nuevos discípulos, se reúnan en pequeños y humildes recintos, son muchos los que existen ya. Yo he permitido en esta etapa la existencia de ellos solamente como lugar de vuestra reunión, para que allí, libres de la mirada humana, refugiaseis vosotros vuestra espiritualidad, vuestro recogimiento, y podáis penetrar preparados y unidos en gran elevación, para alcanzar la manifestación del Maestro.

60 ¿Por qué en el interior de esos recintos los hombres han levantado altares y han practicado ritos, imitando sectas y religiones? ¿Acaso ha sido ésto ordenado por el Padre? Os digo, no, porque ya habéis penetrado en el Tercer Tiempo, en el cual el Espíritu de Verdad viene en todo Su esplendor a enseñar las cosas del espíritu, a inspirar a los hombres el culto perfecto.

61 Para que el espíritu en el hombre del Tercer Tiempo crea en vuestra palabra, tendréis que mostraros así como estáis en este instante: desnudos de las cosas de la tierra, humildes y sencillos, sin ostentaciones de ninguna especie, sin hábito alguno, sin ninguna insignia, sin más testimonio o prueba que vuestra fraternidad, sinceridad y amor.

Israel debe formar sólidas instituciones de amor y bondad en vez de templos de cantera

62 Os digo, Israel, no edifiquéis lo que no debéis edificar, ni reedifiquéis lugares que semejen los templos de cantera que la Humanidad equivocadamente ha construido, creyendo con ello alabarme.

63 Formad, en cambio, humildes pero sólidas instituciones de amor, de mutua ayuda, de enseñanza y bondad verdaderamente cristianas, de instituciones espirituales plenas de benevolencia, mas no olvidéis que ninguna de vuestras obras será perfecta si no descansa sobre la base inconmovible del amor sentido hacia todo lo creado, amor que emana en el silencio en los momentos de vuestras profundas y serias meditaciones.

64 El espíritu: La verdadera morada de Dios

65 Sabed que este mundo es una fuente purificadora y que al salir de él para retornar a vuestra verdadera morada, vuestro espíritu brillará como luz en los espacios. Recordad que os dije: "Quien me busca me encuentra, quien busca, halla". Vosotros me habéis buscado y os encontráis delante de Mí.

66 Mas también hay quienes buscándome no me encuentran, porque lo hacen donde Yo no puedo estar. Éstos llegan a dudar hasta de mi existencia, sin saber que me tienen muy cerca, que me llevan en ellos mismos.

Templo material: Los dioses sin vida

67 No me encuentran en su propio corazón, porque son como templos cerrados. La paz y la luz que en ellos existen, quedaron ocultas. Mas ahí está el verdadero santuario donde habito, esperando que en él penetréis para hablaros de profundas revelaciones y explicaros el porqué de muchos misterios. Cuando habéis penetrado, sabéis de dónde venís y a dónde os conduce el destino, y os asombráis de haberme hallado donde antes nada contemplasteis. Mas quien no conoce ese santuario, edifica en lo material su templo, levanta en él un altar y sobre éste coloca un dios hecho por sus manos, hasta que los tiempos pasan y se convence de lo imperfecto de su culto, despierta y se levanta en busca del Dios espiritual, del Dios de verdad, del único Dios, porque aquél que forjó, nada tuvo qué darle, porque carecía de vida.

68 Es Dios quien ha dado vida al hombre, el que lo ha creado, y no el hombre quien puede crear dioses y darles vida.

Comunicación por el entendimiento humano: El maná celestial

69 A medida que vais escuchando esta palabra, os acercáis a la comprensión. Cuando esta iluminación sea de lleno en vuestro espíritu, me diréis "¡Señor, hecho está el milagro!"

70 Así comprenderéis cuáles son las obras que en espíritu vengo haciendo en este tiempo.

71 Vuestra espiritualidad no exigirá los prodigios y pruebas del Primero y Segundo Tiempo para creer en Mí.

72 Hoy veréis espiritualmente descender el maná celestial; veréis manar agua de arrepentimiento de las rocas que son los corazones de los grandes pecadores; veréis muertos a la fe y a la virtud resucitar a la vida; a enfermos de lacras morales que se limpian y ciegos a la verdad que abren sus ojos para contemplar mi esplendor.

73 Si en el Segundo Tiempo mi nacimiento en cuanto hombre fue un milagro, y mi ascensión espiritual después de mi muerte corpórea fue otro prodigio, de cierto os digo que mi comunicación en este tiempo, a través del entendimiento humano, es un prodigio espiritual.

Tres tiempos: Un sólo mensaje

74 Hasta la última de mis profecías se cumplirá en este tiempo. Os dejo mis tres testamentos formando uno solo.

75 Quien haya conocido antes al Padre como amor, sacrificio y perdón, conózcalo plenamente en este tiempo, para que en vez de temer Su justicia, lo ame y lo venere.

76 Si en el Primer Tiempo os apegasteis a la Ley, fue por temor a que la justicia divina os castigara, mas por eso os envié a mi Verbo para que conocierais que Dios es amor.

77 Hoy mi luz viene a vosotros para que no os perdáis y podáis llegar hasta el final del camino siendo fieles a mi Ley.

El hijo pródigo: Siervo del mundo

78 Mucho habéis servido al mundo y él os ha pagado mal, mas ¿cuándo se os dijo que el hombre habría de ser siervo del mundo? ¿No sabéis o no recordáis que se os dijo que os enseñoreaseis en la Tierra? ¡Cuántas veces habéis tenido que llegar ante mi presencia como el hijo pródigo!

Las obras: Testimonio de amor verdadero

79 Es mi deseo que lleguéis a Mí llenos de méritos, de virtud y de humildad.

80 Os encontré cubiertos por la lepra espiritual y con sólo quererlo os sané. De la misma manera quiero que vosotros sanéis a vuestros hermanos, sin sentir repulsión por sus pecados. Serán entonces vuestras obras las que testifiquen que me amáis y no vuestros labios los que lo pregonen sin que el corazón lo sienta.

81 No imitéis a los fariseos que en la sinagoga hacían alarde de ser dignos de Dios y públicamente, por las calles, hacían ostentación de la caridad.

Comunicación por el entendimiento humano: Consejos para el fin de la comunicación

82 Guardad mis lecciones para que las estudiéis detenidamente, porque se acerca el día en que dejaréis de escuchar esta palabra a través del entendimiento del portavoz, y entonces, los que aprendieron y comprendieron serán fuertes como soldados invencibles.

83 Ya preparados, hablaréis inspirados por Mí, y en esta forma sencilla doctrinaréis a la Humanidad. Mientras algunos de mis nuevos discípulos tendrán que ir en busca de los hombres, otros tendrán que esperar a que lleguen sus hermanos buscando en ellos mi enseñanza.

Palabra divina: La enseñanza a los niños

84 Pueblo: Explicad mi palabra y mi lección a la niñez; mirad que mi Doctrina no se detiene ante edades ni sexos; ella es para el espíritu.

85 Dad mi enseñanza a los niños, simplificándola y poniéndola al alcance de su mente infantil, pero nunca olvidéis que la mejor forma de explicar mis lecciones, será a través de la virtud de vuestra vida, en la que ellos verán vuestras obras de caridad, de paciencia, vuestra humildad y espiritualidad: ésa será la mejor forma de doctrinar.

86 Habladles de Jesús, habladles de María y de todos aquellos hombres y mujeres que han traído al mundo un mensaje de luz. Así les trazaréis el camino hacia Mí.

87 Decidles que en el día de descanso vuestro espíritu penetra en mi santuario para glorificarme. Porque seis días dedicáis a vuestros deberes y afectos humanos, para luego descansar uno, y de él consagráis unos instantes a la meditación y culto a vuestro Señor.

88 Ahí me encontraréis esperándoos, siempre esperando vuestra oración que es el lenguaje con el que me habláis de vuestras cuitas, de vuestro amor o me dais gracias.

Palabra divina: La semilla fecunda

89 Habéis penetrado en mi santuario formado por multitudes ansiosas de oír mi divina palabra, y en verdad os digo que he desbordado en vosotros un torrente de enseñanzas. Esta palabra será semilla fecunda en vuestro espíritu para que os convirtáis en mis labriegos.

90 Venís con gratitud en vuestro corazón, porque antes de deciros que fueseis a extender la caridad, os concedí un prodigio, ya dándoos salud, ya la paz, o algún otro bien perdido.

Labriegos: Sembradores del trigo espiritual

91 Hoy en vuestra gratitud me decís: "Maestro, ¿qué podré hacer para compensar tanto amor?" Entonces os muestro las extensas tierras para que las limpiéis de ortiga, de pedruscos, y sembréis la semilla de amor, de paz y caridad.

92 Antes de enviaros, os lleno de fortaleza y de fe para que no flaqueéis ni os acobardéis en la lucha. Muchas veces veréis vuestro trigo nacer y crecer entre cardos y espinas, y ahí lo cuidaréis hasta que llegue el tiempo de segar, para que apartéis el trigo de la cizaña.

93 Cuanto más sufrimientos os cueste cultivar las tierras, mayor será vuestro cariño por ellas y vuestra satisfacción al verlas florecer.

94 De cierto os digo que este trigo espiritual que cultivéis bajo mi enseñanza, será pan de vida eterna para vuestros descendientes, más allá de la séptima generación.

95 Oídme incansablemente, ¡oh discípulos que os encontráis de plácemes! Le hablo a vuestro espíritu a través de estos labios de los hombres, varones y varonas, por los cuales me comunico. Mas en verdad os digo que mi palabra no se contamina de esa impureza; ella llega limpia a vuestro espíritu.

96 Estudiad mi enseñanza a fin de que comprendáis cuál es la tierra, cuál es la semilla, el agua y la herramienta, y sepáis cuál es la forma perfecta de preparar, sembrar, dar riego y cultivar la tierra.

97 El labriego que en esta forma trabaje, sabrá distinguir el buen fruto del malo.

98 Mirad cuántos se han levantado creyendo que ya saben sembrar, y en vez de este trigo han sembrado extrañas simientes, las cuales al fructificar les han dado espinas.

Labriegos: Los sembradores trinitarios

99 Quiero que surja el labriego del Tercer Tiempo, por eso hago el llamado a las grandes multitudes, para que de entre ellas se levanten los que en este tiempo me han de seguir.

100 Así, mientras os doy una lección tras otra, va acercándose el tiempo en que de lleno toméis vuestra misión.

101 A vuestro paso encontraréis tierras sembradas en otros tiempos y que sólo esperan riego y cultivo; ellas son los espíritus en los cuales se encuentra la semilla de la fe, recibida desde el tiempo de los profetas y de mis apóstoles.

102 Unos llevan la semilla del Primer Tiempo, otros la del Primero y Segundo, y en ellos depositaréis vosotros la que os he dado en este Tercero, ya que poseéis la simiente de los tres tiempos, por lo cual os llamo trinitarios.

Labriegos: Aprender a pedir

103 Ésta es la vida y la obra que os esperan. ¿Por qué teméis a la lucha, si todo os lo estoy dando? ¿Por qué veo lágrimas en los ojos de algunos labriegos, cuando lo más fuerte de la lucha aún no ha comenzado?

104 Quiero que creáis que me encuentro cerca de vosotros, que vuestros dones son una realidad, que todo cuanto me pidáis para vuestro perfeccionamiento espiritual, en los instantes de prueba, en los trances difíciles, os lo concederé. No quiero ver más flaquezas en vosotros.

105 Los más, olvidando al espíritu, venís a pedir para el cuerpo pan, bálsamo, trabajo y en todos obro un prodigio, porque esos también serán testimonios que mañana enciendan la fe y esperanza en el corazón de vuestros hermanos. Mas no me pidáis tan poco; eso que os parece mucho, pronto termina; mejor pedidme beneficios eternos, bienes espirituales. Yo, por añadidura, os daré lo del mundo.

106 Más tengo que daros de lo que vosotros pudiereis pedirme; por tanto, no os conforméis con tan poco.

107 Yo puedo convertir los corazones en fuentes de caridad inagotable; puedo llenar de inspiración las mentes y de verbo los labios; puedo daros el don de curación y la potestad para disipar las tinieblas y vencer el mal.

108 El que tenga esas aspiraciones, verá surgir de sí mismo las virtudes que estaban ignoradas en el espíritu. ¿Quién cerrará sus puertas al que llame, poseyendo tales dones? ¿Qué caminos podrán parecerle escabrosos y largos, a quien goce de mi fortaleza? ¿Qué tiempos podrán parecerle inclementes, si sobre los mismos elementos puede tener potestad?

109 ¡Oh discípulos, vuestra más alta misión será la de la caridad! Muchas veces la entregaréis secretamente, sin ostentación, no dejando que la mano izquierda sepa lo que ha dado la derecha, pero habrá ocasiones en que vuestra caridad tenga que ser vista por vuestros hermanos, para que aprendan a impartirla.

110 Descuidad el pago; Yo soy el Padre que premia con justicia las obras de Sus hijos, sin olvidar una sola.

111 Os he dicho que si un vaso de agua diereis con verdadera caridad, ése no quedará sin galardón.

Palabra divina: Manantial de párvulos y discípulos

112 Bienaventurados los que al llegar a Mí me digan: "Señor, nada espero en pago de mis obras, me basta existir y saber que soy vuestro hijo, para que mi espíritu se llene de felicidad", y Yo os digo: Venís llorando, porque habéis perdido el camino, la salud y las llaves del trabajo, y es entonces cuando os acordáis de vuestro Padre celestial.

113 Pues heme aquí ante vosotros; estáis delante del Maestro y no importa el motivo que os haya traído.

114 Venid a oír mis lecciones; unas son para los discípulos, mas también hay otras dedicadas a los párvulos.

115 No os avergoncéis de encontraros entre hermanos adelantados en mi enseñanza, ante quienes tratéis de ocultar vuestra ignorancia; ellos también llegaron como vosotros.

116 Aprended la divina lección vosotros que vais llegando, para que tengáis qué ofrecer a los que vendrán después de vosotros.

La Obra Divina: La luz que rompe las tinieblas

117 A nadie extrañe que haya venido a buscar entre la escoria a mis nuevos discípulos, regenerándolos con mi palabra para enviarlos después a la Humanidad con un mensaje de regeneración, de vida y de luz para sus hermanos.

118 Entre pecados, imperfecciones y profanaciones de este pueblo, se ha manifestado la luz de mi Espíritu en este tiempo. Así he venido luchando por vencer esas tinieblas, hasta hacer brillar la luz.

119 Bienaventurados todos los que, cerrando sus ojos a tanta imperfección humana y elevándose sobre tanta miseria, han sabido encontrar mi presencia en mi nueva manifestación.

120 Este pueblo, rudo y pecador, irá siendo pulimentado y purificado, porque de generación en generación tendrá que manifestar mi Obra espiritual con mayor perfección.

121 Dejad de ser los que fuisteis ayer; dejad los cultos retrasados, las malas costumbres, y buscad vuestro mejoramiento espiritual.

Tercer Tiempo: La promesa anunciada

122 Vine a sorprenderos precisamente en el tiempo, anunciado por Jesús y los profetas, de mi nueva llegada; ahora, al cumplirse mi promesa, miraréis el pecado en su mayor altura de perversidad, las ambiciones y los odios humanos manifestándose en guerras, como resultado de las tinieblas que envuelven al espíritu de la Humanidad en este tiempo.

123 Y cuando eran más espesas las tinieblas, he aquí que un rayo divino descendió a rasgarlas, haciéndose palabra humana para decir a los hombres "Amaos los unos a los otros".

124 Velad y orad y no os juzguéis, para que no tenga que repetiros: "El que se encuentre libre de pecado, que arroje la primera piedra".

125 ¡Mi Paz sea con vosotros!